Estamos, sin duda, en la parte más dura de la crisis. Prueba de ello es que el producto bruto interno (PBI) sólo creció 3.14% en enero, la tasa más baja desde junio del 2004. Así lo informó hoy temprano la agencia Reuters, basada en los datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), entidad que luego dio a conocer más detalles en su Informe Técnico del mes.
Lo más dramático es la desaceleración de los sectores ligados a la demanda interna, algo que fue, con toda seguridad, lo que precipitó el cambio del ministro de Economía, y la urgente aplicación de las medidas de estímulo que ya conocemos, y cuyos resultados esperamos para los siguientes meses.
En enero, lo más preocupante fue la caída del fundamental sector Manufactura, que decreció 2.69%. Otro sector importante, el Comercio, dejó atrás sus elevadas tasas y sólo se expandió 2.53%. La locomotora de nuestra economía, es decir, la Construcción, también se desaceleró significativamente, creciendo 4.50%. El importantísimo sector Otros Servicios, por su parte, se expandió 5.99%.
El sector Agropecuario fue otro de los que decrecieron, esta vez en 1.46%. La Pesca, fiel a su carácter volátil, se movió significativamente, pero hacia abajo, cayendo 21.05%.
La Minería e Hidrocarburos, en cambio, repuntó notablemente, expandiéndose 10.69%, debido especialmente a la mayor producción de gas. En lo que respecta a la minería, parece avizorarse una recuperación, a la luz de lo que viene ocurriendo con el cobre y el zinc, metales cuyos precios se vienen estabilizando y comenzando, tímidamente, a crecer.
Sin duda, un resultado bastante débil, que nos recuerda que, pese a nuestras fortalezas, la crisis nos golpea y lo seguirá haciendo. Pero se puede ser optimista. Las medidas anticrisis, priorizadas e intensificadas en los últimos meses, contribuirán a que, en lo que sigue del año, las cifras sean más alentadoras.
Según ha pronosticado el BCR, la recuperación vendrá básicamente en el segundo semestre, haciendo que su previsión de crecimiento, de 5% al cierre del año, efectivamente se cumpla. Ojalá que así sea.
Lo más dramático es la desaceleración de los sectores ligados a la demanda interna, algo que fue, con toda seguridad, lo que precipitó el cambio del ministro de Economía, y la urgente aplicación de las medidas de estímulo que ya conocemos, y cuyos resultados esperamos para los siguientes meses.
En enero, lo más preocupante fue la caída del fundamental sector Manufactura, que decreció 2.69%. Otro sector importante, el Comercio, dejó atrás sus elevadas tasas y sólo se expandió 2.53%. La locomotora de nuestra economía, es decir, la Construcción, también se desaceleró significativamente, creciendo 4.50%. El importantísimo sector Otros Servicios, por su parte, se expandió 5.99%.
El sector Agropecuario fue otro de los que decrecieron, esta vez en 1.46%. La Pesca, fiel a su carácter volátil, se movió significativamente, pero hacia abajo, cayendo 21.05%.
La Minería e Hidrocarburos, en cambio, repuntó notablemente, expandiéndose 10.69%, debido especialmente a la mayor producción de gas. En lo que respecta a la minería, parece avizorarse una recuperación, a la luz de lo que viene ocurriendo con el cobre y el zinc, metales cuyos precios se vienen estabilizando y comenzando, tímidamente, a crecer.
Sin duda, un resultado bastante débil, que nos recuerda que, pese a nuestras fortalezas, la crisis nos golpea y lo seguirá haciendo. Pero se puede ser optimista. Las medidas anticrisis, priorizadas e intensificadas en los últimos meses, contribuirán a que, en lo que sigue del año, las cifras sean más alentadoras.
Según ha pronosticado el BCR, la recuperación vendrá básicamente en el segundo semestre, haciendo que su previsión de crecimiento, de 5% al cierre del año, efectivamente se cumpla. Ojalá que así sea.