El crecimiento de una empresa no siempre se pone de manifiesto en la masificación de sus productos o en la internacionalización de los mismos, sino también en el retorno a sus orígenes. Ese es el caso de Pastas Don Ítalo, compañía con dos décadas en el mercado limeño que ahora busca regresar al segmento de mercado primigenio: el gourmet. Sobre sus planes nos habla su gerente general.
Pastas Don Ítalo tiene dos décadas en el mercado, ¿cómo han hecho para que el negocio tenga continuidad?
Le hemos puesto mucho cariño, esfuerzo y sacrificio a este negocio. Hemos vivido momentos de cambios muy drásticos en el país, tanto políticos como económicos, pero seguimos aquí y eso demuestra que somos, como todos los peruanos, muy resistentes. Para subsistir uno se tiene que ajustar y aflojar el cinturón muchas veces.
Esta es una empresa familiar, ¿qué elementos de gestión han puesto en práctica para que el negocio no muera y tenga buenas perspectivas de crecimiento?
A pesar de ser una sociedad anónima, esta es una empresa familiar porque dos de los cuatro accionistas somos hermanos y tenemos la mayor parte de la participación. Pero esto no significa que cualquier miembro de la familia puede entrar a trabajar aquí. Ellos, igual que todos, deben estar preparados, con estudios superiores y una maestría orientada al negocio. De lo contrario no les permitimos el ingreso, porque destruiríamos la empresa. Es más, ya hemos comenzado a incorporar ejecutivos que no son de la familia para que nos ayuden a hacer crecer la compañía.
Entonces están profesionalizando el negocio…
Así es. Por ejemplo, estamos próximos a abrir una tienda de venta directa y para la administración hemos incorporado a una ejecutiva. Luego contrataremos más personal para nuestros proyectos futuros. Así cada unidad de negocio que tengamos a futuro tendrá alguien que no sea de la familia.
Hablemos de la tienda, ¿por qué quieren desarrollar este proyecto?
Para empezar, la tienda la abriremos a fin de mes en Miraflores. En realidad lo que haremos es regresar a la idea original del negocio. Al principio teníamos una tienda en San Isidro, donde preparábamos pastas gourmet, luego nos visitaron las cadenas de autoservicios y nos invitaron a vender en sus locales e ingresamos a ese negocio. Entonces con esta tienda, que es un proyecto de hace mucho tiempo, regresaremos con fuerza a nuestra línea gourmet.
¿Eso quiere decir que ahora preparan pastas solo para un público masivo?
Nosotros nos especializamos en pastas rellenas como ravioles, capelettis, panzottis, canelones, gnoquis, malfatis, fideos y hasta hacemos pizzas y salsas. Es decir, estamos dentro de toda la familia de comida italiana. No hemos dejado de lado la producción gourmet, que va dirigida a restaurantes, hoteles y familias que conocen la comida italiana, pero queremos extenderla. Ahora, una cadena de supermercados tampoco es que otorgue tanto espacio como para ofrecer toda nuestra gama de productos.
¿Por qué escogieron a Miraflores para su nuevo local?
Porque el público de la zona es un gran conocedor de pastas y muchas veces tienen que moverse hacia otros distritos para obtener un producto de buena calidad. Entonces nos estamos acercando al consumidor.
¿El proyecto contempla solo una tienda?
No. Son varias tiendas. Esperamos abrir unas ocho en un período de tres años. Depende de cómo nos vaya en esta nueva aventura.
¿Todas en Lima?
Inicialmente. El proyecto es un poco más ambicioso, porque queremos abarcar el ámbito nacional, aún no el internacional. Tenemos que madurar, primero, en el ámbito zonal, o sea Lima y luego pasar a las capitales de las principales regiones.
¿En qué zonas de Lima piensan abrir?
La primera será en Miraflores, pero también miramos a Magdalena y La Molina. Es posible que estemos luego en la zona de Chacarilla. Después iremos hacia Jesús María y Lima norte, donde hemos identificado potenciales consumidores, sobre todo en la zona donde hay centros comerciales.
¿A qué regiones del país miran?
Según nuestro estudio de mercado iremos a cuatro regiones: Trujillo, Piura, Cajamarca, Chiclayo o Arequipa, a cualesquiera de esos dos últimos lugares, aunque principalmente nos dirigimos al norte del país. Allí pondríamos tiendas y una pequeña unidad de producción.
¿Cuántas tiendas abrirán por año?
Este año abriremos la primera, el próximo, dos o tres y al año siguiente tres o cuatro. Todo depende de cómo reaccione el mercado. Haremos el máximo esfuerzo para abrir las ocho tiendas en los próximos tres años.
EL MERCADO
Crecimiento asegurado
“El incremento de nuestra economía hace que el ciudadano común y corriente ahora opte por consumir más productos gourmet”, afirma Bruno Carabelli, quien prevé que en cinco años el consumo de este subsector alimenticio crecerá entre 15% y 20%, “es decir, el consumo pasará a ser dos veces y medio más de lo que es ahora”.
Explica que este incremento se debe no solo al crecimiento económico, el cual otorga una mayor capacidad de compra, sino también al despertar gastronómico que vive el país con la llamada comida fusión.
También cuenta que ahora en el Perú se tiene a un consumidor más informado de lo que ofrece el mercado. Es por eso que recomienda a las empresas apostar por la inocuidad de los productos y por adoptar buenas prácticas de manufactura. “El peruano siempre ha tenido un paladar muy exquisito y sabe apreciar la buena comida
Respecto a la competencia, afirma que le tiene mucho respeto y cariño, porque hay mercado para todos. “Esto es algo que recién comienza. Nosotros aprendemos de la competencia y ellos de nosotros”.
