Teniendo abundante gas en Camisea, y descubriéndose cada vez más, no sólo en ese yacimiento, sino también en la costa norte, el Perú se halla embarcado en un gran proyecto que busca extender al máximo su red de distribución del hidrocarburo. Para ello, prevé construir varios gasoductos.
Como se sabe, actualmente el país tiene dos ductos que lo atraviesan desde Camisea, en la selva norte del Cusco, hasta la costa central. Uno de ellos, de 731 kilómetros, transporta gas natural hasta Lurín, en la entrada sur de Lima. El otro, de 565 kilómetros, transporta líquidos de gas hasta la planta de fraccionamiento de Pisco.
Pero, a raíz de la acelerada expansión de la economía y, por ende, de la demanda, se prevé que la tubería de gas natural resultará insuficiente dentro de pocos años, razón por la cual el gobierno ha planteado a la empresa operadora Transportadora de Gas del Perú (TGP) la necesidad de duplicar su capacidad, desde los actuales 450 millones de pies cúbicos diarios a 1,000 millones.
A los dos ductos mencionados se agregará pronto un tercero un poco menos extenso, de 34 pulgadas de diámetro y 408 kilómetros de longitud, que ya está siendo tendido desde Ayacucho, (en el actual gasoducto principal) hasta la costa iqueña. Éste traerá a la costa el gas natural, para ser licuado en la planta de Pampa Melchorita y exportado a México.
También, desde Ayacucho, se construirá un ducto que se dirigirá hacia el valle del Mantaro, para abastecer a la ciudad de Huancayo y a los grandes centros mineros de Junín y Pasco, a la refinería de La Oroya y a la planta de Cemento Andino. Éste demandará una inversión aproximada de US$ 300 millones. La convocatoria ya está muy próxima, y la buena pro se otorgaría a inicios del 2009.
Además, habrá un gasoducto hacia el sur, el cual ya quedó definido que será andino, y no costeño. Éste será tendido desde Camisea, pasando por el centro del departamento del Cusco, y enrumbando desde allí hacia Arequipa, Matarani, Ilo (donde se construirá una planta petroquímica) y Tacna. Además, tendría ramales hacia Apurímac (donde abastecería al megaproyecto minero de Las Bambas) y hacia Puno, y pasaría por las grandes minas de cobre del sur, con un recorrido aproximado de 1,085 kilómetros.
Sólo quedan por definir el trazo exacto y sus características técnicas, así como saber quién lo construirá, dado que no sólo hay dos grupos interesados (Kuntur Transportadora de Gas y Energy Transfer), sino también otros (entre ellos el brasileño Odebrecht) que se sumarían al proyecto. La inversión requerida superaría los US$ 1,300 millones. De marchar todo según las previsiones, comenzaría a operar entre el 2011 y el 2012.
Otro gran proyecto es el del gasoducto desde Lima hasta Chimbote, que permitirá dotar de energía limpia y barata no sólo a las plantas pesqueras y a la siderúrgica, sino también a su creciente población. Éste partiría desde el City Gate de Lurín, rodearía por el este la capital, saldría a la costa por Ventanilla, donde abastecería la termoeléctrica del lugar, y enrumbaría luego hacia el puerto pesquero ancashino. En su trayecto, de más de 400 kilómetros, dotaría de energía a una gran central termoeléctrica, de aproximadamente 800 MW, que está en estudio, y abastecería a las minas de hierro de Oyón, al norte de Lima, que ya están concesionadas, pero aún no explotadas.
El proyecto para este ducto ya ha sido estudiado preliminarmente, estando por convocarse a una licitación internacional, previéndose que pueda estar operativo en unos dos años.
Asimismo, ya está en su fase preliminar de construcción el ducto que llevará el gas a una gran parte del departamento de Ica, convirtiendo a la zona en una de las mejor abastecidas del país. Las ciudades beneficiadas serán Humay, Pisco, Ica, Nazca y Marcona.
En la costa norte también hay buenas perspectivas, pero no empleando el gas de Camisea, sino más bien el hallado en las costas piurana y tumbesina. Dadas las grandes reservas que se viene encontrando, ya se evalúa la posibilidad de tender gasoductos desde Tumbes o Piura hasta Trujillo y Chimbote. De concretarse la idea, prácticamente toda la costa peruana quedará abastecida del hidrocarburo.
