Ahora Sí, se Viene el Mercado de Santa Anita

Después del exitoso desalojo de la mafia que había invadido el inmenso terreno de 64 hectáreas, parecía que la Municipalidad de Lima, y su Empresa de Mercados Municipales (EMMSA), se habían dormido en sus laureles, pues, transcurridos exactamente dos años desde tal hecho, no había novedad en el frente.


El próximo gran Mercado Mayorista (hacer click para ampliar) (Foto: Andina)

Pero no era así. Lo que pasaba era que se necesitaba regularizar y sanear el aspecto legal de la propiedad, mejorar el diseño (adecuándolo a la realidad actual), y esperar la aprobación del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP). Todos esos trámites tomaron su tiempo, pero, felizmente, ya fueron superados.

Ahora, por fin, se iniciaron los trabajos del gran proyecto. El Mercado Mayorista de Santa Anita, llamado a ser el principal centro de abastecimiento alimentario de la capital, ya está en construcción, y en un par de años operará plenamente.


La obra, que demandará una inversión total de 167 millones de soles, equivalentes a un poco más de 55 millones de dólares, será llevada a cabo en dos etapas.

En la primera, que se ejecutará en unos diez meses, se construirá los cuatro pabellones con techo de color turquesa que se puede ver en la maqueta de arriba, así como una parte de las oficinas administrativas, que estarán junto a la entrada principal (por la Avenida de la Cultura) y que se pueden observar en la parte baja de la imagen. Los inmensos pabellones (cada uno con un área de 10 mil metros cuadrados) comercializarán las dos líneas de productos que hoy expende el mercado de La Parada: hortalizas y verduras. Por lo tanto, cuando se les concluya, aproximadamente en el segundo trimestre del 2010, ya se podrá efectuar el traslado de todos los comerciantes de dicho centro de abasto, que será demolido. En ese momento, Santa Anita comenzará a operar.

En la segunda etapa, que será concluida en los primeros meses del 2011, los trabajos se concentrarán en la infraestructura para la comercialización de frutas. A tal efecto, se remodelará los seis pabellones construidos en los años 90, y se construirá dos más. Son los ocho de techo rojo en la primera foto.

En dicha etapa también se construirá las tres pequeñas edificaciones con techo naranja que se puede ver en el extremo izquierdo. Serán tres muelles para la venta en camiones.

Adicionalmente, el proyecto contempla la construcción de los ocho grandes pabellones con techo azul, que serán de logística, y estarán disponibles para su alquiler, por parte de los grandes mayoristas de la capital, entre ellos los supermercados, que allí contarán con almacenes, frigoríficos, centros de clasificación, plantas de empaque, y una gran variedad de equipos modernos, propios de un gran mercado mayorista.

El equipamiento de Santa Anita también incluirá un centro de cómputo y logística, laboratorio de control de calidad, centro médico, etc., en tanto que para servir a los comerciantes y sus clientes, y al público en general, se construirá un centro de negocios, restaurantes, bancos, etc. Toda una completa infraestructura al servicio del comercio a gran escala.

Uno de los principales trabajos a llevarse a cabo en esta segunda etapa será la construcción de un ramal ferroviario, de 700 metros de longitud, desde la línea del ferrocarril central hasta la zona de desembarque de mercadería, hacia el lado de la avenida Separadora Industrial.

Eso convertirá al ferrocarril en un nuevo y principalísimo actor en el proceso de abastecimiento. Las ventajas de emplearlo en tal función son múltiples. Para empezar, aliviará enormemente la carga vehicular que soporta la carretera central, pues diariamente dejarán de transitar por ella unos 500 camiones, que serán reemplazados por el tren.
Además, habrá una sustancial reducción, de aproximadamente 50%, en el costo de los fletes, en razón de la mayor eficiencia (capacidad de carga) del tren. Eso impactará muy favorablemente en el precio de los alimentos. Adicionalmente, dado que la línea férrea está mucho menos expuesta que la carretera central a los huaycos y otros contratiempos, garantiza un servicio mucho más regular, prácticamente sin interrupciones.

Gracias al tren y su conexión con el puerto del Callao, así como a su moderno y completo equipamiento, el mercado podría convertirse no sólo en un gran centro logístico, sino también en una formidable plataforma exportadora.


Como se puede ver, el mercado revolucionará la actividad comercial en la capital. Con él, todos ganarán. Los productores y consumidores se beneficiarán por tener un centro en el cual los productos serán comercializados con mucho mayor eficiencia y rapidez, y con menores mermas. Ello repercutirá en mayores ingresos para los primeros y menores precios para los segundos.

Los comerciantes, tanto los nuevos, como los que se trasladarán desde los actuales mercados mayoristas (La Parada y mercados de frutas y abarrotes) se beneficiarán al contar con un local amplio y cómodo, en el que tendrán a la mano todas las comodidades y equipamiento para el desarrollo de su labor.

Los pobres estibadores y carretilleros, que antes debían cargar sobre sus espaldas inmensos y pesados paquetes, ahora se dedicarán a la estiba en modernas máquinas cargadoras, o a otras actividades que se les asigne en el nuevo mercado.

La Victoria, distrito donde se ubica el actual y tugurizado mercado mayorista, también será un gran beneficiario, pues se librará de un mercado que había propiciado un entorno de caos vehicular, suciedad y delincuencia, para ver nacer, más bien, un extenso parque, algo muy necesario en una circunscripción tan carente de áreas verdes.

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