Caos en Lima por Próximas Cumbres

Grandes huecos y ruidosas maquinarias que rompen el asfalto son la pesadilla de los limeños, quienes entre la resignación y el estrés, soportan el caos vehicular provocado por refacciones de último momento previas a dos cumbres internacionales que se harán en Perú.

En unas dos semanas, el país andino será la sede de la V Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, mientras que en noviembre recibirá a las delegaciones de alto nivel de los 21 países miembros del Foro Económico de Cooperación Asia-Pacífico (APEC).

Grandes avenidas de la capital peruana han sido cerradas con vallas y letreros de desvío con el sello de "Programa Apec," título dado a un apresurado plan de obras que pretende reparar o ampliar las vías de la ciudad.

"Esto tiene que hacerse por tramos sin que perjudique el libre tránsito, pero ahora hay obras por todas partes. La gente siente un descontento total, de lunes a viernes esto es un descontrol," dijo Félix Ochoa, un taxista de 42 años.

Los habitantes del llamado "cono norte," la zona más poblada de Lima y aledaña al aeropuerto internacional, llevan la peor parte, ya que muchas de sus rutas usuales de acceso hacia el centro están cerradas por reparación.

"Es imposible, está cerrado por todos lados, ãpero qué vamos a hacer?. Los que vivimos en el cono norte estamos resignados," explica Mónica Collantes, una secretaria de 28 años que debe viajar 90 minutos cada día para llegar a su trabajo.

La tolerancia de Collantes no es compartida por todos los limeños.

"Ahora el pasajero se pone mucho más temperamental, porque sabe que para llegar se va a tener que quedar aguantado e ir a paso de tortuga. El pasajero quiere ir rápido, el chofer también y se ponen a pelear," añadió el taxista Ochoa.

ANGUSTIA Y ESTRES

Según el psicoanalista Jorge Bruce, el caótico tráfico limeño contribuye a rebasar la tolerancia de los ciudadanos tornándolos agresivos, depresivos e hipertensos.

"Si a los problemas familiares se les añade un caos peor, entonces la sensación de estrés aumenta sin límites y nos afecta enormemente," dijo Bruce el experto a un diario local.

Hasta el ministro de Defensa de Perú, Antero Flores-Aráoz, expresó públicamente su mortificación al llegar tarde a una entrevista radial el jueves debido a la congestión vehicular.

"Sí, soy víctima, esto es la locura. En Larco Herrera (un hospital psiquiátrico local) ya no son dementes, sino en el tránsito," dijo Flores-Aráoz a la radio local RPP.

En tanto, muchos limeños que padecen la congestión desconocen el propósito de las cumbres, aunque esperan que la llegada de decenas de jefes de Estado sea una forma efectiva de promoción turística para Perú.

"Ojalá le haga taxi a algún presidente pues," dijo, entre risas, Ochoa, sorprendido por la numerosa presencia de líderes que participarán en la cumbre de mayo.

"La verdad, no sé qué son las cumbres pero si están arreglando (las calles) pues está bien. Y así como negocio, pienso que los turistas que vienen traerán algo. Por lo demás no estoy enterado y no sé en qué forma va ser bueno para el país," confesó Luis Rojas, otro taxista de 62 años.

Para Rojas, quien por estos días evita trabajar en "horas punta" de tráfico, el sacrificio valdrá si es que en unos meses las calles de Lima ganan la fluidez y la tranquilidad que por ahora todos reclaman con insistentes toques de claxon.

Fuente: Reuters

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