Hace un año consignamos (ver aquí) el dato acerca de la capitalización doméstica de las bolsas de valores de nuestra región. Hoy, basados una vez más en la información de la Federación Iberoamericana de Bolsas de Valores (FIAB), los estamos actualizando.
Como se sabe, dicha capitalización, a diferencia de la capitalización total, no toma en cuenta el valor conjunto de todas las empresas que cotizan en una bolsa (medido por el precio de mercado de sus acciones), sino únicamente el de las empresas nacionales.
En el ranking del año pasado señalábamos que las bolsas se venían recuperando, tras la caída que habían sufrido por los primeros embates de de la crisis financiera norteamericana. La Bolsa de Lima, por ejemplo, había llegado a su nivel máximo de capitalización doméstica, con US$ 70 mil millones. Lamentablemente, luego de eso la situación, en lugar de mejorar, se agravó terriblemente, hundiendo a todos los mercados, lo que se puede comprobar fácilmente, comparando las capitalizaciones que aquí presentamos con las de entonces: en un gran número de casos, han caído a la mitad.
Las posiciones, en cambio, no se han modificado. La bolsa brasileña, es decir, la de Sao Paulo, sigue siendo, por mucho, la más grande, con una capitalización (US$ 644,512 millones) que triplica a la de México.
En tercer lugar figura la bolsa de Santiago, con acciones domésticas por un valor superior a US$ 150 mil millones. El hecho de que este monto represente un porcentaje del PBI mayor que el de otros países latinoamericanos indica que Chile es el país de mayor profundización bursátil.
Colombia se ubica en el cuarto lugar. El Perú, con la Bolsa de Valores de Lima, está posicionado en el quinto, con una capitalización un poco mayor a US$ 40 mil millones. Luego se ubica Argentina, con la Bolsa de Buenos Aires, cuya capitalización doméstica es, desde hace ya más de un año, inferior a la limeña.
Venezuela, pese a su condición de economía importante de América Latina, posee una bolsa muy diminuta en cuanto a capitalización, reflejo del fuerte protagonismo que tiene en ese país la actividad estatal, y de la débil presencia de la actividad privada.
Cabe señalar, a modo de cierre de la nota, que el optimismo acerca de las bolsas se halla en proceso de restablecimiento, como reflejo de lo cual la mayoría de éstas viene incrementando sus capitalizaciones respecto de los datos presentados arriba. Eso se podrá apreciar apenas la FIAB actualice sus datos y nosotros los publiquemos.
Como se sabe, dicha capitalización, a diferencia de la capitalización total, no toma en cuenta el valor conjunto de todas las empresas que cotizan en una bolsa (medido por el precio de mercado de sus acciones), sino únicamente el de las empresas nacionales.
En el ranking del año pasado señalábamos que las bolsas se venían recuperando, tras la caída que habían sufrido por los primeros embates de de la crisis financiera norteamericana. La Bolsa de Lima, por ejemplo, había llegado a su nivel máximo de capitalización doméstica, con US$ 70 mil millones. Lamentablemente, luego de eso la situación, en lugar de mejorar, se agravó terriblemente, hundiendo a todos los mercados, lo que se puede comprobar fácilmente, comparando las capitalizaciones que aquí presentamos con las de entonces: en un gran número de casos, han caído a la mitad.
Las posiciones, en cambio, no se han modificado. La bolsa brasileña, es decir, la de Sao Paulo, sigue siendo, por mucho, la más grande, con una capitalización (US$ 644,512 millones) que triplica a la de México.
En tercer lugar figura la bolsa de Santiago, con acciones domésticas por un valor superior a US$ 150 mil millones. El hecho de que este monto represente un porcentaje del PBI mayor que el de otros países latinoamericanos indica que Chile es el país de mayor profundización bursátil.
Colombia se ubica en el cuarto lugar. El Perú, con la Bolsa de Valores de Lima, está posicionado en el quinto, con una capitalización un poco mayor a US$ 40 mil millones. Luego se ubica Argentina, con la Bolsa de Buenos Aires, cuya capitalización doméstica es, desde hace ya más de un año, inferior a la limeña.
Venezuela, pese a su condición de economía importante de América Latina, posee una bolsa muy diminuta en cuanto a capitalización, reflejo del fuerte protagonismo que tiene en ese país la actividad estatal, y de la débil presencia de la actividad privada.
Cabe señalar, a modo de cierre de la nota, que el optimismo acerca de las bolsas se halla en proceso de restablecimiento, como reflejo de lo cual la mayoría de éstas viene incrementando sus capitalizaciones respecto de los datos presentados arriba. Eso se podrá apreciar apenas la FIAB actualice sus datos y nosotros los publiquemos.