Marcelo acusa a Alberto de incumplir con el acuerdo entre ambos para controlar la compañía. Proceso se iniciaría en marzo próximo. No hubo acuerdo entre los controladores de Ripley, los hermanos Alberto y Marcelo Calderón Crispín. El conflicto se desató y se hizo público tras los cambios en el directorio de la compañía.
Pese a que hubo intenciones de llegar a un acuerdo, Marcelo Calderón finalmente decidió demandar a su hermano y que sea el árbitro Marcos Libedinsky quien dirima el conflicto. El ex presidente de la Corte Suprema fue nombrado de común acuerdo por las partes.
El árbitro ya fue notificado y se espera que el juicio arbitral, que podría durar más de dos años, se inicie en marzo próximo.
El origen
La rama de Marcelo Calderón acusa que su hermano Alberto no cumplió con el pacto de accionistas, pues considera que, al elevar el número de directores, se vulneran sus derechos en la empresa.
Además, según el empresario, Inversiones R Limitada (sociedad con la que los Calderón controlan Ripley) acordó elevar el número de directores de la empresa en el Comité de Administración (ente máximo de la sociedad de inversión) sin su consentimiento.
Esta rama familiar sostiene que hoy no tiene representación en el directorio de la multitienda, pues en la última junta extraordinaria de accionistas la rama Calderón Volochinsky nombró a ocho de once directores. Esto, pues de los elegidos ninguno fue propuesto por Marcelo Calderón, afirma una fuente ligada a este empresario.
Sin embargo, Alberto y sus hijos Andrés, Michel y Lázaro Calderón Volochinsky sostienen, según ha dicho su defensa, que no es necesario que el Comité de Administración vote de manera unánime el aumento en el número de directores de la compañía, por lo que aseguran que los cambios en el directorio son válidos.
Los hermanos controlan la multitienda con el 60% de la propiedad. De esto, Alberto tiene el 40% (además de un 4,5% que adquirió en bolsa) y Marcelo el 20%, tras venderle un porcentaje similar al grupo Saieh.
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