El siglo decimonónico para las colonias de América es una coyuntura de rompimiento colonial, se realiza en Chuquisaca, Charcas, Buenos Aires, Quito y en contexto peruano, Huánuco de 1812. Hecho histórico que conmovió al poder político virreinal representado por dos personajes virrey José de Abascal y el poderoso intendente de Tarma José Gonzáles Prada a ello se incorpora los subdelegados de Tarma , Cajatambo y Pasco y que además tenía financiación de Caja Real de Pasco.Fue una coyuntura social que los pueblos marginados se rebelaron de siglos de dominio ,colonización, explotación y sojuzgamiento punitivo.
Proceso histórico de 1812 se condice con la efervescencia revolucionaria de las clases populares que estaban marginados de siglos de dominio colonial, los indígenas de Dos de Mayo, Huamalíes, Huacrachuco, Yarowilca, Ambo, Pachitea, Lauricocha y Huánuco se levantaron al sonido de tinyas, quenas con la consigna usha chapeton o wuitikuy chapeton así coreaban los bravos yarowilquinos, chupaychos como los de Allauca e Ichoc Guanuco de Dos de Mayo. Durante la reforma política de borbones se instituyó en subdelgaciones de Huánuco, Huamalíes y Panataguas. Los acontecimiento de preparación ideológica, política, de inicio, enfrentamiento y ofensiva armada ocurrido en los Andes de Huánuco orientó al poderoso ejército español acantonado en Tarma, mediante fucileros y Dragones de Tarma para que aprestarán a enfrentarse a una masa humana que se movilizaba pueblo por pueblo con la conducción de alcaldes de indios y que esta masa indígena que no contaba con los pertrechos modernos de aquella época.
Ha ello se incorpora la convicción del clérigo agustino Marcos Durán Martel, Mariano Aspiazu, Francisco Ledesma, Ignacio Villavicencio y de los clérigos de los pueblos andinos que simpatizaban es el caso de José Ayala de Chupán. Cada uno de ellos ejercieron la labor ideológica para concientizar a la población andina en sus sermones y por otro la difusión de ideas en conversaciones personales y grupales en torno a la zona de su ejercicio. Es necesario subrayar la carta de 18 de febrero 1812 de Marcos Durán Martel que demuestra la tenacidad, convicción de un ideólogo para dirigir y programar de manera estratégica el ingreso a Huánuco. Y como ocurre la madrugada del 23 de febrero en Huayoupampa el enfrentamiento entre las huestes proespañolas liderado por el subdelegado Diego García y la masa indígena proveniente de los pueblos Panao, Umari, Malconga, Valle, Acomayo que se hallaba liderado por José Contreras y los hermanos José Rodríguez y Andrés Rodriguez.
Es decir la mañana del 23 de febrero, la ciudad de Huánuco colonial, habitada de criollos pro españoles, residencia de comerciantes, políticos y autoridades fue tomado por los indígenas que piden de manera radical la expulsión de los españoles para que la autoridad recaiga en representante del Inca Castelli, se deseaba la autonomía andina en 1812 , la otra posesión fidelista liderado por Domingo Berrospi y posteriormente por Juan José Crespo y Castillo, y que, propone los criollos locales ejerzan de autoridades sin intromisión del poder virreinal como del intendente de Tarma, porque se heredaba la corrupción colonial de adquirir el puesto político previo compadrazgo y al mejor postor.
1812 a 1821 no es muy lejano el tiempo sino fue el preludio del debilitamiento al poder virreinal que se hacia incontrolable a la sublevaciones populares, están los casos de Tacna, Cusco, Huarochiri, Ayacucho, los reclamos y litigios políticos en las intendencia y subdelaciones ameritan sendo análisis histórico para devolver a la colectividad la memoria histórica olvidada.
Aporte a la Independencia política de 1821, el proceso revolucionario de Huánuco fue una lucha anticolonial y pro andino y en la ciudad colonial reinvidicación pro-criolla regional a favor de los apetitos políticos. No obstante la lucha indígena prosiguió en 1820 en la zonas de Yanahuanca, Jesús, Margos y Chaulán ya que un sector de los realistas tildaron a San Martín como un aventurero y que de todas manera los indígenas tendrán que pagar tributos con su dominio. Mensaje que se vivía en los Andes Centrales cuando percibieron el arribo de San Martín en las costas del pacífico.
