Más chicos que las grandes cadenas de tiendas, los “Strip Center” desembarcan en diversos distritos de Lima para cambiar la configuración de sus barrios
El paisaje comercial de un barrio no suele ser distinto de otro: en todos existe una bodega, una panadería, una farmacia, una pollería y un chifa. ¿Qué pasa si todos estos comercios son colocados en un solo gran establecimiento que permita potenciar sus ventas? Tendríamos lo que en jerga comercial gringa se ha bautizado como “strip center” o un centro comercial vecinal.
Lima se ha vuelto una ciudad bastante complicada para el desarrollo de proyectos comerciales de gran envergadura, no solo por el hecho de que los terrenos han incrementado considerablemente sus precios, sino porque no existen espacios amplios en los que puedan desarrollarse.
En ese sentido, varios inversionistas han puesto sus ojos en proyectos del tipo “strip center”. Ernesto Aramburú, gerente general de la consultora Araval, sostiene que estos no demandan fuertes montos de inversión porque no son construidos en terrenos de grandes dimensiones —necesitan mínimo 2.500 metros cuadrados— por lo que son más fáciles de financiar y construir.
Explica que estos proyectos comerciales requieren, según su dimensión, entre US$2 millón y US$5 millones. “Conseguir un financiamiento de US$2 millones es más sencillo que conseguir US$40 millones para un centro comercial”, indica.
El propio Aramburú es director de un proyecto del grupo inmobiliario Berty . Este grupo ha anunciado la construcción de uno de estos centros en la avenida Guardia Civil en Chorrillos. Este no es el único proyecto, la compañía guarda una envidiable cartera de terrenos en diversas partes de Lima que superan la docena. Pero concretamente tienen cinco proyectos en desarrollo, uno de los cuales se ubica en la avenida Sucre en Pueblo Libre, otro en la avenida Argentina (Cercado) y uno en Chosica. Asimismo, tiene dos proyectos más en Sullana y en Paita.
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