El Violinista de Jose Maria Arguedas en Umari

Es un buen intento de conocer y reconocer nuestro patrimonio cultural, luego reforzarlo con la revaloración seria y sincera, en seguida defender y promover lo poco que nos queda, después de 500 años de una despiadada destrucción del mundo andino autónomo y trascendental. Por el momento dos son los concejos distritales que han empezado a trabajar por la reivindicación cultural de su localidad: Umari con la Fiesta Andina y Kichke con la Biodiversidad. Ciertamente el inicio se dio en Aukinmarka (1991), qué será de su futuro...

l . Oportuna Resistencia Cultural
Hace bien, lo que hace el alcalde don Alcides García Durand, de Umari, está financiando un estudio cultural de su distrito, está reconstruyendo el extraordinario centro arqueológico de Ushnu punta, desarrollando un Taller de actividades interculturales con la presencia de expositores como Javier Lajo Lazo (Soberanía vulnerada), un arqueólogo y un arquitecto invitados hablaron de astronomía desde sus especialidades, mientras Santiago Aguí apuesta por los alimentos andinos y el padre Eliseo celebra la misa en jichwa panatagua.

Es mucho más que un Día del Campesino, es una gran Fiesta Andina, con cantos y bailes, juegos y alegrías, ceremonias de amistad entre wankas sagradas (construidas a mano) y la mamapacha andina, después de la “violencia y las deformaciones que ha configurado el mundo mestizo”, como decía el poeta cuzqueño Washington Delgado.

Son prácticas de unidad entre el hombre andino (RUNA) y la naturaleza (PACHA) o mejor entre el runa y su pasado glorioso y, es muy estimulante para quienes vivimos orgullosos de nuestros patrimonios, de nuestra biodiversidad, de nuestro suelo, viento y el cielo todavía limpios. Nosotros tenemos en nuestros pueblos lo esencial, lo fundamental y un pensamiento filosófico, ciencia, tecnología y emociones muy humanas, potencialidades para salvar estos tiempos enloquecidos por el mercantilismo exterior, con el nombre de “globalización”, que nos heredarán ruinas y desiertos si no levantamos nuestra raíz cultural y nuestro rostro propio de peruanos.

2. Un reencuentro intercultural con Máximo Damián, muy necesario en estos tiempos sin alma

Hace más de 40 años, este artista auténtico y sus danzantes poseídos de Wamani, hacían presencia con Arguedas en diversos actos culturales, aún no reconocidos en la monstruosa Lima. Le soñó días antes y con tonos muy tristes y quejumbrosos le acompañó hasta la tumba inmortal al poeta de los “señores doctores” en 1969.

Máximo Damián Huamaní e Isabel Asto Huachaca y sus danzantes de tijeras, son mensajeros del gran movimiento de reivindicación andina Taki Ongoy, desde el Perú al mundo. Hay que ir a reconocerlos y darle un abrazo cultural, que empieza a florecer en la zona de Panao, Pachitea. Es un artista regional-universal.

Máximo Damián, esta vez no viene a un coliseo, llega a encontrarse con los Chupa e Ichus, cuando la actual cultura popular desvanece en manos de “líderes” o mandantes criollos; se encuentra en Umari y con los quechuahablantes de ponchitos negros y blanquísmas mantitas que ya no se dejan quitar.

Los mismos destellos que en las noches se levantan por las alturas de Wanakauri y en San Diego de Isua (su tierra, en Lunas, Ayacucho) se abrazan cuando llega el artista del violín. Arguedas le abrió el camino a este hombre que visita las alturas de Ushnu en Panaogocha, alentando con la chagchada a las tierras buenas de tubérculos andinos, a las pañaquitas mantitas de nieve, cinturitas de arco iris, cinturitas de arco iris...
Viene acompañado de dos competentes y competitivos danzantes: Alcón de Paico y Llaspacha, dos danzantes de tijeras, que firmará el pacto con el cerro sagrado de Aukingoto, con el acompañamiento de las quenas mágicas de Tayta Shanti, llamado como Santiago Aguí, y la mirada serena de tío Venancio.

Umari punta se alegrará siempre y Yanamayo sonreirá cuando sigamos bailando por siempre la gachua y el amor pañaco. Bienvenido a Umari Violinista de Isua, abrázale de nuestra parte al inmortal poeta y testigo de reivindicaciones, don José María Arguedas, que existió y vive.

3. El desarrollo cultural ¿Es acaso un punto de partida de una regionalización?

Sí tío. El desarrollo parte de un punto de la historia, de un espacio económico social pequeño y preciso; con la participación total de la población y con símbolos de identidad definidos para mejorar la salud de las poblaciones. Estar educados para la felicidad física, biológica, económica y cultural o de otra manera: con producción, organización e identidad responsables.

Si estos movimientos de resistencia cultural desarrolláramos en todos los pueblos, ensamblaríamos sentimientos, en una conjunción mayor de identidad regional y nacional; así como estamos, más y más nos fragmentamos... Hay que partir desde la economía de la naturaleza y desde los hombres humanos de César Abraham.

Al hablar del desarrollo económico, social y cultural, jamás debemos olvidar nuestra biodiversidad, todavía persistente en los caminos a los Ushnus de Umari, desde Aukingoto hasta Puytush en Pinkaray. Vamos, son emocionantes: El aroma de los caminos / el ulular de los manantiales / dialogando con el aliso milenario / la policromía de todos los verdes / jugando con la niña de nuestros ojos / que recorren el mundo andino. (No me diga nada don Guillermo Lumbreras, usted era un buen ayacuchano).
Por Víctor Domínguez Condezo / Diario Regional

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