Tal como ha sucedido al menos en los dos últimos años, el sector construcción será el motor de la economía peruana durante el 2009. Así lo ha previsto el Gobierno, que ha apostado buena parte de la efectividad de su plan anticrisis a inyectar dinero en el sector vivienda para paliar los efectos adversos de la coyuntura internacional.
La apuesta no es gratuita, ya que con su intervención el Gobierno genera confianza entre los inversionistas que preveían una fuerte desaceleración del sector, cuyo crecimiento estimado el 2008 es de 17,6%. Además, se crea un mercado laboral importante, pues la construcción es, después de la agricultura, la actividad económica que genera más puestos de trabajo. La consultora Macroconsult estima que por cada millón de dólares invertidos en construcción se crean 90 nuevos trabajos.
La ministra de Vivienda, Nidia Vílchez, informó hace unos días que el plan anticrisis del sector generará 358.481 puestos de trabajo directos y 1'433.924 puestos indirectos.
La titular del sector también comentó que el Gobierno priorizará la inversión en programas de vivienda. En concordancia --dijo-- el presupuesto anticrisis para vivienda y saneamiento suma S/.5.684 millones, de los que S/.2.506 se destinarán a la construcción de viviendas de interés social; es decir, a los programas del Fondo Mivivienda, Banco de Materiales, habilitación urbana y destugurización.
Pero si sacamos cuentas, este año habrá más dinero para impulsar los proyectos destinados a los segmentos C, D y E, ya que la cifra de Vílchez no incluye los recursos con los que ya contaba el Fondo Mivivienda, que a decir de su presidente, Guillermo Alarcón, son S/.850 millones.
De otro lado, están las inversiones inmobiliarias privadas, que según Capeco sumarán US$2.398 millones entre el 2009 y 2010. Sin embargo, hay dos objeciones a esta cifra ya que el 100% no se destinaría a proyectos de interés social y una buena parte del monto toma en cuenta proyectos que serán financiados por el Fondo Mivivienda.
Aun así podemos decir que esta es la mayor apuesta del Estado por brindar vivienda digna para los estratos con menores recursos. Esto permitirá reducir la brecha de vivienda en el país, que llega a 1,5 millones de unidades acumuladas y 92.000 que se suman cada año.
CAMBIO DE PIEL
El renovado impulso de la construcción de viviendas de interés social se retomó a principios de esta década, tras superar el vacío de los 90 y después del fracaso de la política habitacional estatal de los años 80.
Además, contrariamente a las experiencias pasadas, el Estado ahora sí cuenta con programas exitosos ya que cambió su papel de constructor por el de promotor y, además, formó una alianza estratégica con el sector privado.
Otro detalle a tomar en cuenta es que a partir del 2008 es más frecuente ver la construcción de megaproyectos como Nuevo Hábitat (Collique) y Cuidad Valle del Sol (Chao), que contarán con 22.600 y 2.800 unidades habitacionales respectivamente. Alarcón asegura que iniciativas de esa envergadura no serían viables sin la intervención del Estado, pues los segmentos C, D y E no suelen ser sujetos de crédito de los bancos.
El Ministerio de Vivienda dice que el 2009 se destinarán S/.1.001 millones para subsidios, lo que significa que solo con el programa Techo Propio se construirán 49.085 viviendas. Sin embargo, Alarcón agrega que superarán esa meta y que llegarán a las 55.950 viviendas. Por si alguien se preguntó por qué el Estado 'regala' sus recursos justo en momentos de crisis, Rodolfo Bragagnini, gerente general de Inmobiliari, responde que los subsidios no solo incentivan a la empresa privada a invertir, sino que una parte retorna a las arcas públicas por medio de los impuestos. Además, la construcción dinamiza una serie de industrias conexas.
¿Pero es la vivienda de interés social un buen negocio para el sector privado? Para Lelio Balarezo la construcción de viviendas de interés social se convirtió en un negocio interesante después de que se elevara el valor de los bonos familiares que entrega el Gobierno de S/.13.400 a S/.17.750.
A su vez, Rolando Ponce, gerente general de GMV (que desarrolla el proyecto de Collique), considera que si bien los márgenes de ganancia son pequeños en este mercado, los megaproyectos sí son viables como negocio. "Además son la única forma de combatir el déficit de vivienda", comenta.
Para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), invertir en vivienda social es un buen negocio por sí mismo, pues un estudio reciente reveló que la demanda de vivienda en los segmentos de bajos recursos --el 70% de la población-- representa un mercado potencial de US$12.400 millones.
Con todos estos elementos estamos ante un 'boom' de la construcción de proyectos de interés social, hecho que confirmaría un premonitorio estudio que lanzó Inmobiliari a mediados del año pasado, cuando la crisis internacional aún no se vislumbraba, en el que afirmó que las viviendas para los segmentos C, D y E serán el 2011 el 80% de la oferta inmobiliaria.
NUEVOS CLIENTES
El cliente a conquistar
Así las cosas no extraña que empresas como GMV, del grupo Graña y Montero, hayan apostado por los segmentos C, D y E como sus potenciales clientes. A decir de su gerente, el año pasado los programas de interés social representaron el 40% de sus ingresos y el estimado para el 2009 es de 60%. Por su parte, Bragagnini comenta que el 30% de los ingresos de Inmobiliari, que ingresa a este mercado con sus proyectos Cuidad Valle del Sol y Ribera del Chillón, vendrán de los segmentos más pobres. Marco Puga, gerente comercial de DH Mont, informa al respecto que sus ingresos por programas de interés social crecerán este año 20%, es decir que rozarán el 100%.
