En el año 2007, los países latinoamericanos incrementaron notablemente sus reservas internacionales, las que alcanzaron niveles record. Lo hicieron ayudados por la debilidad del dólar, y por los abundantes flujos de esta moneda, provenientes de los crecientes volúmenes de exportaciones, inversiones y remesas.
Esos masivos ingresos de divisas fueron adquiridos en gran parte por los bancos centrales, en su afán de impedir una excesiva devaluación de la moneda norteamericana, y proteger la competitividad de los exportadores.
De acuerdo con los datos del cuadro, Brasil posee las mayores reservas de América Latina, a gran distancia de México y Argentina.
El Perú se ubica en el quinto puesto, por delante de Colombia y Chile, con un nivel que no sólo garantiza el puntual pago de numerosos meses de importaciones, sino que además le permite intervenir cómodamente en el mercado cada vez que se requiere enfrentar situaciones difíciles.
Lo mismo se puede decir de la mayoría de los restantes países. Así las cosas, la turbulencia financiera internacional que podría avecinarse este año si se agravara la crisis del mercado hipotecario norteamericano, encuentra a la región con un buen colchón financiero, disponible para defender el valor de sus monedas y preservar la estabilidad de sus respectivos sectores externos.
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Esos masivos ingresos de divisas fueron adquiridos en gran parte por los bancos centrales, en su afán de impedir una excesiva devaluación de la moneda norteamericana, y proteger la competitividad de los exportadores.
De acuerdo con los datos del cuadro, Brasil posee las mayores reservas de América Latina, a gran distancia de México y Argentina.
El Perú se ubica en el quinto puesto, por delante de Colombia y Chile, con un nivel que no sólo garantiza el puntual pago de numerosos meses de importaciones, sino que además le permite intervenir cómodamente en el mercado cada vez que se requiere enfrentar situaciones difíciles.
Lo mismo se puede decir de la mayoría de los restantes países. Así las cosas, la turbulencia financiera internacional que podría avecinarse este año si se agravara la crisis del mercado hipotecario norteamericano, encuentra a la región con un buen colchón financiero, disponible para defender el valor de sus monedas y preservar la estabilidad de sus respectivos sectores externos.
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