Pese a sus turbulencias, el 2007 fue un buen año para los países latinoamericanos. De los dieciocho que conforman la región, trece lograron tasas de expansión superiores al 5%.
Panamá se constituyó como el de mejor desempeño, al lograr la espectacular tasa de 11.2%. El pequeño país centroamericano viene creciendo a tasas elevadas desde el año 2004.
Le siguió el Perú, que se halla en una fase de aceleración económica, como lo prueba el hecho de que creció 9% en el 2007, luego de haberlo hecho 7.6% en el 2006, 6.7% en el 2005 y 5.1% en el 2004. Lo más interesante del elevado crecimiento peruano es que ya no tiene su origen en los altos precios de sus commodities de exportación, como hasta hace tres años, ni en el incremento del gasto público, sino en una sana evolución del consumo y la inversión privada.
Argentina repitió su buena performance expansiva, aunque jaqueada por una inflación que probablemente la lleve a un gradual enfriamiento. República Dominicana y Venezuela también siguieron registrando altas tasas de crecimiento, aunque menores que las del año anterior.
Colombia, al igual que Perú, demostró que se halla en una fase de aceleración, como producto de una política económica de amplia apertura, búsqueda de nuevos mercados y atracción de las inversiones. En virtud de ello, desde el 2001 no ha dejado de acelerar su tasa de crecimiento, la cual acaba de alcanzar su máximo nivel en el 2007, con un significativo 7.6%.
En cuanto al gigante regional, Brasil, también logró mejorar sus cifras. Así, y luego de varios años francamente decepcionantes, alcanzó un crecimiento de 5.7% en el 2007, el más alto de la década. Por su parte, Chile creció 5.1%, tasa que ciertamente no satisfizo a los sureños, acostumbrados a registros mayores.
La menor tasa de crecimiento de América Latina correspondió a Ecuador. El país del norte, exportador petrolero, no pudo aprovechar una coyuntura de precios tan favorable como la actual, y sólo creció 2.6%.
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