Después de que el gobierno diera por olvidada su disparatada propuesta de postular a la organización de las Olimpíadas, ahora la Municipalidad de Lima, en coordinación con el Instituto Peruano del Deporte (IPD), y el Comité Olímpico Peruano, ha hecho pública otra que, sin estar exenta de dificultades, luce mucho más factible que la anterior. Se trata de presentar a Lima como candidata para sede de los Juegos Panamericanos del año 2015.
La tarea no es nada sencilla. Para empezar, se deberá competir con dos ciudades importantes, como Bogotá y Toronto, que tienen tantos o más merecimientos que nuestra capital. Al menos, su infraestructura deportiva está en mucho mejores condiciones.
Sin embargo, la propuesta implica un reto, del cual sólo saldrán cosas buenas. Para ponernos a la altura de las necesidades, deberemos construir, por fin, la infraestructura de la que siempre hemos carecido. Deberán ser escenarios modernos, y con las especificaciones propias de un evento de esta categoría, en el que competirán atletas provenientes de países destacados en los deportes, como Estados Unidos, Canadá, Cuba y Brasil, entre otros. El torneo pasará, pero la infraestructura quedará, en beneficio de nuestro alicaído deporte.
Según el IPD, la villa deportiva, que albergará entre 7 y 8 mil atletas, se levantará en el terreno de 12 hectáreas del actual hospital Larco Herrera, en Magdalena. También se remodelará el Estadio Nacional, según el proyecto contemplado desde hace ya un tiempo, y que incluye su ampliación y total modernización. Entre los coliseos a ser empleados figura el Miguel Grau del Callao, que obviamente deberá ser sometido a una total modernización.
Esperemos, pues, a ver qué pasa. Ojalá que Lima sea la elegida, y que el reto en mención constituya el primer paso para que nuestro deporte se levante y comience, por fin, a correr.
La tarea no es nada sencilla. Para empezar, se deberá competir con dos ciudades importantes, como Bogotá y Toronto, que tienen tantos o más merecimientos que nuestra capital. Al menos, su infraestructura deportiva está en mucho mejores condiciones.
Sin embargo, la propuesta implica un reto, del cual sólo saldrán cosas buenas. Para ponernos a la altura de las necesidades, deberemos construir, por fin, la infraestructura de la que siempre hemos carecido. Deberán ser escenarios modernos, y con las especificaciones propias de un evento de esta categoría, en el que competirán atletas provenientes de países destacados en los deportes, como Estados Unidos, Canadá, Cuba y Brasil, entre otros. El torneo pasará, pero la infraestructura quedará, en beneficio de nuestro alicaído deporte.
Según el IPD, la villa deportiva, que albergará entre 7 y 8 mil atletas, se levantará en el terreno de 12 hectáreas del actual hospital Larco Herrera, en Magdalena. También se remodelará el Estadio Nacional, según el proyecto contemplado desde hace ya un tiempo, y que incluye su ampliación y total modernización. Entre los coliseos a ser empleados figura el Miguel Grau del Callao, que obviamente deberá ser sometido a una total modernización.
Esperemos, pues, a ver qué pasa. Ojalá que Lima sea la elegida, y que el reto en mención constituya el primer paso para que nuestro deporte se levante y comience, por fin, a correr.