Trigo importado, Agricultura Altoandina y Biodiesel

Escrito por: Ing. Santos Jaimes Serkovic*

Un relámpago produjo el efecto de un flash fotográfico potente, todos quedamos deslumbrados enceguecidos por el impacto luminoso. Se sentía que el rayo había caído muy cerca, nos preparamos a escuchar el trueno que inmediatamente retumbó entre las profundas quebradas que nos rodeaban. Desde la sima en la que estábamos acampando esa tercera noche de viaje, se escucho a las acémilas moverse y acomodarse, formaban parte del perfil de las montañas que delineaban el horizonte. Esa parte del cielo no tenía nubes, una estrella lejana titilaba materializando el frío que nos obligó a ajustar la chalina y acomodar el poncho, bajando el ala del sombrero para cortar el viento helado.

En 1950, por estas alturas aun no había llegado la carretera, estaba muy lejos. Desde el camino Inka que cruzábamos se veía las cordilleras a las que llamábamos Las Minas. Ahora está implantado allí Antamina.

La caravana llevaba caballos de silla, otros de carga y una mula. La mula el animal más seguro y más fuerte cargaba los alimentos que consumíamos durante el viaje. Llevaba dos talegas llenas de cancha, el Shinti (Habas tostadas y luego hervidas) lo consumimos el primer día. El Charqui y el queso acompañaban a la cancha. Tiras de carne deshilachada procedente de una pachamanca de carnero, daba un sabor muy andino a este “fiambre” de viajero. Un agua de Cedrón hervido en la madrugada usando como combustible el ichu, calentó el desayuno reforzado con unos bollos de pan de maíz. Nuestras ropas eran todas de lana, el cordillate, la bayeta, la jerga, eran producidas en nuestros telares. El hilado era especial para cada tejido. Un poncho de vicuña resplandecía entre la ropa del jefe de nuestra caravana.

Todo lo que llevábamos era producido en nuestra zona, allá, pasando el Rio Marañon.
No usábamos absolutamente nada importado.
Cuando regresamos a Llata, después de 20 días de viaje, estaba la novedad de que la panadería estaba vendiendo pan preparado con harina de trigo importado. Fue impactante. A la panadería le salía mucho más conveniente utilizar la harina de trigo importado. En nuestras mesas se veía mas elegante este nuevo pan, mas grande, mas hinchado y con un sabor diferente, y siempre estaba disponible en la panadería. Antes solo tenías pan si lo preparabas en el horno de tu casa.

La harina de trigo importada, barrió con la agricultura alto andina. Este pan reemplazó hasta a la papa. Desaparecieron los verdes campos agrícolas. Nuestra agricultura alto andina era económicamente insostenible. Se necesitaba dinero para comprar alimentos. La autarquía desapareció. Ser agricultor ya no era rentable. La pobreza se instaló en nuestra sociedad. Sus habitantes migramos.

Recorrer las carreteras ahora, es contemplar campos agrícolas abandonados. La economía rural se cayó a lo que es: pobreza y analfabetismo. El estado no llega. La escuela rural se esfuerza, pero no cumple. La salud no es atendida. La cultura rural despareció. Recordemos que Puños tenía una imprenta donde se producía textos escolares.

Pero los tiempos cambian. La oportunidad se asoma en la agricultura. El calentamiento climático global está obligando a tomar medidas legislativas urgentes. Una de ellas es reemplazar al combustible fósil (Petróleo), por bio combustibles. Reemplazar gasolina y petróleo por etanol y bio diesel: La Ley Nro. 28055, Ley de Promoción del Mercado de Biocombustibles.

El Bio diesel es la posibilidad. La mostaza de pajarito, esa flor amarilla que crece entre el trigal es una variedad de la Canola, la Canola es Brassica napus, la Mostaza es Brassica nigra.

Se puede producir bio diesel con la mostaza y con otra serie de granos andinos como la Linaza, la Numia (Frejol reventón, le llaman) el Poroto y el Chocho. La ley 28055, obliga a la industria al transporte y a la minería a remplazar un 5% de sus combustibles por bio diesel a partir del 2009. Antamina va tener que comprar biodiesel. Las áreas de planificación de los gobiernos regionales y locales con Minag y Pronamach ya deben tener planes, almácigos y perfiles económicos para su financiación. Por que los bio combustibles de la selva pueden también ocupar este mercado.

El futuro no se espera. El futuro se construye.
*Congresista de La Republica del Perú. 2001 - 2006

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