El aeropuerto Jorge Chávez, el principal del país, sigue creciendo, y cada vez se parece más al moderno terminal de los renders que Lima Airport Partners, actual concesionario, nos presentó hace algunos años.
Ayer inauguró la segunda etapa de su plan de ampliación y modernización, que demandó una inversión de US$ 61 millones.
Las obras efectuadas son realmente importantes. Como se aprecia en el render de abajo, incluyen la ampliación de los espigones y el área de estacionamiento de los aviones, así como la instalación de nuevas mangas o puentes de abordaje.
El espigón norte, destinado a los vuelos nacionales, ha sido ampliado en más de 4 mil metros cuadrados, habiendo sido construidas allí cinco salas de espera, con sus respectivas mangas de embarque.
El espigón sur, el de mayor movimiento, al estar reservado a los vuelos internacionales, ha sido ampliado en casi 9 mil metros cuadrados, contando ahora con siete nuevas salas de espera y sus respectivas mangas de embarque.
Es decir, se ha agregado doce nuevas mangas a las siete existentes, con lo que ahora nuestro primer terminal aéreo totaliza 19 de estos equipos, indispensables en cualquier aeropuerto moderno.
Las obras efectuadas también incluyen la ampliación, en más de 5 mil metros cuadrados, del espigón central, con el fin de dar más espacio a las oficinas de migraciones, así como al departamento de seguridad. Al poder ser habilitados más puestos de control, se agilizará notablemente las operaciones.
Por otra parte, gracias a los nuevos espacios, los tres espigones tendrán más áreas comerciales, con nuevos concesionarios.
Otra obra importante ha sido la ampliación, en 15 mil metros cuadrados, de la plataforma sur, para el estacionamiento y desplazamiento de los aviones. También se ha construido una nueva calle de rodaje (que conduce hacia la pista principal) y se ha remodelado interiormente la torre de control.
Como se puede ver, ha habido una inversión considerable. Según LAP, ella permitirá que el Jorge Chávez pueda atender hasta 10 millones de pasajeros al año, cifra a la cual se espera llegar en unos 3 ó 4 años.
Luego de eso, la segunda pista, con el radical cambio que supondrá en el diseño de todas las instalaciones del aeropuerto, parece ser el siguiente paso a dar. Pero eso todavía será cerca del 2015.
Ayer inauguró la segunda etapa de su plan de ampliación y modernización, que demandó una inversión de US$ 61 millones.
Las obras efectuadas son realmente importantes. Como se aprecia en el render de abajo, incluyen la ampliación de los espigones y el área de estacionamiento de los aviones, así como la instalación de nuevas mangas o puentes de abordaje.
El espigón norte, destinado a los vuelos nacionales, ha sido ampliado en más de 4 mil metros cuadrados, habiendo sido construidas allí cinco salas de espera, con sus respectivas mangas de embarque.
El espigón sur, el de mayor movimiento, al estar reservado a los vuelos internacionales, ha sido ampliado en casi 9 mil metros cuadrados, contando ahora con siete nuevas salas de espera y sus respectivas mangas de embarque.
Es decir, se ha agregado doce nuevas mangas a las siete existentes, con lo que ahora nuestro primer terminal aéreo totaliza 19 de estos equipos, indispensables en cualquier aeropuerto moderno.
Las obras efectuadas también incluyen la ampliación, en más de 5 mil metros cuadrados, del espigón central, con el fin de dar más espacio a las oficinas de migraciones, así como al departamento de seguridad. Al poder ser habilitados más puestos de control, se agilizará notablemente las operaciones.
Por otra parte, gracias a los nuevos espacios, los tres espigones tendrán más áreas comerciales, con nuevos concesionarios.
Otra obra importante ha sido la ampliación, en 15 mil metros cuadrados, de la plataforma sur, para el estacionamiento y desplazamiento de los aviones. También se ha construido una nueva calle de rodaje (que conduce hacia la pista principal) y se ha remodelado interiormente la torre de control.
Como se puede ver, ha habido una inversión considerable. Según LAP, ella permitirá que el Jorge Chávez pueda atender hasta 10 millones de pasajeros al año, cifra a la cual se espera llegar en unos 3 ó 4 años.
Luego de eso, la segunda pista, con el radical cambio que supondrá en el diseño de todas las instalaciones del aeropuerto, parece ser el siguiente paso a dar. Pero eso todavía será cerca del 2015.