El Tren Eléctrico llegaría hasta SJ de Lurigancho


Foto: Caretas

Como se sabe, las obras del Metro o Tren Eléctrico están prácticamente terminadas en su tramo Villa El Salvador-Atocongo. Prueba de ello es que, de vez en cuando, este sale a hacer breves recorridos por allí, con propósitos de mantenimiento o para ayudar a afrontar situaciones complicadas, como las que se producen durante los días de paros de transportistas.

En dicho segmento ferroviario (señalado con la línea de color verde en el mapa) sólo falta llevar a cabo algunas obras menores, como adecuar y mejorar las viejas estaciones, que prácticamente nunca han operado.

En el tramo Atocongo-Avenida Grau (señalado con la línea roja), ya está construida apoximadamente la mitad del viaducto elevado, que llega hasta la avenida San Borja Sur. Falta construir la otra mitad, para que enrumbe hacia Javier Prado, pase sobre esta avenida, atraviese la dinámica y congestionada zona de Gamarra, en La Victoria, y llegue hasta la avenida Grau, donde se enlazará con el sistema de buses del Metropolitano, que recorrerá la ciudad de norte a sur y viceversa. Además, falta instalar los rieles y el sistema de alimentación eléctrica (con catenarias) a todo lo largo del tramo.


¿Se completará la Línea 1? Ojalá.

La obra civil (viaducto y estaciones) y el equipamiento electromecánico (rieles, catenarias, sistemas eléctricos, de telecomunicaciones, etc.) demandarán una inversión de US$ 432 millones, y correrán a cargo del Estado, pues, como se sabe, en la licitación de enero, que buscaba entregar todo ello en concesión al sector privado, no hubo ningún consorcio interesado. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), por intermedio de su dependencia Provías Nacional, ya convocó la licitación para elegir a la empresa constructora, que recibiría la buena pro el 21 de setiembre. Mientras tanto, está a la espera de un crédito de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por US$ 350 millones.

Paralelamente, en este mismo año, se hará la convocatoria para elegir al consorcio privado que operará el tren. Dado que ya no se requerirá la multimillonaria inversión planteada en enero (pues la obra civil ya estará construida), sino simplemente la destinada a la conformación y puesta a punto de la flota de trenes, la operación del negocio y el mantenimiento de la infraestructura, se espera que esta vez sí haya numerosos postores y se obtenga el éxito deseado. Se estima que se necesita comprar 7 trenes y 48 vagones.

Así, el Metro de Lima, el célebre Tren Eléctrico, podría estar apto para funcionar cerca de mediados del 2011, o sea, en las postrimerías del actual gobierno, que se daría el gusto de ver completada, por fin, la obra que inició en los años 80, y que, lamentablemente, por su propia precipitación, demagogia y total falta de criterio técnico (por ejemplo, en la elección de la ruta), no generó mayor interés entre los inversionistas y estuvo convertida, durante dos décadas, en el más increíble y multimillonario elefante blanco de la ciudad.


Tras 20 años de espera, en el 2011 ya podrían circular regularmente (Foto: Provías)

En fin, superado el trago amargo de tanta frustración, el proyecto parece encaminarse ahora a un final que, aunque costoso, será feliz. Y la felicidad podría ser aún mayor, pues se está evaluando la posibilidad de extender las obras, que ya no terminarían en la avenida Grau, sino que continuarían (como lo muestra la línea anaranjada) hasta el populoso distrito de San Juan de Lurigancho (SJL), el más poblado del país. En los siguientes meses se haría los estudios respectivos. Con ello, se agregaría otros 11.9 kilómetros.

Es decir, en un par de años, la ferrovía se extendería desde los actuales 10 kilómetros hasta los 22. Luego, si se cristalizara la prolongación hasta SJL, añadiría otros 12 kilómetros, alcanzando los 34. Así, quedaría completada la Línea 1. Con esa extensión, nuestro humilde, vapuleado y casi utópico metro lograría ubicarse en el puesto 11 entre sus pares de América Latina, igualando al de Porto Alegre, y superando a los de Monterrey, Medellín, Belo Horizonte y Guadalajara.

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