Por la interesantísima forma en que se están moviendo las cosas en el campo inmobiliario, más concretamente en la construcción de grandes edificios, ahora Lima se halla en la inédita situación de no saber a ciencia cierta cuál será su rascacielos más alto de aquí a tres años.
Esto es así debido a que el Westin, que ya está en construcción, y que se convertirá en un par de años en el más elevado de la capital, aparentemente dejará de serlo muy poco tiempo después, ya que están trascendiendo anuncios de varios proyectos que lo superarían.
Sin embargo, aún se requiere confirmación, para ver si los citados planes se llegan a concretar, o, como sucede tantas veces, abortan y no pasan de ser simples sueños, peremnizados en un hermoso render o dibujo.
Uno de los rascacielos, como ya se dijo en una anterior nota, es la Torre Javier Prado, cuya construcción fue anunciada hace algunos meses por el propio alcalde de San Isidro, Antonio Meier, y que estaría ubicada frente al Westin, en la avenida Javier Prado. De acuerdo a los renders, tendría una altura comparable a la del citado hotel, aunque habrá que esperar un poco para saber si efectivamente se construirá, ha sido modificado en su diseño, o quedó descartado.
Según el diario Correo, el alcalde Meier ha hablado en estos días de una nueva propuesta, que ya está siendo evaluada por Proinversión, para construir dos edificios, de 40 pisos cada uno, en la extensa playa de estacionamiento del edificio de Petroperú, en el Paseo de la República. Como se sabe, allí un grupo privado pretendió construir la denominada Torre Internacional Chavimochic, destinada a convertirse en la más alta de la ciudad, pero su propuesta, luego de la respectiva evaluación, fue rechazada por el referido organismo público.
Y ahora, como para hacer más interesante la competencia "rascacielística", el empresario chileno Abraham Senerman, presidente del grupo Sencorp, y constructor de la Torre Titanium, que con sus 52 pisos y 192 metros se convertirá dentro de poco en la segunda más alta de Chile, ha anunciado su intención de construir un edificio de similares dimensiones en Lima, con el fin de que se convierta en el nuevo ícono arquitectónico de la ciudad.
El panorama, pues, luce alentador. Nuestra capital, como para ponerse a tono con la situación de crecimiento y mejora que vive el país, también está buscando altura.
Esto es así debido a que el Westin, que ya está en construcción, y que se convertirá en un par de años en el más elevado de la capital, aparentemente dejará de serlo muy poco tiempo después, ya que están trascendiendo anuncios de varios proyectos que lo superarían.
Sin embargo, aún se requiere confirmación, para ver si los citados planes se llegan a concretar, o, como sucede tantas veces, abortan y no pasan de ser simples sueños, peremnizados en un hermoso render o dibujo.
Uno de los rascacielos, como ya se dijo en una anterior nota, es la Torre Javier Prado, cuya construcción fue anunciada hace algunos meses por el propio alcalde de San Isidro, Antonio Meier, y que estaría ubicada frente al Westin, en la avenida Javier Prado. De acuerdo a los renders, tendría una altura comparable a la del citado hotel, aunque habrá que esperar un poco para saber si efectivamente se construirá, ha sido modificado en su diseño, o quedó descartado.
Según el diario Correo, el alcalde Meier ha hablado en estos días de una nueva propuesta, que ya está siendo evaluada por Proinversión, para construir dos edificios, de 40 pisos cada uno, en la extensa playa de estacionamiento del edificio de Petroperú, en el Paseo de la República. Como se sabe, allí un grupo privado pretendió construir la denominada Torre Internacional Chavimochic, destinada a convertirse en la más alta de la ciudad, pero su propuesta, luego de la respectiva evaluación, fue rechazada por el referido organismo público.
Y ahora, como para hacer más interesante la competencia "rascacielística", el empresario chileno Abraham Senerman, presidente del grupo Sencorp, y constructor de la Torre Titanium, que con sus 52 pisos y 192 metros se convertirá dentro de poco en la segunda más alta de Chile, ha anunciado su intención de construir un edificio de similares dimensiones en Lima, con el fin de que se convierta en el nuevo ícono arquitectónico de la ciudad.
El panorama, pues, luce alentador. Nuestra capital, como para ponerse a tono con la situación de crecimiento y mejora que vive el país, también está buscando altura.