Para la generación del siglo XXI se hace una deuda su aprendizaje y sus lecciones heroicas de los anónimos combatientes que derramaron su sangre para que la posteridad los rinda homenaje que su sueño e inmolación abrieron fisuras en pro de la independencia política del Perú.
Proceso histórico de 1812 se condice con la efervescencia revolucionaria de las clases populares que estaban marginados de siglos de dominio colonial, los indígenas de Dos de Mayo, Huamalíes, Huacrachuco, Yarowilca, Ambo, Pachitea, Lauricocha y Huánuco se levantaron al sonido de tinyas, quenas con la consigna usha chapeton o wuitikuy chapeton así coreaban los bravos yarowilquinos, chupaychos como los de Allauca e Ichoc Guanuco de Dos de Mayo. Durante la reforma política de borbones se instituyó en subdelgaciones de Huánuco, Huamalíes y Panataguas. Los acontecimiento de preparación ideológica, política, de inicio, enfrentamiento y ofensiva armada ocurrido en los Andes de Huánuco orientó al poderoso ejército español acantonado en Tarma, mediante fucileros y Dragones de Tarma para que aprestarán a enfrentarse a una masa humana que se movilizaba pueblo por pueblo con la conducción de alcaldes de indios y que esta masa indígena que no contaba con los pertrechos modernos de aquella época.
Ha ello se incorpora la convicción del clérigo agustino Marcos Durán Martel, Mariano Aspiazu, Francisco Ledesma, Ignacio Villavicencio y de los clérigos de los pueblos andinos que simpatizaban es el caso de José Ayala de Chupán. Cada uno de ellos ejercieron la labor ideológica para concientizar a la población andina en sus sermones y por otro la difusión de ideas en conversaciones personales y grupales en torno a la zona de su ejercicio. Es necesario subrayar la carta de 18 de febrero 1812 de Marcos Durán Martel que demuestra la tenacidad, convicción de un ideólogo para dirigir y programar de manera estratégica el ingreso a Huánuco. Y como ocurre la madrugada del 23 de febrero en Huayoupampa el enfrentamiento entre las huestes proespañolas liderado por el subdelegado Diego García y la masa indígena proveniente de los pueblos Panao, Umari, Malconga, Valle, Acomayo que se hallaba liderado por José Contreras y los hermanos José Rodríguez y Andrés Rodriguez.
Es decir la mañana del 23 de febrero, la ciudad de Huánuco colonial, habitada de criollos pro españoles, residencia de comerciantes, políticos y autoridades fue tomado por los indígenas que piden de manera radical la expulsión de los españoles para que la autoridad recaiga en representante del Inca Castelli, se deseaba la autonomía andina en 1812 , la otra posesión fidelista liderado por Domingo Berrospi y posteriormente por Juan José Crespo y Castillo, y que, propone los criollos locales ejerzan de autoridades sin intromisión del poder virreinal como del intendente de Tarma, porque se heredaba la corrupción colonial de adquirir el puesto político previo compadrazgo y al mejor postor.
1812 a 1821 no es muy lejano el tiempo sino fue el preludio del debilitamiento al poder virreinal que se hacia incontrolable a la sublevaciones populares, están los casos de Tacna, Cusco, Huarochiri, Ayacucho, los reclamos y litigios políticos en las intendencia y subdelaciones ameritan sendo análisis histórico para devolver a la colectividad la memoria histórica olvidada.
Aporte a la Independencia política de 1821, el proceso revolucionario de Huánuco fue una lucha anticolonial y pro andino y en la ciudad colonial reinvidicación pro-criolla regional a favor de los apetitos políticos. No obstante la lucha indígena prosiguió en 1820 en la zonas de Yanahuanca, Jesús, Margos y Chaulán ya que un sector de los realistas tildaron a San Martín como un aventurero y que de todas manera los indígenas tendrán que pagar tributos con su dominio. Mensaje que se vivía en los Andes Centrales cuando percibieron el arribo de San Martín en las costas del pacífico.
Para la generación del siglo XXI se hace una deuda su aprendizaje y sus lecciones heroicas de los anónimos combatientes que derramaron su sangre para que la posteridad los rinda homenaje que su sueño e inmolación abrieron fisuras en pro de la independencia política del Perú.
Fuente: Por Víctor Nieto Bonilla , publicado en el Diario Hoy (Huanuco)
En la foto, el retrato realizado por pintor Nuñez, que la Comisión del gobierno militar mando a realizar en 1971 para festejar el sesquicentenario de la independencia
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