El Perú añadió ayer dos nuevos TLCs a su lista de apertura comercial. En efecto, al tratado de libre comercio firmado a fines del año pasado con Estados Unidos, acaba de sumar los firmados con Canadá y Singapur. Es decir, con la segunda economía más grande de América, y con una de las más abiertas y competitivas del mundo, respectivamente.
Con Canadá
Si bien la economía canadiense no tiene las gigantescas dimensiones de la estadounidense, no deja de ser muy grande. Basta decir que es la octava del mundo, y trece veces superior a la nuestra, para entender que se trata de un objetivo muy apetecible para los exportadores nacionales.
Con el TLC, prácticamente el 100% de las exportaciones peruanas ingresará libremente a ese país, de forma inmediata. Sólo quedará pendiente un minúsculo grupo de productos, cuya desgravación será gradual.
Actualmente, Canadá es uno de nuestros principales socios comerciales, así como uno de los mayores inversionistas, particularmente en minería y petróleo.
En el 2007, el Perú exportó a ese país un total de US$ 1,784 millones, e importó menos de US$ 400 millones, registrando así una balanza comercial muy superavitaria. De las exportaciones, casi el 70% correspondió al oro. También destacaron las de cobre, zinc y otros minerales, así como las pesqueras. Las agrarias o industriales aún son muy escasas, teniendo, por lo tanto, un amplísimo espacio para crecer.
Con el TLC en funcionamiento, se podrá diversificar enormemente las exportaciones, incorporando productos no tradicionales, de un mayor valor agregado, que actualmente representan un porcentaje ínfimo del total (menos de 5%). Así, se podrá introducir a ese mercado textiles y confecciones, productos metalmecánicos, siderúrgicos, metalúrgicos, etc. También productos de agroexportación, como mandarinas (la principal agroexportación en la actualidad), mangos, paltas, espárragos, alcahofas, uvas, cebollas, menestras, cítricos, pimiento, ajos, café y otros. Asimismo, productos madereros o muebles, gas, productos petroquímicos, etc.
Cabe señalar que, dado que los textiles y confecciones no gozaban del Sistema Generalizado de Preferencias que Canadá otorga unilateralmente a un grupo de productos peruanos, tenían que pagar un elevado arancel de 18%. Ahora, con la reducción a 0%, podrán elevar significativamente sus montos exportados.
Sin duda, entre las más beneficiadas con el tratado estarán las pymes, que podrán acceder a las convocatorias que lleve a cabo el gobierno canadiense. Durante los primeros tres años dicho acceso será para compras a partir de US$ 75 mil (compárese con los US$ 175 mil establecidos en el TLC con Estados Unidos). Luego, el monto subirá a US$ 170 mil. Otra noticia favorable para estas empresas es que el gobierno canadiense las capacitará, para que mejoren su participación en dichos actos públicos.
Entre los principales productos que las pymes podrán colocar en Canadá figuran los muebles de madera, el calzado y las confecciones.
Obviamente, las empresas canadienses también podrán podrán acceder a las compras estatales peruanas, pero lo harán únicamente cuando los montos de las convocatorias dupliquen los establecidos para las empresas peruanas.
Pero no sólo habrán ventajas derivadas de poder vender en el mercado canadiense. También las habrán como resultado de poder efectuar importaciones a precios mucho más reducidos que los actuales. A tal efecto, el Perú eliminará de inmediato los aranceles al 73.49% de las importaciones provenientes de Canadá; el resto será eliminado en un plazo de cinco a diez años. De esa manera, apenas se inicie el 2009, las empresas de nuestro país podrán adquirir bienes de capital (maquinarias y equipos) e insumos, en condiciones mucho más cómodas. Para beneplácito de los consumidores, también ingresarán de inmediato a nuestro mercado, libre de aranceles, el trigo, cebada, lentejas, arvejas y cortes de res deshuesados seleccionados; así como una serie de productos de papel, maquinaria y equipos.
En lo que atañe a inversiones, el TLC permitirá que los empresarios canadienses incursionen con más facilidad en sectores en los cuales siempre han mostrado interés, entre ellos la pesquería, industria, explotación forestal y reforestación (en el que son expertos). Asimismo, podrán seguir ampliando sus inversiones en minería (donde son los principales actores), telecomunicaciones y finanzas.
Al igual que el TLC con EEUU, el firmado con Canadá también contempla la observación de normas que promuevan mejores condiciones para los trabajadores, sancionándose el incumplimiento. Sin embargo, otorga una mayor flexibilidad para la adecuación, considerando las condiciones de elevada informalidad y desempleo que caracterizan al sector laboral peruano.
También contempla regulaciones que garantizan la protección del medio ambiente, aspecto en el cual Canadá es uno de los abanderados en el mundo.
