Autor: SANTIAGO ULLOA
06/20/2008
“El país crece mientras sus ciudadanos duermen”
Parece mentira lo que está pasando en Argentina.
Acabo de volver de un viaje a Argentina y no deja de sorprenderme después de tantos años. Viví allí a principio de la década de los 90 cuando se produjeron la mayor parte de las privatizaciones de los servicios públicos y las grandes entradas de capital. Era la época del presidente Menem y existía una estrecha relación con los organismos internacionales y seguimiento de las políticas del Fondo Monetario Internacional.
Las cosas cambiaron radicalmente después de la elección y caída de varios presidentes en un periodo de tiempo muy corto. Se reestructuó su deuda y se produjo el famoso "corralito" que congeló los depósitos en los bancos y les devolvió pesos devaluados frente a los dólares que tenían. Los argentinos han sufrido situaciones similares en el pasado, pero nadie se acostumbra a que le engañen cada cierto número de años.
Las cifras macroeconómicas actuales son muy atractivas, el país lleva varios años creciendo a tasas muy altas. En 2007, el PIB subió más del 9% pero ya se está notando una caída del mismo y se espera que en el conjunto de 2008 no supere el 5,5% (que sigue siendo muy bueno para estándares internacionales). Pero los datos oficiales no se los cree nadie. El Ministerio de Economía y Finanzas está publicando cifras de inflación del 9%, pero en conversaciones privadas con miembros del mismo, que tuve la semana pasada, me reconocían que las cifras reales están cercanas al 25% de tasa anual. La balanza por cuenta corriente tiene superávit y también las finanzas públicas, pero no sé por cuánto tiempo se podrán mantener así.
El sector exportador ha sido la principal fuente de crecimiento, y más estos últimos años debido a los altos precios de los cereales a nivel internacional. Sin embargo, el Gobierno se ha puesto en contra del sector agropecuario que lleva en huelga más de 90 días debido a una subida del impuesto a la exportación que se quiere llevar el 40% de los beneficios. El interior del país está sublevado y sin visos de reconciliación en el medio plazo. Es impresionante la cerrazón de la presidenta Kirchner y de su esposo cuya política general es de enfrentamiento con todo aquel que no siga sus instrucciones. Parece que tantos años en el gobierno les ha causado una miopía que no les deja ver la realidad de la calle.
La subida de las materias primas agrícolas, unida a la reducción del servicio de su deuda por una renegociación tachada de extorsiva por los inversionistas internacionales, ha llevado a esta situación de euforia económica, pero en mi impresión las cosas van de mal en peor.
Las privatizaciones de las compañías de servicios se hicieron con unas cláusulas de revisión de tarifas en caso de devaluación que no se han aplicado hasta recientemente y no en su totalidad. Esto ha llevado al retiro de varios inversionistas internacionales y en otros casos a que no se cumplieran los compromisos de inversión en infraestructura y nuevas plantas.
En 2009 vienen vencimientos importantes de deuda que el Gobierno intentará repagar con la emisión de nuevos papeles, pero va a ser difícil colocarlos en el mercado internacional, ya que las experiencias pasadas han llevado a desconfiar de la voluntad del Gobierno a hacer frente a su deuda. De hecho, los mercados internacionales están cotizando un 35% de posibilidad de una nueva reestructuración de deuda en el corto/medio plazo.
A pesar de las recomendaciones de no caminar por la calle después de las diez de la noche por el aumento de la delincuencia, me di una caminata un par de días seguidos. Tuve suerte y nadie me asaltó, sin embargo, en todas las esquinas vi gente revolviendo las basuras, no sé si buscando comida o algo que reciclar y vender. Nunca había visto esto en Argentina en el pasado. Parece mentira que uno de los países con mayor riqueza de la región, con una población con una educación y nivel cultural superior a gran parte de sus vecinos del continente se encuentre así.
Tanto los gobernantes, como el pueblo que los elige, tienen que hacer un examen de conciencia y tomar decisiones para el futuro. Todos tienen que alinear sus intereses para sacar el país adelante, recuperar la credibilidad internacional, reformar el sector judicial para que haya seguridad jurídica y los contratos se cumplan y reducir el nivel de burocracia actual que solo fomenta un sistema de corrupción y amiguismo que está ahogando a su sociedad. Soy un enamorado de la Argentina y su gente, y voto para que los mismos argentinos no dejen de lamentarse, diciendo que el país crece cuando ellos duermen, sino que hagan lo necesario para que cambie y se ponga otra vez a la vanguardia del mundo como en la década de los veinte del pasado siglo.
www.dinero.com
06/20/2008
“El país crece mientras sus ciudadanos duermen”
Parece mentira lo que está pasando en Argentina.
