Se ha puesto usted a pensar? ...

.................................................Por: Mg. Teresa chara de los Rios

Se ha puesto usted a pensar que nuestra niñez fue muy diferente a la de nuestros hijos? Se ha puesto usted a pensar que los niños de ahora deben madurar mucho más a prisa que cuando nosotros éramos niños?

Se ha puesto a pensar que hoy les damos más responsabilidades a nuestros hijos, que la que nuestros padres nos las dieron a nosotros?

Antes nos daban la llave de la casa cuando cumplíamos la mayoría de edad. Hoy, cuando los dos padres trabajan fuera, deben darle la llave al hijo mayor, para que pueda ingresar junto con sus hermanitos, a la vuelta del colegio, aunque nuestro hijo mayor tenga tan solo 8 años de edad.

Les compramos celulares para poder estar comunicados, sin embargo cuando llegamos a casa estamos tan cansados que deseamos que nuestros hijos se duerman temprano para nosotros poder descansar. Ya no hay mamá ni papá, pero hay celulares últimos modelos para comunicarnos, hay computadoras para que chateen porque en casa no tienen con quien conversar.

Antes nuestras madres nos recogían de las escuelas o nos esperaban en casa con un abrazo y un beso para ayudarnos a cambiarnos de ropa, darnos nuestros alimentos y preparar nuestros gustitos. Hoy nuestros hijos han aprendido a prepararse su comida o calentarla en el horno microondas; también compran comida chatarra en la tienda más cercana del barrio, comidas que llenan pero que no alimentan, consumen bebidas energizantes y con saborizantes artificiales, adiós a los jugos de frutas naturales.

Antes nuestras madres nos ayudaban a resolver las tareas escolares. Hoy nuestros hijos no encuentran a nadie en casa a quien consultarle, o en el mejor de los casos hay una empleada que cumple solamente para lo que ha sido contratada. ¿Y las tareas escolares? Contratamos a un profesor particular o pagamos un adicional en el colegio para que en las tardes, sean ellos los que se encarguen de enseñarles las tareas. ¿Y si no nos alcanza el dinero para ello? Piña, que la resuelvan solos.

Antes teníamos amigos del barrio, vecinos, jugábamos. Hoy con los peligros en la calle, no dejamos salir a jugar a nuestros hijos, tampoco sabemos como se llama el vecino de al lado y mucho menos los de nuestro barrio. Somos más indiferentes. Nuestros hijos tienen ahora más amigos virtuales que los de carne y hueso, chatean y se sumergen en los juegos por Internet.

Antes nuestras madres nos contaban cuentos antes de dormir, hoy no hay tiempo ni deseos, mejor le prendemos el televisor y que vean hasta que se duerman.

Nuestros chicos ya no juegan con el yoyo, el bolero, ni las canicas, el mata gnte, las escondidas, adiós a saltar la soga, mundo, jugar a la ronda, a la cocinita, cantar “arroz con leche me quiero casar” ¡qué aburrido les parece! Ahora hay nintendo, play station, Internet, cámaras digitales, teléfonos celulares, DVDs. y otras cosas más.

Hoy nuestros niños demandan más cariño y nosotros a cambio, les damos más cosas materiales.

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