Confirmando que la minería y la agricultura no sólo no son incompatibles, sino que, con un buen manejo, pueden convivir y complementarse perfectamente, hoy la Empresa Minera Yanacocha puso en operación, en el distrito de Encañada, Cajamarca, una obra de infraestructura muy importante, y a la vez interesantísima: una represa en pleno tajo abierto de una antigua mina.
En efecto, luego de haber extraido, durante años, miles de toneladas de material del tajo San José, la empresa enfrentaba el dilema de qué hacer con el enorme hoyo, agotado ya el mineral. Así que, en lugar de dejarlo abandonado o volver a cubrirlo con tierra, decidió llenarlo con agua, convirtiéndolo en un gigantesco reservorio.
Ahora, con sus 6 millones de metros cúbicos de capacidad, la flamante represa permitirá almacenar buena parte del agua que se pierde en épocas de lluvia, y llevarla a los campos de cultivo del distrito. El líquido, que es previamente sometido a tratamiento en la planta de la minera, es de buena calidad, apto para el riego agrícola y para el consumo del ganado. En el reservorio, es protegido de los agentes contaminantes del suelo por medio de una membrana plástica de gran resistencia.
Así que, de "enemiga" de la agricultura, la minería ha pasado a ser, con tan ingeniosa iniciativa, una inmejorable aliada de ésta. Esperamos que la obra contribuya al cambio de opinión de quienes aún insisten con el tema de la supuesta incompatibilidad agrícola-minera. La gran minería moderna, dotada de tecnología de avanzada, e imbuida de un claro interés por lo social y lo ecológico, tiene muy poco en común con la de antes. Por lo tanto, los viejos mitos y prejuicios deberían quedar atrás. Otros tajos abandonados deberían seguir los pasos del San José. Con ello, la agricultura podría verse muy beneficiada.