Un nuevo puerto peruano se desligó de la inercia e incapacidad estatal y pasó a manos privadas. Paita, terminal ubicado en Piura, en el extremo norte de nuestra costa, lo logró hace unos pocos días, al culminar exitosamente su proceso de concesión. De nada valieron los denodados esfuerzos de quienes permanentemente ponen trabas al avance de las inversiones. Ahora Paita ingresa, al igual que Matarani y el Muelle Sur del Callao, al auspicioso ámbito del manejo privado.
De acuerdo a lo que señala el contrato de concesión, en una primera etapa el referido consorcio deberá construir un muelle de contenedores de 300 metros de longitud, que se ubicará paralelo a la costa y tendrá una profundidad de 13 metros, (tres más que la actual), pero que estará en capacidad de ser dragado hasta los 15 metros. Adyacente a éste construirá un patio de contenedores de doce hectáreas de extensión. El equipamiento de la nueva infraestructura incluirá una grúa pórtico de muelle y dos grúas pórtico de patio.
Cuando el movimiento de contenedores llegue a 180 mil TEU (contenedores de 20 pies de largo), TPE tendrá un plazo de 18 meses para instalar una segunda grúa pórtico de muelle y dos de patio. Considerando que en el año 2008 ya se llegó a 138 mil TEU, estas grúas no parecen estar nada lejanas.
Con el nuevo muelle y la profundización de la poza de atraque, podrán ingresar a Paita buques mucho más grandes, de la categoría Panamax (actualmente sólo pueden ingresar naves hasta de 210 metros de largo), en tanto que con las grúas se dinamizará enormemente la carga y descarga de éstos, pasándose de los actuales doce TEU por hora a 25 (cuando haya una grúa), y luego a 50 (cuando haya dos). El enorme patio, por su parte, permitirá ampliar notablemente la capacidad de recepción del puerto. Con ello, Paita disminuirá los tiempos de espera de los buques, incrementará su eficiencia, reducirá sus costos y se convertirá en un puerto mucho más atractivo para las navieras.
Luego, cuando el tráfico de contenedores llegue a 300 mil TEU, el concesionario deberá reforzar el muelle actual, duplicar su longitud, construir su área de respaldo e instalar dos grúas móviles. La idea es que este espigón quede como muelle dedicado a los restantes tipos de carga , y a la recepción de los pasajeros que arriban en los cruceros
El concesionario también podrá optar por construir, en esta etapa, un segundo amarradero de 300 metros, ubicado al norte del que se construirá dentro de poco. Éste también tendrá junto a sí un patio de contenedores de 12 hectáreas, y contará con dos grúas pórtico y cuatro de patio. Con ello, quedaría conformado un enorme muelle recto de 600 metros, que correría paralelo a la costa, con un extensísimo patio de contenedores de más de 20 hectáreas.
Dado que, con su elevado ritmo de crecimiento, Paita ha estado dejando cortas las metas, se estima que las señaladas ahora sean superadas bastante antes de lo previsto. Un buen ejemplo al respecto lo da el hecho de que el Plan Nacional de Desarrollo Portuario del año 2005 preveía que Paita llegara a 134 mil contenedores en el 2015. Pero llegó en el 2008, es decir, siete años antes.
Sin duda, las obras que se ha descrito aquí permitirán que Paita se convierta en un puerto moderno y competitivo, y se consolide como el segundo del país en movimiento de contenedores, a la vez de seguir siendo importante en cuanto a carga total. Con la mayor capacidad que tendrá en poco tiempo, podrá erigirse como el gran puerto que las agroexportaciones norteñas, no sólo de Chavimochic, sino también, próximamente de Olmos, requerían para llegar a los mercados del mundo entero. Con un puerto paiteño bien equipado, ya no habrá necesidad de pensar en el Callao como punto de embarque.
Además, y gracias a la nueva infraestructura que se viene creando en el marco de la Iniciativa de Integración Regional Sudamericana-IIRSA (por ejemplo, la carretera, ya totalmente asfaltada, desde este puerto piurano hasta Yurimaguas, o la total modernización que se hará en dicho puerto fluvial, próximo a ser concesionado), está previsto que Paita se constituya en la puerta de entrada y salida de la Interoceánica del Norte, y con ello en un verdadero puente entre Brasil y Asia, compitiendo, en este último aspecto, de igual a igual, con los restantes puertos de la costa oeste sudamericana.
