Los profesionales jóvenes son más propensos a ver nuevas experiencias, según estudio de consultora
Si hiciéramos la analogía de una empresa y un barco, se podría decir que hasta hace unos años los ejecutivos —cual oficiales de la Armada— eran los últimos en abandonar una organización (barco, para nuestra analogía). Sin embargo, esa figura ha cambiado radicalmente, pues según el estudio Saratoga, realizado por PricewaterhouseCoopers (PwC), la tasa promedio de rotación en el Perú duplica la de Sudamérica: 17,5% y 8,3%, respectivamente.
¿Cómo se llegó a esta situación? Sergio Koremblit, socio líder de la consultora, explica que la rotación entre ejecutivos peruanos es producto de la buena situación económica del país, que permite que los profesionales con experiencia y alto valor agregado opten por mejores ofertas laborales. “La alta rotación también viene porque hay requerimiento de compra de know-how y en el mercado hay pocos ejecutivos con gran valor curricular para industrias especializadas o en desarrollo”, añade.
La explicación de Koremblit se refuerza con otro hallazgo del estudio, que refiere que la desvinculación voluntaria en el país llega al 7,9% de los casos, frente a una media de 3,7% en Sudamérica.
La especialista en temas laborales Inés Temple concuerda con que la actual rotación de ejecutivos es mucho mayor si la comparamos con el ratio de hace unos 5 años. Sin embargo, discrepa con la comparación regional: “Nosotros encontramos que la rotación en el país es similar a la de mercados mucho más avanzados como los de Brasil, Colombia, Chile y Argentina”, comenta.
Cabe precisar que el estudio de Saratoga se basa en muestras tomadas en 8 sectores económicos de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay y Perú.
En lo que sí concuerda Temple es que el desempeño económico del país provoca estos nuevos escenarios. Es más —añade— la nueva coyuntura hace que ahora haya mayor aceptación de los ejecutivos que se encuentran en transición laboral. Sobre este punto precisa que hace 15 años “estar entre trabajos era una señal negativa que generaba cuestionamiento, pero hoy el ejecutivo es consciente de que es una parte normal de su ciclo de trabajo”.
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