Así lo acaba de informar, mediante un Comunicado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). De éste provienen los datos que siguen. Se puede ver que Brasil es el país que atrae más inversión foránea, como muestra de lo cual registró un apreciable incremento en el año. México, en cambio, la vio disminuir fuertemente.
Chile, pese a no ser uno de los países más grandes de la región, recibe una cantidad considerable de capital externo, ubicándose en el tercer lugar del ranking. Ello se explica por el hecho de tener una de las economías más abiertas y estables, y gozar de la mejor reputación crediticia, aspectos todos que inciden muy positivamente en la confianza de los inversionistas.
El Perú, que parecía hallarse en camino de igualar a Argentina en cuanto a captación de inversiones, sufrió un severo traspiés en el 2008, habiendo sido uno de los pocos países donde el flujo decayó. El año había comenzado bien, pensándose inclusive que se podría superar fácilmente el record del 2007, pero, lamentablemente, el monto se fue debilitando, y cayó estrepitosamente en el último trimestre, de la mano de la postergación de algunos grandes proyectos y la desaceleración de otros.
Venezuela, cuarta economía latinoamericana, es, pese al notable incremento del 2008, apenas la undécima en lo que atañe a recepción de inversiones. La política de confrontación que sigue ese país, otorgando una preeminencia cada vez mayor al Estado, en desmedro del capital privado, está teniendo efecto en estos flujos.
Por último, llama la atención el escasísimo monto que recibe Paraguay, uno de los países más atrasados de Sudamérica. En el 2008 llegaron a él apenas US$ 150 millones, cifra menor en 24% a la del año anterior. Si su gobierno de tendencia izquierdista, que tiene poco tiempo al mando, no establece un ambiente propicio, o impone restricciones, la situación, en lo que atañe a este indicador, podría hacerse inclusive más difícil que la actual.