A diferencia del producto bruto por habitante expresado en dólares, este indicador no sólo toma en cuenta el valor nominal de dicho ingreso, sino que además evalúa su capacidad de compra. Dicho análisis es necesario, pues el poder adquisitivo de un determinado monto en dólares difiere en cada país, tanto por efecto del bajo o alto costo relativo de los bienes y servicios internos como del bajo o alto nivel que registre el tipo de cambio. Por tal razón, este indicador es considerado mucho más preciso que el anterior.
La situación descrita hace que en casi todos los países de la región el ingreso medido en PPP sea mucho mayor que el medido en simples dólares corrientes. Ello es particularmente visible en Argentina, país en el cual, si bien el PBI por habitante del año 2006 era de sólo US$ 5,455 (ver ranking anterior), el expresado en PPP se elevaba hasta US$ 16,080, constituyéndose en el mejor nivel de ingresos por persona de América Latina.
Para graficar mejor la utilidad y la naturaleza del PPP, hagamos una comparación del ingreso peruano con el norteamericano. Comencemos por precisar que en el año 2006 el PPP de Estados Unidos era de US$ 43,223 (mientras que su PBI per cápita en dólares corrientes era de US$ 44,024). Esto significa que mientras que un norteamericano ganaba anualmente en dólares 13.1 veces lo que ganaba un peruano (44,024/3,366), la diferencia se acortaba cuando la comparación se hacía en PPP, reduciéndose a 6.30 veces (43,223/6,856). Ésta es la verdadera diferencia de ingresos entre un norteamericano y un peruano, y se debe a que, si bien el primero gana mucho más que el segundo, su ingreso se ve bastante disminuido por el alto costo de los bienes y servicios de su país, así como por la declinante evolución del dólar.
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