Demostrando que es capaz de organizar adecuadamente eventos de gran magnitud, tal como lo había demostrado tiempo atrás al albergar la Copa América 2004 y luego el Mundial Sub-17, nuestro país tuvo la enorme satisfacción de llevar a cabo, exitosamente, la Quinta Cumbre Presidencial de América Latina, el Caribe y la Unión Europea.
La cita, que demandó un gran despliegue a todo nivel organizativo y logístico, congregó en Lima a todos los presidentes de nuestra región, así como a un gran número de mandatarios europeos, entre los cuales destacaron la canciller alemana Angela Merkel y el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero.
En la reunión se puso a prueba nuestra capacidad hotelera, de acondicionamiento de centros de convenciones, de organización de eventos vinculados, de adopción de medidas de seguridad y de infraestructura de telecomunicaciones, etc., aspectos frente a los cuales se respondió con mucha eficiencia. La belleza de la ciudad, la riqueza de nuestra gastronomía y la calidez de la gente hacia los huéspedes complementaron la parte organizacional y contribuyeron a crear un grato ambiente.
Como corolario de esto, se obtuvo algunos logros. En términos de nuestro país, el más importante fue, quizá, haber obtenido el visto bueno de la Unión Europea para negociar en dos velocidades un Tratado de Libre Comercio con la Comunidad Andina, algo que era buscado afanosamente por Colombia y el Perú. Además, la reunión sirvió para relanzar eficazmente nuestra imagen a nivel internacional, haciendo ver a las naciones del viejo continente que éste es un país seriamente embarcado en un acelerado proceso de desarrollo y modernización, en el cual son bienvenidas las inversiones provenientes de todos ellos.
En términos más globales, el presidente García lanzó una importante propuesta, que, de ser acogida a nivel internacional, podría contribuir grandemente a enfrentar el grave problema de calentamiento que amenaza seriamente al planeta. Él planteó establecer un impuesto de 50 centavos por cada barril de petróleo (o una cantidad específica de gas) que se venda en el mundo, con el fin de crear un fondo que se utilizaría en la masiva reforestación de grandes áreas desérticas en los cinco continentes. Considerando la cantidad enorme de petróleo y gas que se consume en el mundo, ello implicaría tener disponible un fondo de miles de millones de dólares, que permitiría sembrar miles de millones de árboles, capturando así buena parte del carbono que hoy se emite a la atmósfera y que genera el letal efecto invernadero. Sería una respuesta concreta y rápida al problema, que ojalá sea escuchada y puesta en práctica.
Con esos y otros planteamientos y detalles cerró la cumbre. Sin duda, constituyó una buena prueba para nuestro país, que ahora se preparará para organizar, en noviembre, un evento aún mayor: la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en virtud de la cual llegarán a nuestro país los primeros mandatarios de Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Corea, Singapur, Canadá y de los demás países conformantes de esta gran zona comercial, la más dinámica del mundo.
Fotos: Andina
La cita, que demandó un gran despliegue a todo nivel organizativo y logístico, congregó en Lima a todos los presidentes de nuestra región, así como a un gran número de mandatarios europeos, entre los cuales destacaron la canciller alemana Angela Merkel y el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero.
En la reunión se puso a prueba nuestra capacidad hotelera, de acondicionamiento de centros de convenciones, de organización de eventos vinculados, de adopción de medidas de seguridad y de infraestructura de telecomunicaciones, etc., aspectos frente a los cuales se respondió con mucha eficiencia. La belleza de la ciudad, la riqueza de nuestra gastronomía y la calidez de la gente hacia los huéspedes complementaron la parte organizacional y contribuyeron a crear un grato ambiente.
Como corolario de esto, se obtuvo algunos logros. En términos de nuestro país, el más importante fue, quizá, haber obtenido el visto bueno de la Unión Europea para negociar en dos velocidades un Tratado de Libre Comercio con la Comunidad Andina, algo que era buscado afanosamente por Colombia y el Perú. Además, la reunión sirvió para relanzar eficazmente nuestra imagen a nivel internacional, haciendo ver a las naciones del viejo continente que éste es un país seriamente embarcado en un acelerado proceso de desarrollo y modernización, en el cual son bienvenidas las inversiones provenientes de todos ellos.
En términos más globales, el presidente García lanzó una importante propuesta, que, de ser acogida a nivel internacional, podría contribuir grandemente a enfrentar el grave problema de calentamiento que amenaza seriamente al planeta. Él planteó establecer un impuesto de 50 centavos por cada barril de petróleo (o una cantidad específica de gas) que se venda en el mundo, con el fin de crear un fondo que se utilizaría en la masiva reforestación de grandes áreas desérticas en los cinco continentes. Considerando la cantidad enorme de petróleo y gas que se consume en el mundo, ello implicaría tener disponible un fondo de miles de millones de dólares, que permitiría sembrar miles de millones de árboles, capturando así buena parte del carbono que hoy se emite a la atmósfera y que genera el letal efecto invernadero. Sería una respuesta concreta y rápida al problema, que ojalá sea escuchada y puesta en práctica.
Con esos y otros planteamientos y detalles cerró la cumbre. Sin duda, constituyó una buena prueba para nuestro país, que ahora se preparará para organizar, en noviembre, un evento aún mayor: la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en virtud de la cual llegarán a nuestro país los primeros mandatarios de Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Corea, Singapur, Canadá y de los demás países conformantes de esta gran zona comercial, la más dinámica del mundo.
Fotos: Andina