¿Cómo piensan los emprendedores? La idea central es que el futuro es hoy

En los últimos años, numerosos estudios en neurociencias y ciencias han demostrado que hay zonas del cerebro que los emprendedores desarrollan más y mejor.  

Lo anterior, en comparación con quienes no han creado una actividad económica para trabajar por su propia cuenta.

Y estos mismos estudios nos han ayudado a comprender la existencia y la diferencia entre los dos cerebros: uno izquierdo para sumar y restar, elaborar estrategias, aprender cálculo diferencial; y otro derecho para comprender el mensaje de una pintura, para vivir y vibrar con la música, para poder sentir y percibir el espacio o el mensaje que nos transmite un libro.

Entre estos estudios, existe uno puntualmente, del Massachusetts Institute of Technology, que nos señala que las personas que emprenden, suelen toman decisiones con más rapidez, disponen de una visión global más amplia frente a la resolución de los problemas y por consecuencia, tienen la capacidad de comprender y discernir la distorsión del entorno con mayor claridad.

Un trabajo sumamente interesante al respecto es el liderado por el profesor Peter Bryant del IE Business School y los profesores de la Universidad Complutense de Madrid, Tomás Ortiz, Agustín Turrero y Juan M. Santos. Este nos proporciona información concluyente sobre un elemento que está presente en quienes emprenden, y es que en los procesos de la toma de decisiones se presenta un determinado nivel de impulsividad junto a un análisis rápido cerebral.

Lo que significa es que se manifiesta una respuesta motora más temprana y una lentitud en lo que representa el proceso cognitivo. Como consecuencia, valoran la información de su contexto, establecen un análisis entre pros – contras y realizan un seguimiento de las decisiones tomadas.

Es frecuente, teniendo en cuenta la educación que hemos recibido, que relacionemos una carrera profesional exitosa, con retos conseguidos, como símbolo de plenitud en la vida o tal vez con la felicidad. Pero es evidente que en estos últimos tiempos, hemos comprendido que esto no puede ser renunciando a nuestra salud, calidad de vida o al tiempo para nosotros, nuestra familia o valores.

Por ello, en el viaje del emprendedor hacia la consecución de sus sueños es fundamental que pueda relacionar esa experiencia con la felicidad personal.

Cuando nuestro cerebro se enfrenta a situaciones desconocidas, se le obliga a salir de su zona de confort y genera más conexiones entre sus neuronas; por tanto, es cuando empieza a progresar. Y como suele ocurrir, nuestra interpretación de felicidad está estrechamente relacionada con la propia y única percepción de crecimiento, así que los emprendedores experimentan vivir la vida con más intensidad, en lugar de ser simples espectadores.

Basándonos en lo que indican las investigaciones científicas, llegamos a la conclusión que la conexión entre ambos cerebros garantiza que sea posible realizar simultáneamente funciones con ambos lados del cerebro.

Y de esta conexión hay dos en concreto que siempre salen a la luz en las investigaciones neurocientíficas que trabajamos, cuando analizamos los comportamientos de las personas que emprenden.

¿Cómo podemos ayudar a que la proactividad, compromiso, motivación, capacidad de sacrificio e ilusión puedan ayudar a sacar la mejor versión de los valientes que emprenden?

Teniendo en cuenta que para esto hay que salir de la zona de confort y dar rienda suelta al entusiasmo, habilitarse con determinación, conocimientos, habilidades que desarrollen el compromiso, persistencia y paciencia en pos de los siguientes objetivos:

. Encontrar su pasión y apostar por ella de una manera rigurosa.

. Dedicar a sus proyectos el tiempo, los recursos y la inversión apropiada.

. Centrar su energía en aportar valor genuino y que este valor sea susceptible de ser monetizable.

. Identificar con objetividad qué problemas puede resolver y encontrar las soluciones adecuadas de forma eficiente.

. Prepararse para la mejora continua, aprendiendo algo nuevo cada día y aplicarlo a su proyecto.

. Aprender a caminar en la arena, y poder construir su ecosistema apropiado para “bailar con la incertidumbre”, que estará presente en las etapas iniciales.

Evidentemente, no podemos asegurar que con el entrenamiento propicio, cualquiera podría atreverse a convertirse en un emprendedor de éxito. Pero si podemos ayudar a que puedan convertirse en la mejor versión de lo que ya son, desplegar todo su potencial y favorecer su camino de desarrollo personal y profesional, para que se conviertan en lo que sienten que están llamados a ser.

Ayudar a los emprendedores para que logren sus proyectos personales y profesionales en donde cada uno encuentra todo que necesita para liderar su negocio y su vida con libertad, está relacionado con cuatro elementos clave: autoconocimiento, acompañamiento, entrenamiento y networking.

Estoy convencida de que aquellos que buscan lo positivo de cada circunstancia, son quienes   aprenden a identificar más rápidamente las oportunidades que les favorecen. Y lo que nos parece fundamental: aquellos que tienen expectativas favorables sobre ellos y lo que consideran que es prioritario, reconociendo sus posibilidades, son capaces de regular sus emociones de una manera muy diferente de los que no esperan lo mejor para sí mismos.





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