El gobierno actual se ha propuesto erradicar el analfabetismo al concluir su mandato, en el año 2011. Dado que actualmente el problema afecta aproximadamente a 3 millones de habitantes (11% de la población), la meta no parece muy sencilla de cumplir. Sin embargo, tampoco resulta imposible, a la luz de lo que se ha visto en varios países latinoamericanos, que, tras emprender intensas campañas alfabetizadoras, lograron erradicar el mal en un tiempo relativamente corto.
Como se sabe, el analfabetismo es mucho más alto en el campo que en las ciudades. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el período abril-diciembre del 2005, afectaba al 23.9% de la población rural, y al 5.2% de la población urbana.
A su vez, tenía mucho mayor incidencia entre las mujeres que entre los hombres. El caso era especialmente grave entre las mujeres del campo, pues el 35.6% de éstas no sabía leer ni escribir, frente al 7.8% que no podía hacerlo en las ciudades. Entre los hombres del campo, la tasa llegaba al 12.5%, en contraste con el 2.4% de aquéllos de las ciudades.
Por departamentos, la situación era realmente dramática en Huancavelica, Apurímac y Ayacucho, donde el 44.7%, 38.5% y 38.1%, de sus mujeres, respectivamente, eran analfabetas.
No es la primera vez que un gobierno se traza una meta como ésta. Otros lo intentaron anteriormente, sin éxito. Sin embargo, si el programa se lleva a cabo con eficiencia, podría alcanzarse el objetivo. Según el presidente García, a la fecha están operando más de 39 mil círculos o grupos de lectura, en todas las regiones del país, gracias a los cuales tan sólo en este año se alfabetizará a más de 590 mil pobladores.
Como se sabe, el analfabetismo es mucho más alto en el campo que en las ciudades. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el período abril-diciembre del 2005, afectaba al 23.9% de la población rural, y al 5.2% de la población urbana.
A su vez, tenía mucho mayor incidencia entre las mujeres que entre los hombres. El caso era especialmente grave entre las mujeres del campo, pues el 35.6% de éstas no sabía leer ni escribir, frente al 7.8% que no podía hacerlo en las ciudades. Entre los hombres del campo, la tasa llegaba al 12.5%, en contraste con el 2.4% de aquéllos de las ciudades.
Por departamentos, la situación era realmente dramática en Huancavelica, Apurímac y Ayacucho, donde el 44.7%, 38.5% y 38.1%, de sus mujeres, respectivamente, eran analfabetas.
No es la primera vez que un gobierno se traza una meta como ésta. Otros lo intentaron anteriormente, sin éxito. Sin embargo, si el programa se lleva a cabo con eficiencia, podría alcanzarse el objetivo. Según el presidente García, a la fecha están operando más de 39 mil círculos o grupos de lectura, en todas las regiones del país, gracias a los cuales tan sólo en este año se alfabetizará a más de 590 mil pobladores.
Habrá que esperar un tiempo para evaluar los resultados. Seguramente el censo de los últimos días nos dará más luces acerca de lo avanzado hasta hoy en esta importantísima materia.