El puerto de Paita ya es importante; ahora lo será mucho más. (Foto: APN)
De acuerdo a lo que señala el contrato de concesión, en una primera etapa el referido consorcio deberá construir un muelle de contenedores de 300 metros de longitud, que se ubicará paralelo a la costa y tendrá una profundidad de 13 metros, (tres más que la actual), pero que estará en capacidad de ser dragado hasta los 15 metros. Adyacente a éste construirá un patio de contenedores de doce hectáreas de extensión. El equipamiento de la nueva infraestructura incluirá una grúa pórtico de muelle y dos grúas pórtico de patio.
Cuando el movimiento de contenedores llegue a 180 mil TEU (contenedores de 20 pies de largo), TPE tendrá un plazo de 18 meses para instalar una segunda grúa pórtico de muelle y dos de patio. Considerando que en el año 2008 ya se llegó a 138 mil TEU, estas grúas no parecen estar nada lejanas.
Con el nuevo muelle y la profundización de la poza de atraque, podrán ingresar a Paita buques mucho más grandes, de la categoría Panamax (actualmente sólo pueden ingresar naves hasta de 210 metros de largo), en tanto que con las grúas se dinamizará enormemente la carga y descarga de éstos, pasándose de los actuales doce TEU por hora a 25 (cuando haya una grúa), y luego a 50 (cuando haya dos). El enorme patio, por su parte, permitirá ampliar notablemente la capacidad de recepción del puerto. Con ello, Paita disminuirá los tiempos de espera de los buques, incrementará su eficiencia, reducirá sus costos y se convertirá en un puerto mucho más atractivo para las navieras.
Luego, cuando el tráfico de contenedores llegue a 300 mil TEU, el concesionario deberá reforzar el muelle actual, duplicar su longitud, construir su área de respaldo e instalar dos grúas móviles. La idea es que este espigón quede como muelle dedicado a los restantes tipos de carga , y a la recepción de los pasajeros que arriban en los cruceros
El concesionario también podrá optar por construir, en esta etapa, un segundo amarradero de 300 metros, ubicado al norte del que se construirá dentro de poco. Éste también tendrá junto a sí un patio de contenedores de 12 hectáreas, y contará con dos grúas pórtico y cuatro de patio. Con ello, quedaría conformado un enorme muelle recto de 600 metros, que correría paralelo a la costa, con un extensísimo patio de contenedores de más de 20 hectáreas.
Dado que, con su elevado ritmo de crecimiento, Paita ha estado dejando cortas las metas, se estima que las señaladas ahora sean superadas bastante antes de lo previsto. Un buen ejemplo al respecto lo da el hecho de que el Plan Nacional de Desarrollo Portuario del año 2005 preveía que Paita llegara a 134 mil contenedores en el 2015. Pero llegó en el 2008, es decir, siete años antes.
Sin duda, las obras que se ha descrito aquí permitirán que Paita se convierta en un puerto moderno y competitivo, y se consolide como el segundo del país en movimiento de contenedores, a la vez de seguir siendo importante en cuanto a carga total. Con la mayor capacidad que tendrá en poco tiempo, podrá erigirse como el gran puerto que las agroexportaciones norteñas, no sólo de Chavimochic, sino también, próximamente de Olmos, requerían para llegar a los mercados del mundo entero. Con un puerto paiteño bien equipado, ya no habrá necesidad de pensar en el Callao como punto de embarque.
Además, y gracias a la nueva infraestructura que se viene creando en el marco de la Iniciativa de Integración Regional Sudamericana-IIRSA (por ejemplo, la carretera, ya totalmente asfaltada, desde este puerto piurano hasta Yurimaguas, o la total modernización que se hará en dicho puerto fluvial, próximo a ser concesionado), está previsto que Paita se constituya en la puerta de entrada y salida de la Interoceánica del Norte, y con ello en un verdadero puente entre Brasil y Asia, compitiendo, en este último aspecto, de igual a igual, con los restantes puertos de la costa oeste sudamericana.