En economía, por muy difícil que resulte estimar los indicadores futuros, sobre todo en épocas de inestabilidad, como la actual, es indispensable hacerlo. Aunque no se acierte en los pronósticos y luego haya la necesidad de revisarlos y ajustarlos, la tarea es inevitable, pues, pese a ser pasible de errores, permite tener una referencia fundamental, a partir de la cual se puede elaborar instrumentos de manejo tan importantes como el presupuesto nacional y mover las numerosas fichas del ajedrez macroeconómico.
En ese marco de cosas, el gobierno acaba de hacer su listado de estimaciones acerca de los principales indicadores de la economía, tanto para lo que resta del presente año como para los años que siguen, desde el 2010 hasta el 2012. Lógicamente, cuanto más alejado el pronóstico, mucho mayor es la probabilidad de error, por lo que habrá que tener ello en cuenta con las cifras que presentamos a continuación. Corresponden al documento denominado Marco Macroeconómico Multianual 2010-2012, que, con el fin de incorporar la reciente dinámica del entorno macroeconómico nacional y mundial, los movimientos de las principales variables y las nuevas perspectivas que a raíz de eso se abren, acaba de ser revisado y publicado hace pocos días. Sin más preámbulos, veamos los pronósticos.
En materia de inflación, se prevé que esta alcance un nivel mínimo, de sólo 1.5%, este año, y que en los siguientes se mantenga sumamente baja, en tasas de 2%.
El tipo de cambio, por su parte, no se movería mayormente en lo que resta del año respecto del nivel actual (S/. 2.95), de tal manera que el promedio anual cerraría en S/. 3.06 (básicamente por el elevado nivel que tuvo en los primeros meses). Según el MEF, en el 2010 caería 3.5%, mostrando una apreciación del nuevo sol, y luego, en los siguientes períodos, se mantendría sin mayor variación.
En cuanto al PBI, en el actual y difícil año sólo crecería 2.2% (¿se acertará en esta enésima estimación?). Sin duda, cualquier resultado positivo, por muy modesto que pudiera parecer, será bienvenido, a la luz del panorama de recesiones y desaceleraciones que la crisis dejó en todas partes. En cambio, a partir del 2010 habría un fuerte repunte, que llevaría a un crecimiento de 5% ese año, y a uno de 5.8% en el 2011, hasta alcanzar el 6% en el 2012. Si el PBI estimado por el MEF para dicho año se lleva a dólares corrientes, se acercaría a los US$ 170 mil millones.
La inversión bruta fija se recuperaría significativamente, pasando del 25.7% actual al 27.5% en el 2012, al compás de la recuperación de la inversión privada, que este año tuvo una fuerte caída.
En el sector externo, la balanza en cuenta corriente, que refleja la brecha entre inversión y ahorro internos, seguirá siendo negativa, aunque disminuirá sostenidamente (como porcentaje del PBI) entre el 2010 y el 2012.
La balanza comercial, por su parte, si bien seguirá siendo positiva, lo será cada vez menos hasta el 2010, en que registrará un saldo favorable de sólo US$ 874 millones, pero se acrecentará a partir de entonces. Sin embargo, en el 2012 todavía no habrá alcanzado un nivel superavitario tan grande como el del 2008.
Las exportaciones, que con las nuevas estimaciones resultarían este año un poco más altas de lo previsto, se recuperarán fuertemente desde el próximo año, pero sólo en el 2012 lograrán superar, con un monto de US$ 34,662 millones, su nivel previo a la crisis.
En el ámbito fiscal, la presión tributaria, que este año cayó por debajo del 14%, reemprenderá la marcha ascendente a partir del 2010, aunque en el 2012 aún no habrá igualado el 15.6% que alcanzó en el 2008.
El resultado primario del sector público no financiero seguirá siendo deficitario este año y el próximo, pero devendrá positivo a partir del 2011. El resultado económico, en cambio, se mantendrá negativo (el deficit fiscal será del 1.6% del PBI en el 2010), aunque disminuyendo cada vez más, hasta alcanzarse un virtual equilibrio en el 2012.
Lo anterior permitirá que el saldo de la deuda pública total, que este año trepó hasta 26.3%, se reduzca sostenidamente en los siguientes períodos, hasta el 22% del PBI en el 2012. Dicha favorable evolución ocurrirá debido a la sensible reducción tanto de las deudas externa como interna.
