El producto bruto interno (PBI) no pudo prolongar a 94 el record de meses consecutivos de crecimiento, pues, tal como preveían todos los analistas, registró una caída en abril. Además, ésta fue bastante significativa, de 2.01%.
Según el último Informe Técnico del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), ello ocurrió no sólo por efecto de la crisis internacional, que redujo sustancialmente la demanda de nuestros productos, sino también por una razón estadística, ya que en abril de este año hubo dos días laborables menos (los de Semana Santa) que en abril del año anterior. Además, dado que en dicho mes el PBI había reportado su máxima tasa de crecimiento (más de 14%), la varilla quedaba muy alta a la hora de hacer la comparación.
De esta manera, el crecimiento de los cuatro primeros meses sólo llega a 0.93%, en tanto que el de los últimos doce meses a 6.40%.
Lo más saltante de abril fue la notable caída de la Manufactura, que retrocedió nada menos que 13.64%. Los sectores tradicionalmente más dinámicos, la Construcción y el Comercio, también registraron caídas.
Por su parte, los sectores que crecieron: Minería e Hidrocarburos, Otros Servicios, Agropecuario y Electricidad y Agua, lo hicieron a tasas muy modestas.
Sin duda, abril era el trago amargo a pasar, el mes más complicado. A partir de mayo, pero especialmente a partir del segundo semestre, se espera que la economía comience a sentir los efectos de cierta recuperación en los mercados internacionales, del paquete de incentivos fiscales y de la fuerte reducción de la tasa de interés de referencia. Sin embargo, ante el escaso avance acumulado del período enero-abril, la tasa de 3.5% prevista para todo el año parece ahora sumamente difícil de lograr.
Según el último Informe Técnico del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), ello ocurrió no sólo por efecto de la crisis internacional, que redujo sustancialmente la demanda de nuestros productos, sino también por una razón estadística, ya que en abril de este año hubo dos días laborables menos (los de Semana Santa) que en abril del año anterior. Además, dado que en dicho mes el PBI había reportado su máxima tasa de crecimiento (más de 14%), la varilla quedaba muy alta a la hora de hacer la comparación.
De esta manera, el crecimiento de los cuatro primeros meses sólo llega a 0.93%, en tanto que el de los últimos doce meses a 6.40%.
Lo más saltante de abril fue la notable caída de la Manufactura, que retrocedió nada menos que 13.64%. Los sectores tradicionalmente más dinámicos, la Construcción y el Comercio, también registraron caídas.
Por su parte, los sectores que crecieron: Minería e Hidrocarburos, Otros Servicios, Agropecuario y Electricidad y Agua, lo hicieron a tasas muy modestas.
Sin duda, abril era el trago amargo a pasar, el mes más complicado. A partir de mayo, pero especialmente a partir del segundo semestre, se espera que la economía comience a sentir los efectos de cierta recuperación en los mercados internacionales, del paquete de incentivos fiscales y de la fuerte reducción de la tasa de interés de referencia. Sin embargo, ante el escaso avance acumulado del período enero-abril, la tasa de 3.5% prevista para todo el año parece ahora sumamente difícil de lograr.