La apuesta no es gratuita, ya que con su intervención el Gobierno genera confianza entre los inversionistas que preveían una fuerte desaceleración del sector, cuyo crecimiento estimado el 2008 es de 17,6%. Además, se crea un mercado laboral importante, pues la construcción es, después de la agricultura, la actividad económica que genera más puestos de trabajo. La consultora Macroconsult estima que por cada millón de dólares invertidos en construcción se crean 90 nuevos trabajos.
La ministra de Vivienda, Nidia Vílchez, informó hace unos días que el plan anticrisis del sector generará 358.481 puestos de trabajo directos y 1'433.924 puestos indirectos.
La titular del sector también comentó que el Gobierno priorizará la inversión en programas de vivienda. En concordancia --dijo-- el presupuesto anticrisis para vivienda y saneamiento suma S/.5.684 millones, de los que S/.2.506 se destinarán a la construcción de viviendas de interés social; es decir, a los programas del Fondo Mivivienda, Banco de Materiales, habilitación urbana y destugurización.
Pero si sacamos cuentas, este año habrá más dinero para impulsar los proyectos destinados a los segmentos C, D y E, ya que la cifra de Vílchez no incluye los recursos con los que ya contaba el Fondo Mivivienda, que a decir de su presidente, Guillermo Alarcón, son S/.850 millones.
De otro lado, están las inversiones inmobiliarias privadas, que según Capeco sumarán US$2.398 millones entre el 2009 y 2010. Sin embargo, hay dos objeciones a esta cifra ya que el 100% no se destinaría a proyectos de interés social y una buena parte del monto toma en cuenta proyectos que serán financiados por el Fondo Mivivienda.
Aun así podemos decir que esta es la mayor apuesta del Estado por brindar vivienda digna para los estratos con menores recursos. Esto permitirá reducir la brecha de vivienda en el país, que llega a 1,5 millones de unidades acumuladas y 92.000 que se suman cada año.
CAMBIO DE PIEL
El renovado impulso de la construcción de viviendas de interés social se retomó a principios de esta década, tras superar el vacío de los 90 y después del fracaso de la política habitacional estatal de los años 80.
Además, contrariamente a las experiencias pasadas, el Estado ahora sí cuenta con programas exitosos ya que cambió su papel de constructor por el de promotor y, además, formó una alianza estratégica con el sector privado.
Otro detalle a tomar en cuenta es que a partir del 2008 es más frecuente ver la construcción de megaproyectos como Nuevo Hábitat (Collique) y Cuidad Valle del Sol (Chao), que contarán con 22.600 y 2.800 unidades habitacionales respectivamente. Alarcón asegura que iniciativas de esa envergadura no serían viables sin la intervención del Estado, pues los segmentos C, D y E no suelen ser sujetos de crédito de los bancos.
El Ministerio de Vivienda dice que el 2009 se destinarán S/.1.001 millones para subsidios, lo que significa que solo con el programa Techo Propio se construirán 49.085 viviendas. Sin embargo, Alarcón agrega que superarán esa meta y que llegarán a las 55.950 viviendas. Por si alguien se preguntó por qué el Estado 'regala' sus recursos justo en momentos de crisis, Rodolfo Bragagnini, gerente general de Inmobiliari, responde que los subsidios no solo incentivan a la empresa privada a invertir, sino que una parte retorna a las arcas públicas por medio de los impuestos. Además, la construcción dinamiza una serie de industrias conexas.
¿Pero es la vivienda de interés social un buen negocio para el sector privado? Para Lelio Balarezo la construcción de viviendas de interés social se convirtió en un negocio interesante después de que se elevara el valor de los bonos familiares que entrega el Gobierno de S/.13.400 a S/.17.750.
A su vez, Rolando Ponce, gerente general de GMV (que desarrolla el proyecto de Collique), considera que si bien los márgenes de ganancia son pequeños en este mercado, los megaproyectos sí son viables como negocio. "Además son la única forma de combatir el déficit de vivienda", comenta.
Para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), invertir en vivienda social es un buen negocio por sí mismo, pues un estudio reciente reveló que la demanda de vivienda en los segmentos de bajos recursos --el 70% de la población-- representa un mercado potencial de US$12.400 millones.
Con todos estos elementos estamos ante un 'boom' de la construcción de proyectos de interés social, hecho que confirmaría un premonitorio estudio que lanzó Inmobiliari a mediados del año pasado, cuando la crisis internacional aún no se vislumbraba, en el que afirmó que las viviendas para los segmentos C, D y E serán el 2011 el 80% de la oferta inmobiliaria.
NUEVOS CLIENTES
El cliente a conquistar
Así las cosas no extraña que empresas como GMV, del grupo Graña y Montero, hayan apostado por los segmentos C, D y E como sus potenciales clientes. A decir de su gerente, el año pasado los programas de interés social representaron el 40% de sus ingresos y el estimado para el 2009 es de 60%. Por su parte, Bragagnini comenta que el 30% de los ingresos de Inmobiliari, que ingresa a este mercado con sus proyectos Cuidad Valle del Sol y Ribera del Chillón, vendrán de los segmentos más pobres. Marco Puga, gerente comercial de DH Mont, informa al respecto que sus ingresos por programas de interés social crecerán este año 20%, es decir que rozarán el 100%.
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