Los términos de intercambio, es decir, la relación que se obtiene al comparar la evolución de los precios de nuestras exportaciones con los de nuestras importaciones, sigue mejorando, en un proceso de alza iniciado en enero de este año. Ello refleja que, en lo que va del 2009, los precios de nuestras ventas al exterior vienen subiendo más, o disminuyendo menos, que los de nuestras compras.
En el gráfico del último Resumen Informativo del Banco Central de Reserva (BCR) se puede ver que, tomando como referencia el año base (1994=100), el índice, que llegó a su mejor nivel de la historia (134) en marzo del año pasado y que bajó hasta los 95 puntos en diciembre último, se halla en plena recuperación, habiendo alcanzado los 103 puntos en febrero.
En ello está influyendo, primordialmente, la fuerte mejora de la cotización del cobre, e inclusive la lenta recuperación del zinc. Por el lado de las importaciones nos viene ayudando la disminución de los precios de varios insumos que el país importa (como el petróleo y el trigo). El resultado de ello son unos términos de intercambio en franca mejoría.
Pese a este alentador dato, las previsiones para el cierre del año aún apuntan a una caída del indicador. No obstante, hay que señalar que éstas cada vez son menos pesimistas. Así, del pronóstico de una caída de más de 12% que se manejaba hace algunos meses, se ha pasado al de una caída de menos de 10%. Y, teniendo en cuenta las buenas noticias que comienzan a aparecer en algunas de las principales economías, embarcadas en enormes planes de reactivación, no sería de extrañar que los mencionados pronósticos se tornen mucho más favorables en los próximos meses.
En el gráfico del último Resumen Informativo del Banco Central de Reserva (BCR) se puede ver que, tomando como referencia el año base (1994=100), el índice, que llegó a su mejor nivel de la historia (134) en marzo del año pasado y que bajó hasta los 95 puntos en diciembre último, se halla en plena recuperación, habiendo alcanzado los 103 puntos en febrero.
En ello está influyendo, primordialmente, la fuerte mejora de la cotización del cobre, e inclusive la lenta recuperación del zinc. Por el lado de las importaciones nos viene ayudando la disminución de los precios de varios insumos que el país importa (como el petróleo y el trigo). El resultado de ello son unos términos de intercambio en franca mejoría.
Pese a este alentador dato, las previsiones para el cierre del año aún apuntan a una caída del indicador. No obstante, hay que señalar que éstas cada vez son menos pesimistas. Así, del pronóstico de una caída de más de 12% que se manejaba hace algunos meses, se ha pasado al de una caída de menos de 10%. Y, teniendo en cuenta las buenas noticias que comienzan a aparecer en algunas de las principales economías, embarcadas en enormes planes de reactivación, no sería de extrañar que los mencionados pronósticos se tornen mucho más favorables en los próximos meses.