Como se aprecia en el siguiente cuadro, la inversión, que este año se redujo a 25.7% del PBI (debido principalmente a la fuerte reducción de la parte privada, y pese al fuerte incremento de la pública), retomará en los siguientes años su tendencia alcista. Ello no sólo ocurrirá por la recuperación privada, sino por el sostenimiento de la pública, de tal manera que en el 2012 se llegaría a un nivel total de 27.8% del producto.
Los recursos para tal efecto provendrán cada vez en mayor grado del ahorro interno, pues el externo (equivalente al deficit en cuenta corriente) se irá reduciendo sostenidamente, pasando del actual 3.0% del PBI a sólo 1.9%. La mejora del nivel de ahorro interno provendrá tanto del sector público como del privado.
En el área productiva, las proyecciones apuntan, como ya se dijo, a una fuerte recuperación del PBI a partir del 2010, con el sector construcción volviendo a constituirse como la locomotora del dinamismo, con tasas cercanas al 10% en los siguientes años.
La manufactura, fuertemente golpeada este año por la crisis, se recuperará significativamente, alcanzando tasas promedio de 5% entre el 2010 y el 2012.
También se prevé una fuerte recuperación de la minería, ante el rally-up que reemprenderían los precios de los metales, de la mano de la reactivación de nuestros principales socios comerciales.
En general, dadas las favorables perspectivas, se espera un buen desempeño en todos los sectores.
Por último, tal como se observa en el siguiente cuadro, a partir del 2010 está prevista una muy fuerte recuperación de la demanda global, que en el presente año se vio doblemente afectada, tanto por el nulo crecimiento de la demanda interna como por la caída de la demanda externa (exportaciones). Desde el próximo año, ambas mostrarán una fuerte recuperación. La primera lo hará de la mano de un moderado crecimiento del consumo y un fuerte crecimiento de la inversión, reflejando el retorno de la confianza de las personas y empresas. La segunda, por su parte, lo hará en virtud de la reactivación de los mercados de exportación.
La reactivación de la demanda interna será liderada por el crecimiento de la inversión privada, que este año flaqueó ostensiblemente, y que crecerá a niveles de entre 6 y 10%. La inversión pública, de elevadísimo crecimiento en el 2008 y 2009 (a consecuencia de la política anticíclica puesta en práctica), seguirá fuerte, creciendo 15.6% en el 2010, pero luego volverá a tasas de variación mucho más normales
En ese marco de cosas, el gobierno acaba de hacer su listado de estimaciones acerca de los principales indicadores de la economía, tanto para lo que resta del presente año como para los años que siguen, desde el 2010 hasta el 2012. Lógicamente, cuanto más alejado el pronóstico, mucho mayor es la probabilidad de error, por lo que habrá que tener ello en cuenta con las cifras que presentamos a continuación. Corresponden al documento denominado Marco Macroeconómico Multianual 2010-2012, que, con el fin de incorporar la reciente dinámica del entorno macroeconómico nacional y mundial, los movimientos de las principales variables y las nuevas perspectivas que a raíz de eso se abren, acaba de ser revisado y publicado hace pocos días. Sin más preámbulos, veamos los pronósticos.
En materia de inflación, se prevé que esta alcance un nivel mínimo, de sólo 1.5%, este año, y que en los siguientes se mantenga sumamente baja, en tasas de 2%.
El tipo de cambio, por su parte, no se movería mayormente en lo que resta del año respecto del nivel actual (S/. 2.95), de tal manera que el promedio anual cerraría en S/. 3.06 (básicamente por el elevado nivel que tuvo en los primeros meses). Según el MEF, en el 2010 caería 3.5%, mostrando una apreciación del nuevo sol, y luego, en los siguientes períodos, se mantendría sin mayor variación.
En cuanto al PBI, en el actual y difícil año sólo crecería 2.2% (¿se acertará en esta enésima estimación?). Sin duda, cualquier resultado positivo, por muy modesto que pudiera parecer, será bienvenido, a la luz del panorama de recesiones y desaceleraciones que la crisis dejó en todas partes. En cambio, a partir del 2010 habría un fuerte repunte, que llevaría a un crecimiento de 5% ese año, y a uno de 5.8% en el 2011, hasta alcanzar el 6% en el 2012. Si el PBI estimado por el MEF para dicho año se lleva a dólares corrientes, se acercaría a los US$ 170 mil millones.
