El fútbol profesional decepciona, pero la pasión por practicarlo entre amigos sigue viva. En las canchitas de barrio, jóvenes y adultos le dan al balón de día, noche y hasta madrugada para relajar tensiones. Para Paolo García --estudiante de Administración de la Universidad de Lima-- hace falta más comodidades para convertir esa afición en un negocio.
El proyecto que García elaboró es el de centro recreacional enfocado en el fútbol llamado El Punto. "No sería un club porque no habría socios ni la clásica piscina ni bungalow. El sector C y D desea tener buenas canchas (de césped sintético) para jugar con gente del trabajo, de la universidad o del barrio, para luego comer algo y tomar unos tragos. Es algo más simple", señala.
El fulbito se juega en canchas más pequeñas (no de tamaño oficial) y con equipos reducidos de 6 personas. Es una práctica principalmente masculina, que busca distraerse y no necesariamente un hábito deportivo o la mejora de la salud. El alquiler de las canchas es posible porque el costo (entre 50 y 70 soles por hora) se divide entre todos los jugadores.
Una evaluación a diferentes canchitas de Lima (García practica fulbito hasta 4 veces por semana) reveló que existen tres grandes puntos a tomar en cuenta. "El gramado artificial no es moda: realmente resulta rentable cuando se coloca bien. Los jugadores valoran el no torcerse los tobillos con los baches ni tener dolores de cadera o rodillas", añade.
Otro punto vacío es la seguridad. Muchos juegan y, por momentos, desvían la mirada hacia el maletín lleno de artículos personales donde están celulares, billeteras, ropa, etc. Los casilleros y el estacionamiento (para quienes se transportan en automóvil, bicicleta o moto) suplirán ese vacío.
Por otro lado, colocar una tribuna con malla y una cafetería básica (con tres menúes sencillos, bocaditos y cervezas) puede convocar a invitados menos comunes: familiares y amigos en general. El local está pensado para la zona industrial de Lima Cercado y Callao, en la avenida Argentina, sitio no muy residencial pero conveniente en términos de distancias. "Crear promociones de fidelización al inicio marcaría la diferencia. Pienso que el fútbol no tiene pierde", concluye.
LAS CLAVES
1 Además del alquiler por horas (entre las 8 a.m. y las 11 p.m.) El Punto pretende utilizar las horas muertas de las mañanas, de lunes a viernes, con clases de fútbol para niños.
2 Parte importante de la inversión se concentrará en cámaras de video que registren los mejores partidos de las jornadas, que luego podrán entregarse a los jugadores.
3 Por encontrarse en zona industrial, el alquiler a empresas (corporativo) es un punto a desarrollar para no depender del alquiler por horas. Los operarios, obreros o técnicos de estas fábricas tienen horarios inusuales, que podrían calzar con las horas muertas de la cancha.
4 En los primeros 6 meses, El Punto trabajará al 65% de su capacidad. Se espera ampliar la cantidad de canchas en el segundo y tercer año. Se calcula que, al mes, la cancha competidora de la zona (Las Malvinas) está ocupada 510 horas.
EL DATO
Si desea tener mayores detalles de este proyecto, escríbale a Paolo García al correo 19932289@aloe.ulima.edu.pe
El proyecto que García elaboró es el de centro recreacional enfocado en el fútbol llamado El Punto. "No sería un club porque no habría socios ni la clásica piscina ni bungalow. El sector C y D desea tener buenas canchas (de césped sintético) para jugar con gente del trabajo, de la universidad o del barrio, para luego comer algo y tomar unos tragos. Es algo más simple", señala.
El fulbito se juega en canchas más pequeñas (no de tamaño oficial) y con equipos reducidos de 6 personas. Es una práctica principalmente masculina, que busca distraerse y no necesariamente un hábito deportivo o la mejora de la salud. El alquiler de las canchas es posible porque el costo (entre 50 y 70 soles por hora) se divide entre todos los jugadores.
Una evaluación a diferentes canchitas de Lima (García practica fulbito hasta 4 veces por semana) reveló que existen tres grandes puntos a tomar en cuenta. "El gramado artificial no es moda: realmente resulta rentable cuando se coloca bien. Los jugadores valoran el no torcerse los tobillos con los baches ni tener dolores de cadera o rodillas", añade.
Otro punto vacío es la seguridad. Muchos juegan y, por momentos, desvían la mirada hacia el maletín lleno de artículos personales donde están celulares, billeteras, ropa, etc. Los casilleros y el estacionamiento (para quienes se transportan en automóvil, bicicleta o moto) suplirán ese vacío.
Por otro lado, colocar una tribuna con malla y una cafetería básica (con tres menúes sencillos, bocaditos y cervezas) puede convocar a invitados menos comunes: familiares y amigos en general. El local está pensado para la zona industrial de Lima Cercado y Callao, en la avenida Argentina, sitio no muy residencial pero conveniente en términos de distancias. "Crear promociones de fidelización al inicio marcaría la diferencia. Pienso que el fútbol no tiene pierde", concluye.
LAS CLAVES
1 Además del alquiler por horas (entre las 8 a.m. y las 11 p.m.) El Punto pretende utilizar las horas muertas de las mañanas, de lunes a viernes, con clases de fútbol para niños.
2 Parte importante de la inversión se concentrará en cámaras de video que registren los mejores partidos de las jornadas, que luego podrán entregarse a los jugadores.
3 Por encontrarse en zona industrial, el alquiler a empresas (corporativo) es un punto a desarrollar para no depender del alquiler por horas. Los operarios, obreros o técnicos de estas fábricas tienen horarios inusuales, que podrían calzar con las horas muertas de la cancha.
4 En los primeros 6 meses, El Punto trabajará al 65% de su capacidad. Se espera ampliar la cantidad de canchas en el segundo y tercer año. Se calcula que, al mes, la cancha competidora de la zona (Las Malvinas) está ocupada 510 horas.
EL DATO
Si desea tener mayores detalles de este proyecto, escríbale a Paolo García al correo 19932289@aloe.ulima.edu.pe
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