A raíz de los hallazgos de nuevas y grandes reservas de cobre, como los que acaba de efectuar la suiza Xstrata en Las Bambas (incremento de 30%), que no hacen más que ratificar el enorme potencial de la minería peruana, el ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, acaba de lanzar un pronóstico que quizá a Chile le pueda sonar a herejía: que el Perú podría desplazarlo y convertirse en el primer productor mundial de este metal.
Dado el enorme peso de este país en el mundo, no sólo en la producción, sino también en el volumen de reservas, la aseveración del ministro podría sonar algo aventurada. Si bien el Perú está desarrollando varios megaproyectos nuevos (Toromocho, Las Bambas, Michiquillay, Quellaveco, La Granja) ampliando otros antiguos igualmente grandes (Toquepala, Cuajone, Cerro Verde, Tintaya), y tratando de llegar a buen término en otros (Tambogrande, Río Blanco), Chile no se detiene, y continúa atrayendo multimillonarias inversiones, mediante las cuales sigue ampliando su capacidad productiva.
Aunque nuestro país duplicó su producción en esta década (ver gráfico), en tanto que Chile incrementó la suya en sólo 22%, eso no parece ser suficiente para acortar significativamente la enorme distancia existente entre ambos. Los 1.2 millones de toneladas que produjo el Perú en el 2007 están muy alejados de los 5.6 millones de Chile. Pese a que nuestra participación en la producción mundial viene aumentando (ya está en 8%), aún es infinitamente menor que la chilena (36%).
En lo que atañe a reservas, las diferencias son igualmente grandes: el Perú todavía posee un bajo porcentaje de las mismas, mientras que Chile posee un abrumador 33%.
Así las cosas, ¿podrá nuestro país llegar a ocupar la posición que actualmente detenta, sin discusión alguna, su vecino del sur? En nuestra opinión, esto sólo podría ocurrir en el caso de un estancamiento de la producción chilena, y de un salto espectacular en las reservas y producción peruana, que supondría optimizar todos sus proyectos (incluyendo los que ahora no pueden desarrollarse por la absurda oposición de grupos ideologizados). Dadas las enormes reservas de nuestro vecino, que le aseguran una producción sostenida y larga, la pretensión del ministro parecería pecar de excesivamente optimista.
Sin embargo, diversas entidades internacionales especializadas en el mercado del metal rojo pronostican una desaceleración en la producción chilena, que le llevarían a reducir su participación mundial a niveles cercanos al 30% en los siguientes cinco años. Paralelamente, las reservas peruanas están aumentando muy rápidamente, y tan sólo con la entrada en operaciones de Las Bambas, Toromocho y Michiquillay, la producción se duplicaría en ese período.
Teniendo todo ello en cuenta, el pronóstico del ministro podría ya no sonar tan exagerado. Habrá que ver lo que ocurre.
http://www.minem.gob.pe/archivos/dgm/publicaciones/ANUARIOS/ANUARIO2007/ANUARIO%202.pdf
http://www.icsg.org/
http://www.minem.gob.pe/archivos/dgm/publicaciones/ANUARIOS/ANUARIO2007/ANEXOESTADISTICO.xls
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Dado el enorme peso de este país en el mundo, no sólo en la producción, sino también en el volumen de reservas, la aseveración del ministro podría sonar algo aventurada. Si bien el Perú está desarrollando varios megaproyectos nuevos (Toromocho, Las Bambas, Michiquillay, Quellaveco, La Granja) ampliando otros antiguos igualmente grandes (Toquepala, Cuajone, Cerro Verde, Tintaya), y tratando de llegar a buen término en otros (Tambogrande, Río Blanco), Chile no se detiene, y continúa atrayendo multimillonarias inversiones, mediante las cuales sigue ampliando su capacidad productiva.
Aunque nuestro país duplicó su producción en esta década (ver gráfico), en tanto que Chile incrementó la suya en sólo 22%, eso no parece ser suficiente para acortar significativamente la enorme distancia existente entre ambos. Los 1.2 millones de toneladas que produjo el Perú en el 2007 están muy alejados de los 5.6 millones de Chile. Pese a que nuestra participación en la producción mundial viene aumentando (ya está en 8%), aún es infinitamente menor que la chilena (36%).
En lo que atañe a reservas, las diferencias son igualmente grandes: el Perú todavía posee un bajo porcentaje de las mismas, mientras que Chile posee un abrumador 33%.
Así las cosas, ¿podrá nuestro país llegar a ocupar la posición que actualmente detenta, sin discusión alguna, su vecino del sur? En nuestra opinión, esto sólo podría ocurrir en el caso de un estancamiento de la producción chilena, y de un salto espectacular en las reservas y producción peruana, que supondría optimizar todos sus proyectos (incluyendo los que ahora no pueden desarrollarse por la absurda oposición de grupos ideologizados). Dadas las enormes reservas de nuestro vecino, que le aseguran una producción sostenida y larga, la pretensión del ministro parecería pecar de excesivamente optimista.
Sin embargo, diversas entidades internacionales especializadas en el mercado del metal rojo pronostican una desaceleración en la producción chilena, que le llevarían a reducir su participación mundial a niveles cercanos al 30% en los siguientes cinco años. Paralelamente, las reservas peruanas están aumentando muy rápidamente, y tan sólo con la entrada en operaciones de Las Bambas, Toromocho y Michiquillay, la producción se duplicaría en ese período.
Teniendo todo ello en cuenta, el pronóstico del ministro podría ya no sonar tan exagerado. Habrá que ver lo que ocurre.
http://www.minem.gob.pe/archivos/dgm/publicaciones/ANUARIOS/ANUARIO2007/ANUARIO%202.pdf
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