La inversión bruta fija se recuperaría significativamente, pasando del 25.7% actual al 27.5% en el 2012, al compás de la recuperación de la inversión privada, que este año tuvo una fuerte caída.
En el sector externo, la balanza en cuenta corriente, que refleja la brecha entre inversión y ahorro internos, seguirá siendo negativa, aunque disminuirá sostenidamente (como porcentaje del PBI) entre el 2010 y el 2012.
La balanza comercial, por su parte, si bien seguirá siendo positiva, lo será cada vez menos hasta el 2010, en que registrará un saldo favorable de sólo US$ 874 millones, pero se acrecentará a partir de entonces. Sin embargo, en el 2012 todavía no habrá alcanzado un nivel superavitario tan grande como el del 2008.
Las exportaciones, que con las nuevas estimaciones resultarían este año un poco más altas de lo previsto, se recuperarán fuertemente desde el próximo año, pero sólo en el 2012 lograrán superar, con un monto de US$ 34,662 millones, su nivel previo a la crisis.
En el ámbito fiscal, la presión tributaria, que este año cayó por debajo del 14%, reemprenderá la marcha ascendente a partir del 2010, aunque en el 2012 aún no habrá igualado el 15.6% que alcanzó en el 2008.
El resultado primario del sector público no financiero seguirá siendo deficitario este año y el próximo, pero devendrá positivo a partir del 2011. El resultado económico, en cambio, se mantendrá negativo (el deficit fiscal será del 1.6% del PBI en el 2010), aunque disminuyendo cada vez más, hasta alcanzarse un virtual equilibrio en el 2012.
Lo anterior permitirá que el saldo de la deuda pública total, que este año trepó hasta 26.3%, se reduzca sostenidamente en los siguientes períodos, hasta el 22% del PBI en el 2012. Dicha favorable evolución ocurrirá debido a la sensible reducción tanto de las deudas externa como interna.
Como se aprecia en el siguiente cuadro, la inversión, que este año se redujo a 25.7% del PBI (debido principalmente a la fuerte reducción de la parte privada, y pese al fuerte incremento de la pública), retomará en los siguientes años su tendencia alcista. Ello no sólo ocurrirá por la recuperación privada, sino por el sostenimiento de la pública, de tal manera que en el 2012 se llegaría a un nivel total de 27.8% del producto.
Los recursos para tal efecto provendrán cada vez en mayor grado del ahorro interno, pues el externo (equivalente al deficit en cuenta corriente) se irá reduciendo sostenidamente, pasando del actual 3.0% del PBI a sólo 1.9%. La mejora del nivel de ahorro interno provendrá tanto del sector público como del privado.
En el área productiva, las proyecciones apuntan, como ya se dijo, a una fuerte recuperación del PBI a partir del 2010, con el sector construcción volviendo a constituirse como la locomotora del dinamismo, con tasas cercanas al 10% en los siguientes años.
La manufactura, fuertemente golpeada este año por la crisis, se recuperará significativamente, alcanzando tasas promedio de 5% entre el 2010 y el 2012.
También se prevé una fuerte recuperación de la minería, ante el rally-up que reemprenderían los precios de los metales, de la mano de la reactivación de nuestros principales socios comerciales.
En general, dadas las favorables perspectivas, se espera un buen desempeño en todos los sectores.
Por último, tal como se observa en el siguiente cuadro, a partir del 2010 está prevista una muy fuerte recuperación de la demanda global, que en el presente año se vio doblemente afectada, tanto por el nulo crecimiento de la demanda interna como por la caída de la demanda externa (exportaciones). Desde el próximo año, ambas mostrarán una fuerte recuperación. La primera lo hará de la mano de un moderado crecimiento del consumo y un fuerte crecimiento de la inversión, reflejando el retorno de la confianza de las personas y empresas. La segunda, por su parte, lo hará en virtud de la reactivación de los mercados de exportación.
La reactivación de la demanda interna será liderada por el crecimiento de la inversión privada, que este año flaqueó ostensiblemente, y que crecerá a niveles de entre 6 y 10%. La inversión pública, de elevadísimo crecimiento en el 2008 y 2009 (a consecuencia de la política anticíclica puesta en práctica), seguirá fuerte, creciendo 15.6% en el 2010, pero luego volverá a tasas de variación mucho más normales