A raíz de la importante propuesta de compra lanzada la semana pasada por el Grupo Brescia, comenzaron a circular cifras, muy contradictorias entre sí, acerca del stock total de inversiones peruanas que existían hasta antes de la noticia en Chile. Un diario de negocios sureño habló de US$ 1,000 millones, pero el dato más sorprendente lo puso el Consejo Empresarial Peruano-Chileno, que mencionó el casi asombroso guarismo de US$ 2,500 millones.
Lamentablemente, esas cifras se alejan completamente de las oficiales, pues según el Comité de Inversiones Extranjeras de Chile, la inversión materializada del Perú en ese país ascendió apenas a US$ 23.6 millones entre los años 1974 y 2008. El flujo entre los años 2004 y 2008 fue de cero.
La verdad es que nuestros capitales se han dirigido principalmente (como veremos en una próxima nota) a Estados Unidos, México, Argentina, Colombia, Venezuela e inclusive a la lejana Tailandia, pero no al país del sur.
El Banco de Crédito, que quiso entrar en los años 90, pero se tropezó con las fuertes restricciones del sector financiero chileno (impuestas a raíz de la severísima crisis que sufrió en los años 80) es el que, de todas maneras, mantenía (hasta antes de la operación de los Brescia) el mayor monto de inversión, ascendente a US$ 15.6 millones. Aparte del financiero, los sectores en los cuales las empresas peruanas invierten más son los de alimentos, bebidas y tabaco (US$ 1.8 millones), química, goma y plásticos (US$ 1.8 millones) y construcción (US$ 1.5 millones).
Las inversiones de nuestros compatriotas corresponden en su mayoría a pequeñas y microempresas. Por ello, al sumar los montos, el total anual difícilmente supera el millón de dólares. Los principales negocios peruanos que operan actualmente en el país sureño son los restaurantes (Astrid y Gastón, Pardo's Chicken, Cebichería La Mar, Chinawok), tiendas de ropa (Michelle Belau, Kuna), joyerías (Ilaria, El Tupo) y salas de cine (Cineplanet, con su marca Movieland). Filtros Lys tiene planes de instalar una fábrica de sus productos.
Sin embargo, la cifra del Comité de Inversiones Extranjeras de Chile también es objetable, pues no considera, por ejemplo, la inversión efectuada por la empresa Milpo, que en 1999 adquirió, a través de su subsidiaria Minera Rayrock (que le pertenece íntegramente), y por un monto de US$ 20 millones, la mina Iván, situada en Antofagasta. Esta unidad produce cátodos de cobre en su propia refinería. Allí, en el 2008 Rayrock ha invertido US$ 4.5 millones y tiene planes de expansión, pues la mina es de gran potencial.
En fin, la situación descrita, en la que los capitales peruanos en nuestro vecino del sur aún son sumamente escasos, realza la importancia del paso dado por los Brescia, cuya inversión establece un nuevo panorama, muy distinto al anterior. Gracias a eso, si bien aún estamos muy lejos del monto que Chile canaliza al Perú (US$ 6,500 millones), podemos decir que ya comenzamos a tomar posiciones en este saludable mano a mano de inversiones.
Lamentablemente, esas cifras se alejan completamente de las oficiales, pues según el Comité de Inversiones Extranjeras de Chile, la inversión materializada del Perú en ese país ascendió apenas a US$ 23.6 millones entre los años 1974 y 2008. El flujo entre los años 2004 y 2008 fue de cero.
La verdad es que nuestros capitales se han dirigido principalmente (como veremos en una próxima nota) a Estados Unidos, México, Argentina, Colombia, Venezuela e inclusive a la lejana Tailandia, pero no al país del sur.
El Banco de Crédito, que quiso entrar en los años 90, pero se tropezó con las fuertes restricciones del sector financiero chileno (impuestas a raíz de la severísima crisis que sufrió en los años 80) es el que, de todas maneras, mantenía (hasta antes de la operación de los Brescia) el mayor monto de inversión, ascendente a US$ 15.6 millones. Aparte del financiero, los sectores en los cuales las empresas peruanas invierten más son los de alimentos, bebidas y tabaco (US$ 1.8 millones), química, goma y plásticos (US$ 1.8 millones) y construcción (US$ 1.5 millones).
Las inversiones de nuestros compatriotas corresponden en su mayoría a pequeñas y microempresas. Por ello, al sumar los montos, el total anual difícilmente supera el millón de dólares. Los principales negocios peruanos que operan actualmente en el país sureño son los restaurantes (Astrid y Gastón, Pardo's Chicken, Cebichería La Mar, Chinawok), tiendas de ropa (Michelle Belau, Kuna), joyerías (Ilaria, El Tupo) y salas de cine (Cineplanet, con su marca Movieland). Filtros Lys tiene planes de instalar una fábrica de sus productos.
Sin embargo, la cifra del Comité de Inversiones Extranjeras de Chile también es objetable, pues no considera, por ejemplo, la inversión efectuada por la empresa Milpo, que en 1999 adquirió, a través de su subsidiaria Minera Rayrock (que le pertenece íntegramente), y por un monto de US$ 20 millones, la mina Iván, situada en Antofagasta. Esta unidad produce cátodos de cobre en su propia refinería. Allí, en el 2008 Rayrock ha invertido US$ 4.5 millones y tiene planes de expansión, pues la mina es de gran potencial.
En fin, la situación descrita, en la que los capitales peruanos en nuestro vecino del sur aún son sumamente escasos, realza la importancia del paso dado por los Brescia, cuya inversión establece un nuevo panorama, muy distinto al anterior. Gracias a eso, si bien aún estamos muy lejos del monto que Chile canaliza al Perú (US$ 6,500 millones), podemos decir que ya comenzamos a tomar posiciones en este saludable mano a mano de inversiones.