Distribución del Ingreso: Escasa Mejoría

Según la Edición 2008 del informe Panorama Social de América Latina, publicado ayer por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la distribución del ingreso en nuestro país no ha mejorado significativamente en los últimos años.

Así, tanto la población más pobre como la más rica mantienen, con leves fluctuaciones, porcentajes de participación en el ingreso nacional bastante similares a los de hace una década.

De acuerdo al documento, en el año 2007 el 40% de hogares peruanos más pobres recibió el 14.1% del ingreso nacional, casi lo mismo que en 1997 (13.3%). Por su parte, el 10% de hogares más ricos recibió en el 2007 nada menos que el 33.2% del ingreso nacional, prácticamente lo mismo que en 1997 (33.4%). Eso significa que los más pobres no mejoraron su participación, y los más ricos no disminuyeron la suya, como debería haber ocurrido.

Aunque no se pretende que todos los estratos socioeconómicos tengan similar participación en el total del ingreso, pues la igualdad total es una utopía, sí se busca que las diferencias se reduzcan, dentro de parámetros razonables, tal como ocurre en países más desarrollados.

Es decir, dentro de un proceso en el que todos los estratos socioeconómicos mejoren, el estrato más pobre debería hacerlo más, e incrementar su participación, en tanto que el estrato más pudiente debería reducirla. Por ejemplo, en Uruguay, el país latinoamericano con mejor distribución del ingreso, el 40% de hogares más pobres recibe el 21.1% del ingreso nacional (compárese eso con nuestro 14.1%), en tanto que el 10% más rico recibe el 27.5% (frente a nuestro 33.2%).


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La casi imperceptible mejora de la distribución del ingreso en nuestro país revela que hay que realizar un esfuerzo mucho mayor del que se ha hecho, no sólo manteniendo altas tasas de crecimiento económico, sino también incrementando el gasto público y mejorando su eficiencia, promoviendo la inversión privada (para que genere empleo estable y formal), elevando el nivel educativo de la población, incorporando sectores marginados al mercado, y, en fin, abriendo reales y masivas oportunidades de desarrollo en todos los ámbitos.

Felizmente, en el cuadro de la CEPAL también hay un par de datos algo más alentadores. El ingreso promedio mensual de los hogares, por ejemplo, aumentó (si bien levemente) en el decenio en referencia. Así, mientras que en 1997 equivalió a 7.5 veces el ingreso que representa la línea de pobreza, en el 2007 aumentó a 7.8 veces.

También hubo mejora en la relación del ingreso medio per capita: en 1997, el indicador del 10% de los hogares más ricos equivalió a 17.9 veces el indicador del 40% más pobre; en el año 2007, en cambio, la relación se redujo a 15.4 veces. El dato se corrobora al comparar mediante quintiles: mientras que en el 2007 el ingreso medio per capita del quintil más pudiente equivalió a 20.9 veces el del quintil más pobre, en el 2007 tal relación se redujo a 17.2 veces.


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