Pastas Don Ítalo tiene dos décadas en el mercado, ¿cómo han hecho para que el negocio tenga continuidad?
Le hemos puesto mucho cariño, esfuerzo y sacrificio a este negocio. Hemos vivido momentos de cambios muy drásticos en el país, tanto políticos como económicos, pero seguimos aquí y eso demuestra que somos, como todos los peruanos, muy resistentes. Para subsistir uno se tiene que ajustar y aflojar el cinturón muchas veces.
Esta es una empresa familiar, ¿qué elementos de gestión han puesto en práctica para que el negocio no muera y tenga buenas perspectivas de crecimiento?
A pesar de ser una sociedad anónima, esta es una empresa familiar porque dos de los cuatro accionistas somos hermanos y tenemos la mayor parte de la participación. Pero esto no significa que cualquier miembro de la familia puede entrar a trabajar aquí. Ellos, igual que todos, deben estar preparados, con estudios superiores y una maestría orientada al negocio. De lo contrario no les permitimos el ingreso, porque destruiríamos la empresa. Es más, ya hemos comenzado a incorporar ejecutivos que no son de la familia para que nos ayuden a hacer crecer la compañía.
Entonces están profesionalizando el negocio…
Así es. Por ejemplo, estamos próximos a abrir una tienda de venta directa y para la administración hemos incorporado a una ejecutiva. Luego contrataremos más personal para nuestros proyectos futuros. Así cada unidad de negocio que tengamos a futuro tendrá alguien que no sea de la familia.
Hablemos de la tienda, ¿por qué quieren desarrollar este proyecto?
Para empezar, la tienda la abriremos a fin de mes en Miraflores. En realidad lo que haremos es regresar a la idea original del negocio. Al principio teníamos una tienda en San Isidro, donde preparábamos pastas gourmet, luego nos visitaron las cadenas de autoservicios y nos invitaron a vender en sus locales e ingresamos a ese negocio. Entonces con esta tienda, que es un proyecto de hace mucho tiempo, regresaremos con fuerza a nuestra línea gourmet.
¿Eso quiere decir que ahora preparan pastas solo para un público masivo?
Nosotros nos especializamos en pastas rellenas como ravioles, capelettis, panzottis, canelones, gnoquis, malfatis, fideos y hasta hacemos pizzas y salsas. Es decir, estamos dentro de toda la familia de comida italiana. No hemos dejado de lado la producción gourmet, que va dirigida a restaurantes, hoteles y familias que conocen la comida italiana, pero queremos extenderla. Ahora, una cadena de supermercados tampoco es que otorgue tanto espacio como para ofrecer toda nuestra gama de productos.
¿Por qué escogieron a Miraflores para su nuevo local?
Porque el público de la zona es un gran conocedor de pastas y muchas veces tienen que moverse hacia otros distritos para obtener un producto de buena calidad. Entonces nos estamos acercando al consumidor.
¿El proyecto contempla solo una tienda?
No. Son varias tiendas. Esperamos abrir unas ocho en un período de tres años. Depende de cómo nos vaya en esta nueva aventura.
¿Todas en Lima?
Inicialmente. El proyecto es un poco más ambicioso, porque queremos abarcar el ámbito nacional, aún no el internacional. Tenemos que madurar, primero, en el ámbito zonal, o sea Lima y luego pasar a las capitales de las principales regiones.
¿En qué zonas de Lima piensan abrir?
La primera será en Miraflores, pero también miramos a Magdalena y La Molina. Es posible que estemos luego en la zona de Chacarilla. Después iremos hacia Jesús María y Lima norte, donde hemos identificado potenciales consumidores, sobre todo en la zona donde hay centros comerciales.
¿A qué regiones del país miran?
Según nuestro estudio de mercado iremos a cuatro regiones: Trujillo, Piura, Cajamarca, Chiclayo o Arequipa, a cualesquiera de esos dos últimos lugares, aunque principalmente nos dirigimos al norte del país. Allí pondríamos tiendas y una pequeña unidad de producción.
¿Cuántas tiendas abrirán por año?
Este año abriremos la primera, el próximo, dos o tres y al año siguiente tres o cuatro. Todo depende de cómo reaccione el mercado. Haremos el máximo esfuerzo para abrir las ocho tiendas en los próximos tres años.
EL MERCADO
Crecimiento asegurado
“El incremento de nuestra economía hace que el ciudadano común y corriente ahora opte por consumir más productos gourmet”, afirma Bruno Carabelli, quien prevé que en cinco años el consumo de este subsector alimenticio crecerá entre 15% y 20%, “es decir, el consumo pasará a ser dos veces y medio más de lo que es ahora”.
Explica que este incremento se debe no solo al crecimiento económico, el cual otorga una mayor capacidad de compra, sino también al despertar gastronómico que vive el país con la llamada comida fusión.
También cuenta que ahora en el Perú se tiene a un consumidor más informado de lo que ofrece el mercado. Es por eso que recomienda a las empresas apostar por la inocuidad de los productos y por adoptar buenas prácticas de manufactura. “El peruano siempre ha tenido un paladar muy exquisito y sabe apreciar la buena comida
Respecto a la competencia, afirma que le tiene mucho respeto y cariño, porque hay mercado para todos. “Esto es algo que recién comienza. Nosotros aprendemos de la competencia y ellos de nosotros”.