Se fue el año 2008, y el momento se torna adecuado para hacer una pequeña revisión de lo bueno y lo malo ocurrido en ese lapso de tiempo en el campo de lo económico y del desarrollo en general. Sin más preámbulos, comencemos:
Lo Bueno
La economía creció a una tasa de 9.4%, la más alta desde 1994, la segunda más alta de América Latina (sólo por debajo de la uruguaya), y también una de las mayores del mundo. Considerando el tipo de cambio y la evolución de los precios internos y externos, ello implica que nuestro PBI pasó de US$ 107 mil millones en el 2007 a poco más de US$ 130 mil millones en el 2008, con un importante crecimiento del PBI per cápita, que de esa manera ya superaría los US$ 4,500. Sectores como la construcción y el comercio fueron los abanderados del crecimiento. Se mantuvo la disciplina fiscal, de tal manera que el superávit alcanzado permitirá la aplicación del paquete anticrisis ya anunciado.
Se obtuvo el grado de inversión de parte de dos de las principales calificadores internacionales de crédito: Standard & Poor's y Fitch. Así, en América Latina, el Perú se puso sólo por detrás de Chile y México, y a la par con Brasil. Se incrementaron las reservas internacionales netas, desde US$ 27,689 millones en el 2007 a poco más de US$ 31 mil millones. En un momento se llegó a tener cerca de US$ 35 mil millones, pero la crisis internacional tuvo un ligero impacto en los últimos meses. El abundante stock está permitiendo cubrir adecuadamente la falta de liquidez internacional y proteger la estabilidad cambiaria.
Crecieron las exportaciones, desde US$ 27 mil millones, a poco más de US$ 31 mil millones. Sin embargo, no fue posible seguir manteniendo la extensísima e ininterrumpida sucesión de incrementos y, a causa de la caída de los precios internacionales (especialmente del cobre y el zinc), en los últimos meses hubo retrocesos frente a similares meses del 2007. Sin embargo, las agroexportaciones (espárragos, alcachofas, páprika, café y otras) siguieron evolucionando excelentemente.
Se firmó Tratados de Libre Comercio con dos de los principales países del mundo: Estados Unidos y Canadá, y se concluyó negociaciones con otro gigante: China. Aumentó la inversión extranjera. Según la CEPAL, lo hizo en un 20%, pasando de US$ 5,343 millones a aproximadamente US$ 6,500 millones.
Pese a la enorme volatilidad financiera internacional, el tipo de cambio se mostró bastante estable, incrementándose en sólo 4.9%, al pasar de S/. 2.997 en el 2007 a S/. 3.142 en el 2008. El nuevo sol se consolidó como una de las monedas más duras. Disminuyó el peso de la deuda pública externa, desde el 18.7% al 14.6% del PBI.
Mejoró el empleo. El índice urbano de las principales ciudades lo hizo a una tasa de aproximadamente 8%, la cual es ciertamente importante. En algunas ciudades como Arequipa, Chiclayo, Huancayo, Huaraz, Paita, Piura, Puno y Tacna, la variación fue superior al 10%. Se dio inicio a varios megaproyectos, entre ellos el Muelle Sur del Callao, y la gigantesca mina de cobre de Toromocho, en Junín. También se definió la construcción del gigantesco gasoducto del sur.
Se batió record en la construcción de centros comerciales, no sólo en Lima, sino también en provincias. En ellos se invirtió más de US$ 220 millones. Se creó el Ministerio del Ambiente, que permitirá dar mucho mayor jerarquía a este tema.
Se promulgó la Ley de Mypes, con el objeto de promover el desarrollo de este dinámico sector y combatir la informalidad.
Además, el Perú tuvo una pequeña mejora en el ranking mundial de competitividad del Foro Económico Mundial, en en cual pasó del puesto 86 al 83. Por otro lado, el PNUD informó (con datos al 2006) que el Perú tuvo una leve mejora en su Índice de Desarrollo Humano, el cual pasó de 0.780 en el 2005 a 0.788 en el 2006. Con ello, se ubica en el puesto 79 del mundo.
Como para redondear un buen año, nuestro país fue un excelente anfitrión de dos grandes cumbres de categoría mundial: la ALC-UE y la del APEC. Ambas sirvieron para propiciar contactos, que sin duda se traducirán en nuevas inversiones.
Se incrementó la inflación, desde 3.93% en el 2007 a 6.65% en el 2008. Si bien la causa fue principalmente externa, por la desmesurada elevación de los precios de los alimentos, el petróleo y varios otros insumos importantes, también hubo una causa interna: la aceleradísima demanda. Felizmente, en los últimos meses el alza de precios se ha ido atenuando, tanto por efecto de las medidas de enfriamiento aplicadas como por la recesión internacional, que desplomó los precios externos. Uno de los efectos más perniciosos de la elevada inflación se dio en la lucha contra la pobreza, la cual podría haber vuelto a aumentar levemente, después de su notable caída del 2007.
La Bolsa de Valores tuvo un pésimo año. De la mano de la crisis financiera internacional, que derrumbó todos los mercados, nuestra bolsa perdió casi 60%. Su capitalización, o valor de todas las empresas que cotizan en ella, disminuyó desde casi US$ 120 mil millones a US$ 57,231 millones.
Los fondos de las AFP disminuyeron considerablemente: a fines del 2007 habían llegado a US$ 20,155 millones; a fines del 2008 sólo llegan a US$ 15,176 millones.
Creció el riesgo país, desde aproximadamente 185 puntos básicos, a 510. Pese a ello, nuestro riesgo sigue siendo mucho menor que el promedio latinoamericano (superior a 710 puntos básicos).
No se avanzó de acuerdo a lo previsto en el tema de las concesiones. Ejemplos al respecto fueron los puertos regionales y el tren eléctrico, que aún no lograron pasar a manos privadas.
Se encareció el crédito, debido a la iliquidez internacional, que elevó el riesgo país y restringió el ingreso de capital externo. Otra causa importante para ello fue que, en el marco de su programa antiinflacionario, el BCR elevó su tasa de interés de referencia, desde el 5% de inicios de año al actual 6.50%.
Lo Bueno
La construcción fue esencial para la fuerte expansión de la economía.
Planta procesadora en el norte. La agroexportación contribuyó enormemente con el empleo (Foto: Caretas)
Nuevo mall en Ica: el Plaza del Sol (Foto: Álvaro Bendezú)
Además, el Perú tuvo una pequeña mejora en el ranking mundial de competitividad del Foro Económico Mundial, en en cual pasó del puesto 86 al 83. Por otro lado, el PNUD informó (con datos al 2006) que el Perú tuvo una leve mejora en su Índice de Desarrollo Humano, el cual pasó de 0.780 en el 2005 a 0.788 en el 2006. Con ello, se ubica en el puesto 79 del mundo.
Como para redondear un buen año, nuestro país fue un excelente anfitrión de dos grandes cumbres de categoría mundial: la ALC-UE y la del APEC. Ambas sirvieron para propiciar contactos, que sin duda se traducirán en nuevas inversiones.
Lo Malo