Ésas son algunas de las características y ventajas del TLC. Además, gracias a él, nuestro país ganará competitividad frente a los que aún no lo han suscrito, pues éstos deberán seguir pagando las actualmente elevadas tasas arancelarias.
Con Singapur
En cuanto al TLC con Singapur, éste nos dará acceso a una economía que, aunque pequeña a escala internacional, es más grande que la nuestra. Esta nación asiática tiene un PBI de US$ 161 mil millones, una población de 4.6 millones de personas y un producto por habitante de US$ 35,163.
El tratado permitirá que aproximadamente el 87% de los productos que el Perú importa de dicho país (televisores, computadoras, equipos de sonido y de video, electrodomésticos, etc.) ingresen libres de aranceles de manera inmediata. El resto será desgravado en un plazo máximo de diez años.
En el 2007, el Perú exportó mercaderías a Singapur por el poco significativo monto de US$ 4.2 millones, que ahora se espera elevar sustantivamente. Un aspecto interesante de dicha cifra es que corresponde casi totalmente a productos no tradicionales: alambres de cobre, uvas frescas, moluscos, conservas de pescado, t-shirts, colorantes de marigold, etc.
Pero no todo es comercio: el TLC también contempla el aspecto de las inversiones. Singapur tiene interés en participar en los negocios portuario, aeroportuario, industrial, biotecnológico, informático, logístico y financiero, en los cuales es uno de los líderes mundiales.
Para esa nación, el nuevo acuerdo tiene el objetivo de emplear al Perú como un hub o centro de conexiones con el resto de América Latina, así como en una plataforma exportadora hacia el mercado norteamericano, aprovechando las ventajas que otorga el TLC con ese país. Para el Perú, el objetivo es que ese pequeño país se convierta en nuestro puente con el resto del continente asiático, tanto en lo referente al comercio como a las inversiones.
De esa manera, apenas se inicie el año 2009, nuestro país comenzará a tener un libre flujo de comercio, servicios e inversiones con tres países tan importantes como Estados Unidos, Canadá y Singapur. Además, tendrá un semi-TLC (acuerdo de alcance parcial) con Tailandia.
Pero eso no es todo. Las negociaciones con China ya están muy avanzadas, y se espera tener listo el TLC con ese país en noviembre de este año, de tal manera que la firma se lleve a cabo en plena reunión de la APEC, en Lima.
Como podemos ver, en materia de apertura el Perú sigue transitando, a paso acelerado, por el camino correcto.
Fotos: Andina
Con Canadá
Si bien la economía canadiense no tiene las gigantescas dimensiones de la estadounidense, no deja de ser muy grande. Basta decir que es la octava del mundo, y trece veces superior a la nuestra, para entender que se trata de un objetivo muy apetecible para los exportadores nacionales.
Con el TLC, prácticamente el 100% de las exportaciones peruanas ingresará libremente a ese país, de forma inmediata. Sólo quedará pendiente un minúsculo grupo de productos, cuya desgravación será gradual.
Actualmente, Canadá es uno de nuestros principales socios comerciales, así como uno de los mayores inversionistas, particularmente en minería y petróleo.
En el 2007, el Perú exportó a ese país un total de US$ 1,784 millones, e importó menos de US$ 400 millones, registrando así una balanza comercial muy superavitaria. De las exportaciones, casi el 70% correspondió al oro. También destacaron las de cobre, zinc y otros minerales, así como las pesqueras. Las agrarias o industriales aún son muy escasas, teniendo, por lo tanto, un amplísimo espacio para crecer.
Con el TLC en funcionamiento, se podrá diversificar enormemente las exportaciones, incorporando productos no tradicionales, de un mayor valor agregado, que actualmente representan un porcentaje ínfimo del total (menos de 5%). Así, se podrá introducir a ese mercado textiles y confecciones, productos metalmecánicos, siderúrgicos, metalúrgicos, etc. También productos de agroexportación, como mandarinas (la principal agroexportación en la actualidad), mangos, paltas, espárragos, alcahofas, uvas, cebollas, menestras, cítricos, pimiento, ajos, café y otros. Asimismo, productos madereros o muebles, gas, productos petroquímicos, etc.
Cabe señalar que, dado que los textiles y confecciones no gozaban del Sistema Generalizado de Preferencias que Canadá otorga unilateralmente a un grupo de productos peruanos, tenían que pagar un elevado arancel de 18%. Ahora, con la reducción a 0%, podrán elevar significativamente sus montos exportados.