Acabo de volver de un viaje a Argentina y no deja de sorprenderme después de tantos años. Viví allí a principio de la década de los 90 cuando se produjeron la mayor parte de las privatizaciones de los servicios públicos y las grandes entradas de capital. Era la época del presidente Menem y existía una estrecha relación con los organismos internacionales y seguimiento de las políticas del Fondo Monetario Internacional.
Las cosas cambiaron radicalmente después de la elección y caída de varios presidentes en un periodo de tiempo muy corto. Se reestructuó su deuda y se produjo el famoso "corralito" que congeló los depósitos en los bancos y les devolvió pesos devaluados frente a los dólares que tenían. Los argentinos han sufrido situaciones similares en el pasado, pero nadie se acostumbra a que le engañen cada cierto número de años.
Las cifras macroeconómicas actuales son muy atractivas, el país lleva varios años creciendo a tasas muy altas. En 2007, el PIB subió más del 9% pero ya se está notando una caída del mismo y se espera que en el conjunto de 2008 no supere el 5,5% (que sigue siendo muy bueno para estándares internacionales). Pero los datos oficiales no se los cree nadie. El Ministerio de Economía y Finanzas está publicando cifras de inflación del 9%, pero en conversaciones privadas con miembros del mismo, que tuve la semana pasada, me reconocían que las cifras reales están cercanas al 25% de tasa anual. La balanza por cuenta corriente tiene superávit y también las finanzas públicas, pero no sé por cuánto tiempo se podrán mantener así.
El sector exportador ha sido la principal fuente de crecimiento, y más estos últimos años debido a los altos precios de los cereales a nivel internacional. Sin embargo, el Gobierno se ha puesto en contra del sector agropecuario que lleva en huelga más de 90 días debido a una subida del impuesto a la exportación que se quiere llevar el 40% de los beneficios. El interior del país está sublevado y sin visos de reconciliación en el medio plazo. Es impresionante la cerrazón de la presidenta Kirchner y de su esposo cuya política general es de enfrentamiento con todo aquel que no siga sus instrucciones. Parece que tantos años en el gobierno les ha causado una miopía que no les deja ver la realidad de la calle.
La subida de las materias primas agrícolas, unida a la reducción del servicio de su deuda por una renegociación tachada de extorsiva por los inversionistas internacionales, ha llevado a esta situación de euforia económica, pero en mi impresión las cosas van de mal en peor.
Las privatizaciones de las compañías de servicios se hicieron con unas cláusulas de revisión de tarifas en caso de devaluación que no se han aplicado hasta recientemente y no en su totalidad. Esto ha llevado al retiro de varios inversionistas internacionales y en otros casos a que no se cumplieran los compromisos de inversión en infraestructura y nuevas plantas.
En 2009 vienen vencimientos importantes de deuda que el Gobierno intentará repagar con la emisión de nuevos papeles, pero va a ser difícil colocarlos en el mercado internacional, ya que las experiencias pasadas han llevado a desconfiar de la voluntad del Gobierno a hacer frente a su deuda. De hecho, los mercados internacionales están cotizando un 35% de posibilidad de una nueva reestructuración de deuda en el corto/medio plazo.
A pesar de las recomendaciones de no caminar por la calle después de las diez de la noche por el aumento de la delincuencia, me di una caminata un par de días seguidos. Tuve suerte y nadie me asaltó, sin embargo, en todas las esquinas vi gente revolviendo las basuras, no sé si buscando comida o algo que reciclar y vender. Nunca había visto esto en Argentina en el pasado. Parece mentira que uno de los países con mayor riqueza de la región, con una población con una educación y nivel cultural superior a gran parte de sus vecinos del continente se encuentre así.
Tanto los gobernantes, como el pueblo que los elige, tienen que hacer un examen de conciencia y tomar decisiones para el futuro. Todos tienen que alinear sus intereses para sacar el país adelante, recuperar la credibilidad internacional, reformar el sector judicial para que haya seguridad jurídica y los contratos se cumplan y reducir el nivel de burocracia actual que solo fomenta un sistema de corrupción y amiguismo que está ahogando a su sociedad. Soy un enamorado de la Argentina y su gente, y voto para que los mismos argentinos no dejen de lamentarse, diciendo que el país crece cuando ellos duermen, sino que hagan lo necesario para que cambie y se ponga otra vez a la vanguardia del mundo como en la década de los veinte del pasado siglo.
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