Hace dos años, en una de las primeras apariciones de este blog, destacábamos, en la nota titulada Machu Picchu y el Turismo, la importancia de la elección de la impresionante ciudadela inca como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo.
Hoy debemos hacer lo propio con Caral, la antiquísima ciudadela situada en la provincia de Barranca, en las cercanías de la capital peruana, que día a día viene mostrando sus tesoros arqueológicos y que, en reconocimiento de su importancia, acaba de ser nombrada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), como Patrimonio de la Humanidad.
La UNESCO (ver comunicado) se refiere a la Ciudad Sagrada Caral-Supe como "el más antiguo centro de civilización de América". Asimismo señala: "el sitio arqueológico de 5000 años de antigüedad y 626 hectáreas de extensión está situado en una terraza de un desierto seco, dominando el verde valle del río Supe. Se remonta al período arcaico tardío de los Andes centrales y es el centro de civilización más antiguo de América"
"Excepcionalmente bien preservado, el lugar es impresionante en términos de su diseño y la complejidad de su arquitectura, especialmente en lo que respecta a sus plataformas monumentales de piedra y tierra y sus patios circulares hundidos. Uno de 18 asentamientos urbanos situados en la misma área, Caral se caracteriza por una arquitectura compleja y monumental, que incluye seis grandes estructuras piramidales. Un quipu (el sistema de nudos empleado por las civilizaciones andinas para almacenar información) encontrado en el lugar corrobora el desarrollo y complejidad de la sociedad de Caral. El esquema de la ciudad y algunos de sus componentes, incluyendo algunas de las estructuras piramidales y los lugares de residencia de la elite, muestran clara evidencia de funciones ceremoniales, que revelan una poderosa ideología religiosa".
Con la distinción de la UNESCO, la ciudadela recibe el mismo nivel de reconocimiento del que ya gozan muchos monumentos y lugares del mundo, inclusive varios peruanos, como los centros históricos de Lima, Arequipa y Cusco, las Líneas de Nazca y las ciudadelas de Chan Chan, Chavín y Machu Picchu.
Pero Caral no es sólo eso. Tiene un plus: algo en lo que casi ningún lugar se le puede comparar: es la ciudad más antigua de América, y una de las más antiguas del mundo, sólo contemporánea a los antiquísimos centros poblados de Egipto y China. Con ello, se ubica a la altura de estas grandes cunas de la civilización. La distinción de la UNESCO, más que para agregarle méritos, es útil como caja de resonancia, como una certificación de que el Perú es, incuestionablemente, uno de los grandes centros de la historia y de la cultura del mundo.
Y todo eso, indudablemente, se reflejará en el turismo. Así, además de sus inmensas bondades arqueológicas, históricas y culturales, Caral está destinada a convertirse en uno de los nuevos íconos peruanos, y en una adicional fuente de ingresos para el país. Será un nuevo aporte de nuestros increíbles antepasados a nuestro desarrollo.
Hoy debemos hacer lo propio con Caral, la antiquísima ciudadela situada en la provincia de Barranca, en las cercanías de la capital peruana, que día a día viene mostrando sus tesoros arqueológicos y que, en reconocimiento de su importancia, acaba de ser nombrada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), como Patrimonio de la Humanidad.
La UNESCO (ver comunicado) se refiere a la Ciudad Sagrada Caral-Supe como "el más antiguo centro de civilización de América". Asimismo señala: "el sitio arqueológico de 5000 años de antigüedad y 626 hectáreas de extensión está situado en una terraza de un desierto seco, dominando el verde valle del río Supe. Se remonta al período arcaico tardío de los Andes centrales y es el centro de civilización más antiguo de América"
"Excepcionalmente bien preservado, el lugar es impresionante en términos de su diseño y la complejidad de su arquitectura, especialmente en lo que respecta a sus plataformas monumentales de piedra y tierra y sus patios circulares hundidos. Uno de 18 asentamientos urbanos situados en la misma área, Caral se caracteriza por una arquitectura compleja y monumental, que incluye seis grandes estructuras piramidales. Un quipu (el sistema de nudos empleado por las civilizaciones andinas para almacenar información) encontrado en el lugar corrobora el desarrollo y complejidad de la sociedad de Caral. El esquema de la ciudad y algunos de sus componentes, incluyendo algunas de las estructuras piramidales y los lugares de residencia de la elite, muestran clara evidencia de funciones ceremoniales, que revelan una poderosa ideología religiosa".
Con la distinción de la UNESCO, la ciudadela recibe el mismo nivel de reconocimiento del que ya gozan muchos monumentos y lugares del mundo, inclusive varios peruanos, como los centros históricos de Lima, Arequipa y Cusco, las Líneas de Nazca y las ciudadelas de Chan Chan, Chavín y Machu Picchu.
Pero Caral no es sólo eso. Tiene un plus: algo en lo que casi ningún lugar se le puede comparar: es la ciudad más antigua de América, y una de las más antiguas del mundo, sólo contemporánea a los antiquísimos centros poblados de Egipto y China. Con ello, se ubica a la altura de estas grandes cunas de la civilización. La distinción de la UNESCO, más que para agregarle méritos, es útil como caja de resonancia, como una certificación de que el Perú es, incuestionablemente, uno de los grandes centros de la historia y de la cultura del mundo.
Y todo eso, indudablemente, se reflejará en el turismo. Así, además de sus inmensas bondades arqueológicas, históricas y culturales, Caral está destinada a convertirse en uno de los nuevos íconos peruanos, y en una adicional fuente de ingresos para el país. Será un nuevo aporte de nuestros increíbles antepasados a nuestro desarrollo.