Sin duda, entre las más beneficiadas con el tratado estarán las pymes, que podrán acceder a las convocatorias que lleve a cabo el gobierno canadiense. Durante los primeros tres años dicho acceso será para compras a partir de US$ 75 mil (compárese con los US$ 175 mil establecidos en el TLC con Estados Unidos). Luego, el monto subirá a US$ 170 mil. Otra noticia favorable para estas empresas es que el gobierno canadiense las capacitará, para que mejoren su participación en dichos actos públicos.
Entre los principales productos que las pymes podrán colocar en Canadá figuran los muebles de madera, el calzado y las confecciones.
Obviamente, las empresas canadienses también podrán podrán acceder a las compras estatales peruanas, pero lo harán únicamente cuando los montos de las convocatorias dupliquen los establecidos para las empresas peruanas.
Pero no sólo habrán ventajas derivadas de poder vender en el mercado canadiense. También las habrán como resultado de poder efectuar importaciones a precios mucho más reducidos que los actuales. A tal efecto, el Perú eliminará de inmediato los aranceles al 73.49% de las importaciones provenientes de Canadá; el resto será eliminado en un plazo de cinco a diez años. De esa manera, apenas se inicie el 2009, las empresas de nuestro país podrán adquirir bienes de capital (maquinarias y equipos) e insumos, en condiciones mucho más cómodas. Para beneplácito de los consumidores, también ingresarán de inmediato a nuestro mercado, libre de aranceles, el trigo, cebada, lentejas, arvejas y cortes de res deshuesados seleccionados; así como una serie de productos de papel, maquinaria y equipos.
En lo que atañe a inversiones, el TLC permitirá que los empresarios canadienses incursionen con más facilidad en sectores en los cuales siempre han mostrado interés, entre ellos la pesquería, industria, explotación forestal y reforestación (en el que son expertos). Asimismo, podrán seguir ampliando sus inversiones en minería (donde son los principales actores), telecomunicaciones y finanzas.
Al igual que el TLC con EEUU, el firmado con Canadá también contempla la observación de normas que promuevan mejores condiciones para los trabajadores, sancionándose el incumplimiento. Sin embargo, otorga una mayor flexibilidad para la adecuación, considerando las condiciones de elevada informalidad y desempleo que caracterizan al sector laboral peruano.
También contempla regulaciones que garantizan la protección del medio ambiente, aspecto en el cual Canadá es uno de los abanderados en el mundo.
Ésas son algunas de las características y ventajas del TLC. Además, gracias a él, nuestro país ganará competitividad frente a los que aún no lo han suscrito, pues éstos deberán seguir pagando las actualmente elevadas tasas arancelarias.
Con Singapur
En cuanto al TLC con Singapur, éste nos dará acceso a una economía que, aunque pequeña a escala internacional, es más grande que la nuestra. Esta nación asiática tiene un PBI de US$ 161 mil millones, una población de 4.6 millones de personas y un producto por habitante de US$ 35,163.
El tratado permitirá que aproximadamente el 87% de los productos que el Perú importa de dicho país (televisores, computadoras, equipos de sonido y de video, electrodomésticos, etc.) ingresen libres de aranceles de manera inmediata. El resto será desgravado en un plazo máximo de diez años.
En el 2007, el Perú exportó mercaderías a Singapur por el poco significativo monto de US$ 4.2 millones, que ahora se espera elevar sustantivamente. Un aspecto interesante de dicha cifra es que corresponde casi totalmente a productos no tradicionales: alambres de cobre, uvas frescas, moluscos, conservas de pescado, t-shirts, colorantes de marigold, etc.
Pero no todo es comercio: el TLC también contempla el aspecto de las inversiones. Singapur tiene interés en participar en los negocios portuario, aeroportuario, industrial, biotecnológico, informático, logístico y financiero, en los cuales es uno de los líderes mundiales.
Para esa nación, el nuevo acuerdo tiene el objetivo de emplear al Perú como un hub o centro de conexiones con el resto de América Latina, así como en una plataforma exportadora hacia el mercado norteamericano, aprovechando las ventajas que otorga el TLC con ese país. Para el Perú, el objetivo es que ese pequeño país se convierta en nuestro puente con el resto del continente asiático, tanto en lo referente al comercio como a las inversiones.
De esa manera, apenas se inicie el año 2009, nuestro país comenzará a tener un libre flujo de comercio, servicios e inversiones con tres países tan importantes como Estados Unidos, Canadá y Singapur. Además, tendrá un semi-TLC (acuerdo de alcance parcial) con Tailandia.
Pero eso no es todo. Las negociaciones con China ya están muy avanzadas, y se espera tener listo el TLC con ese país en noviembre de este año, de tal manera que la firma se lleve a cabo en plena reunión de la APEC, en Lima.
Como podemos ver, en materia de apertura el Perú sigue transitando, a paso acelerado, por el camino correcto.
Fotos: Andina