Cupido, niño travieso

Faltan pocos días para el 14 de febrero, fecha señala en el calendario como el Día de San Valentín. Con San Valentín celebramos el día de la amistad, el día de los enamorados y el de los tramposos también.

Cupido representa el Dios del Amor. Cupido es un niño travieso que anda flechando corazones. Las flechas simbolizan sentimientos, deseos, amor. Quienes las reciben quedan profundamente enamorados.

El inquieto Cupido anda tirando flechas por todos lados. A veces se distrae y lanza sus flechas a las personas equivocadas.

Lanza sus flechas entre personas que ya tienen parejas, yo no sé si lo hace de aburrido, o porque realmente se equivoca.

Cupido propicia un encuentro casual, un cruce de miradas y ¡zas! clavó sus flechas en esos dos corazones, produciéndoles cosquillitas en el estómago, piernas que flaquean, se aturden, sudores fríos, los corazones laten fuertemente a tal punto que parece que se les va a salir por la boca, pronuncian palabras tontas, sin sentido, conteniendo esos deseos irresistibles de abrazarse y besarse.

Pero… ¡Espera Cupido!...¡Te has equivocado! Esas dos personas ya están comprometidas, cada una tiene su pareja.

Pero Cupido sonríe, eso no le interesa. El quiere que la gente se ame, que olviden sus preocupaciones, sus ambiciones, él quiere que la gente sea feliz. Cree que hizo lo correcto, despertar en esas dos personas el sentimiento mágico del amor. Sabe que cuando se ama, las personas se vuelven más felices, sensibles, positivas, buena onda. Y complacido observa como ellos se miran extasiados, con ojos de borregos degollados.

Cupido ignora de los temas terrenales, del gran problema en que los ha metido. Encuentros furtivos, en secreto y sin testigos, miles de pretextos para salir de casa sin levantar sospechas, horas extras en la oficina, el jefe es muy abusivo, viajes inesperados para cumplir alguna comisión oficial; luego la tediosa tarea de borrar todas las huellas, como romper facturas de restaurantes, hoteles, regalos y otros.

Con el tiempo Cupido se retira porque nota que las cosas ya no van bien. Antes de partir, saca sus flechas de los corazones, causándoles un gran dolor. La agonía es lenta y le duele más al corazón que tenía más clavada la flecha, porque también su herida tardará más en sanar.

Cuantos matrimonios han quedado destruidos, cuantos honores han sido pisoteados, cuantos políticos han perdido sus cargos, cuantos reyes han sido destronados por que Cupido, en nombre del amor, lanzó sus flechas en las personas equivocadas. Hay Cupido, Cupido, niño travieso, es que acaso no sabes que en cosas del amor y del corazón no se vale jugar?

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