En los alrededores del mercado, se ha convertido en una práctica cotidiana, los decomisos violentos de las mercaderías de los vendedores ambulantes, por algunos de los miembros de la Policía Municipal.
Las principales victimas de estos decomisos, son las mujeres que vienen de las zonas rurales, para vender en sus atados, verduras, frutas y flores.
Las principales victimas de estos decomisos, son las mujeres que vienen de las zonas rurales, para vender en sus atados, verduras, frutas y flores.
Obviamente, la Policía Municipal recibe órdenes para actuar de esa manera. Las persiguen y quitan sus productos, para luego colocarlos en la camioneta. El tema es a dónde van a parar esas mercaderías incautadas. ¿A quiénes estará haciendo engordar esos productos, con el sudor y el dolor ajeno? ¿Qué dicen el señor Alcalde, Regidores y Gerentes?
Algunas vendedoras se han quejado que cuando van a la Municipalidad a reclamar por sus mercancías, les dicen que primero paguen para entregarles el formulario de solicitud. Luego de llenado, se requiere que lo acompañen con la firma de un abogado. Después se le dice que vayan al mercado mayorista de Puelles que allí se encuentran todas las mercaderías incautadas. Cuando llegan a ese lugar, les dicen que no saben nada y que regresen a la Municipalidad. De tantos "ires y venires" las vendedoras se resignan a perder sus productos, porque más caro les sale "la lavada que la camisa".
Se privilegia el "orden", el "respeto a los espacios públicos" pero se atropella los derechos de las personas, el derecho que tienen a trabajar honradamente, aunque esto sea en las calles. ¿A quién le gusta trabajar en las calles, en sol o en lluvia, con incomodidades propias del comercio ambulatorio, cargando a sus hijos, exponiéndolos a todo tipo de inseguridades incluyendo las violaciones?
Los vendedores ambulantes, no es lo mejor que tiene una ciudad, pero son una realidad que nos toca en el día a día y no podemos negarla ni ocultarla. ¿Por qué existen vendedores ambulantes? Simplemente porque no hay empleos formales. Porque a pesar que se dice que el país está muy bien económicamente a nivel macro, la gente de a pie no lo percibe y el desempleo sigue en cifra ascendente.
Existen ambulantes porque hay personas que deben inventar nuevas formas para ganar dinero trabajando honradamente, porque detrás de ellos hay una familia que alimentar, pagar deudas, los gastos de estudios de los hijos, medicina para sus familiares enfermos, pagar el agua, la luz, los alquileres.
Tampoco podemos dejar de lado el problema de la migración. Cada vez más son las personas que abandonan el campo y vienen a la ciudad buscando un futuro mejor, invadiendo los cerros de nuestro alrededor. La falta de agua, de acceso al crédito, los bajos precios en sus productos, los altos costos y las largas distancias que tienen que recorrer para poder llegar al punto de venta, el maltrato de la Policía Municipal, todos estos componentes, hacen que las labores del campo sean cada vez menos atractivas.
También debemos preocuparnos por nuestra seguridad alimentaria. ¿Se imaginan ustedes que pasaría si ya nadie quisiera sembrar? ¿Imaginemos por un instante que ya no hubiera venta de frutas, verduras, flores porque nadie quiere sembrar?
El problema de fondo es la falta de empleo, la pobreza, la migración, los bajos precios en los productos, pero sobre todo, la falta de una política pública generadora de empleo orientada a la producción. La elaboración de un plan municipal que aborde el tema del comercio informal, respetando los derechos humanos.
La solución del problema del comercio ambulatorio no es la represión. Qué fácil es quitarles las mercaderías y con ello creer que todo está en orden. Eso es pretender tapar el sol con un dedo. No es así señores autoridades.
Por : Mg. Teresa Chara de los Rios