The Heritage Foundation es una entidad norteamericana muy conocida a nivel mundial por su fervorosa defensa de la libertad económica como un elemento indispensable para el crecimiento y desarrollo de los países.
En tal sentido, y como una forma de evaluar permanentemente la situación de cada uno de ellos en este aspecto, cada año publica, con el patrocinio de The Wall Street Journal, el denominado Índice de Libertad Económica, en el que, a partir de la consideración de diez importantes variables, destaca los avances logrados o advierte acerca de los retrocesos.
Las variables en las que se basa la evaluación son las siguientes: libertad para efectuar negocios, libertad comercial, libertad fiscal, tamaño del gobierno, libertad monetaria, libertad para las inversiones, libertad financiera, protección de los derechos de propiedad, ambiente económico libre de corrupción y libertad laboral. La calificación de estas va desde 0 hasta 100, equivaliendo la primera cifra a un nulo nivel de libertad, y la segunda a una total libertad. Todas tienen el mismo peso, por lo que el índice final constituye un simple promedio aritmético de las diez.
Lógicamente, la meta es tener el índice más alto posible, pues de esa manera se establece las condiciones para un más rápido crecimiento, y, por ende, para un más acelerado progreso económico y social. Hecha la explicación, pasemos a ver los datos.
Como ya es tradicional, Chile, país conocido por sus amplias libertades en materia económica, ocupa la primera posición latinoamericana, y undécima en el mundo, con un índice de 78.3, constituyéndose, además, en el único de la región considerado en la categoría Mayormente Libre, y estando a punto de ingresar al selecto grupo de los países Libres económicamente hablando. La mayor fortaleza del país sureño está en el escaso tamaño de su gobierno y en la adecuada defensa de los derechos de propiedad, rubros en los cuales obtiene una puntuación de 90, pero su mayor debilidad reside en la aún no muy amplia libertad para hacer negocios, donde obtiene una de sólo 65.
Luego viene un grupo de ocho países en la categoría Medianamente Libre. Lo encabeza El Salvador, con 69.8 puntos, seguido muy de cerca por Uruguay. Después se ubican Costa Rica y México. El país azteca es el número 49 del mundo, con un índice de 65.8 puntos. Sus mayores fortalezas se hallan en las libertades de negocios, comercial y fiscal, así como en el relativamente escaso tamaño de su gobierno, rubros todos en los cuales obtiene un promedio de 80 puntos. Lamentablemente, exhibe una pobrísima calificación, de sólo 35 puntos, en materia de lucha contra la corrupción.
El Perú se sitúa detrás de Panamá, en el séptimo puesto latinoamericano y en el 57 del mundo, con un índice de 64.6, que representa un regular avance respecto del año anterior. Nuestro país obtiene sus mejores calificaciones en tamaño del gobierno (91.8) y libertad monetaria (86.5). En cambio, registra una calificación tan baja como la de México en materia de combate a la corrupción (35 puntos), y tampoco sale bien parado en derechos de propiedad (40 puntos) y libertad laboral (48.7).
Luego del Perú se ubican Colombia y Paraguay, y, tras de ellos, ocho países considerados como Mayormente No Libres en lo económico. Sobresalen en este grupo los dos más grandes de Sudamérica: Brasil y Argentina.
El primero tiene un promedio de sólo 56.7, que lo sitúa en el puesto 105 del mundo, con su mayor fortaleza en los rubros de las libertades monetaria (77.2) y comercial (71.6) , pero con débiles desempeños en la lucha contra la corrupción (35) y varios otros rubros.
Argentina, por su parte, sólo posee 52.3 puntos, con lo cual figura en el puesto 138 del mundo. Sus puntos fuertes están en las libertades comercial y fiscal, así como en el tamaño del gobierno, rubros en los cuales logra superar los 70 puntos. Lamentablemente, exhibe un pobrísimo desempeño en lo que atañe a lucha contra la corrupción (29 puntos), pero, sobre todo, en la defensa de los derechos de propiedad (20).
Cierran la lista latinoamericana Venezuela y Cuba, ambos calificados como países económicamente Reprimidos. La mejor puntuación del país llanero, ubicado en el puesto 174 del mundo, es obtenida en los rubros de libertad fiscal (70.6) y tamaño del gobierno (69.3), en tanto que la peor en los rubros de la lucha anticorrupción (20), libertad de inversión (10), pero, sobre todo, en derechos de propiedad (5). El país caribeño, por su parte, sólo supera los 60 puntos en las libertades de comercio y monetaria, pero apenas logra 10 en las de negocios, de inversión y financiera, así como en la defensa de los derechos de propiedad.