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Como se sabe, actualmente el país tiene dos ductos que lo atraviesan desde Camisea, en la selva norte del Cusco, hasta la costa central. Uno de ellos, de 731 kilómetros, transporta gas natural hasta Lurín, en la entrada sur de Lima. El otro, de 565 kilómetros, transporta líquidos de gas hasta la planta de fraccionamiento de Pisco.
Al gasoducto Camisea-Lurín (en la foto) se unirán otros muy pronto.
Pero, a raíz de la acelerada expansión de la economía y, por ende, de la demanda, se prevé que la tubería de gas natural resultará insuficiente dentro de pocos años, razón por la cual el gobierno ha planteado a la empresa operadora Transportadora de Gas del Perú (TGP) la necesidad de duplicar su capacidad, desde los actuales 450 millones de pies cúbicos diarios a 1,000 millones.
A los dos ductos mencionados se agregará pronto un tercero un poco menos extenso, de 34 pulgadas de diámetro y 408 kilómetros de longitud, que ya está siendo tendido desde Ayacucho, (en el actual gasoducto principal) hasta la costa iqueña. Éste traerá a la costa el gas natural, para ser licuado en la planta de Pampa Melchorita y exportado a México.
También, desde Ayacucho, se construirá un ducto que se dirigirá hacia el valle del Mantaro, para abastecer a la ciudad de Huancayo y a los grandes centros mineros de Junín y Pasco, a la refinería de La Oroya y a la planta de Cemento Andino. Éste demandará una inversión aproximada de US$ 300 millones. La convocatoria ya está muy próxima, y la buena pro se otorgaría a inicios del 2009.
Además, habrá un gasoducto hacia el sur, el cual ya quedó definido que será andino, y no costeño. Éste será tendido desde Camisea, pasando por el centro del departamento del Cusco, y enrumbando desde allí hacia Arequipa, Matarani, Ilo (donde se construirá una planta petroquímica) y Tacna. Además, tendría ramales hacia Apurímac (donde abastecería al megaproyecto minero de Las Bambas) y hacia Puno, y pasaría por las grandes minas de cobre del sur, con un recorrido aproximado de 1,085 kilómetros.
Sólo quedan por definir el trazo exacto y sus características técnicas, así como saber quién lo construirá, dado que no sólo hay dos grupos interesados (Kuntur Transportadora de Gas y Energy Transfer), sino también otros (entre ellos el brasileño Odebrecht) que se sumarían al proyecto. La inversión requerida superaría los US$ 1,300 millones. De marchar todo según las previsiones, comenzaría a operar entre el 2011 y el 2012.
Otro gran proyecto es el del gasoducto desde Lima hasta Chimbote, que permitirá dotar de energía limpia y barata no sólo a las plantas pesqueras y a la siderúrgica, sino también a su creciente población. Éste partiría desde el City Gate de Lurín, rodearía por el este la capital, saldría a la costa por Ventanilla, donde abastecería la termoeléctrica del lugar, y enrumbaría luego hacia el puerto pesquero ancashino. En su trayecto, de más de 400 kilómetros, dotaría de energía a una gran central termoeléctrica, de aproximadamente 800 MW, que está en estudio, y abastecería a las minas de hierro de Oyón, al norte de Lima, que ya están concesionadas, pero aún no explotadas.
El proyecto para este ducto ya ha sido estudiado preliminarmente, estando por convocarse a una licitación internacional, previéndose que pueda estar operativo en unos dos años.
Asimismo, ya está en su fase preliminar de construcción el ducto que llevará el gas a una gran parte del departamento de Ica, convirtiendo a la zona en una de las mejor abastecidas del país. Las ciudades beneficiadas serán Humay, Pisco, Ica, Nazca y Marcona.
En la costa norte también hay buenas perspectivas, pero no empleando el gas de Camisea, sino más bien el hallado en las costas piurana y tumbesina. Dadas las grandes reservas que se viene encontrando, ya se evalúa la posibilidad de tender gasoductos desde Tumbes o Piura hasta Trujillo y Chimbote. De concretarse la idea, prácticamente toda la costa peruana quedará abastecida del hidrocarburo.
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