Japón ha llevado el concepto de reciclaje un paso más allá con la apertura de una fábrica que convierte en abono para alimentos frescos las sobras de comida y los alimentos caducados de más de 1.000 establecimientos.
El reciclaje se lleva a cabo en una innovadora planta con sede en la ciudad de Sakura, en la provincia de Chiba (este de Japón). Su objetivo es recibir los restos de comida de todos los centros de una conocida cadena comercial de Tokio, convertirlos en abono y cultivar a partir de éste alimentos frescos que distribuye en los mismos establecimientos donde recogió la basura.La empresa en cuestión, Agri Gaia System, opera desde diciembre de 2007 y se ha propuesto firmemente demostrar que es mucho más que una planta de reciclaje. "Nuestra empresa no es una planta de residuos, nosotros somos una empresa alimentaria", explicó Hiroyuki Yakou, director ejecutivo de Agri Gaia System Group.
Pero los opositores a esta fábrica, que los hay, denuncia que se trata de una idea descabellada y poco higiénica. Aunque lo cierto es que, si este proyecto piloto tiene éxito, el sistema tendría el potencial de reciclar las más de 22 millones de toneladas de desechos alimentarios que se generan cada año en Japón.Por el momento, la comida que reciclan procede de las estanterías y la basura de más de 1.000 establecimientos de Japón, unas tiendas 24 horas conocidas entre los nipones como 'konbini' (del inglés 'convenient store'), que funcionan como pequeños supermercados y venden desde espaguetis calientes y fruta a camisas y cortauñas.
Podría parecer un comienzo tímido, pero no lo es tanto si se tiene en cuenta que en una ciudad como Tokio, con más de 35 millones de habitantes que trabajan muchas horas y viven mayoritariamente solos, consumir y tirar basura en los omnipresentes 'konbini' es algo muy habitual. El ciclo comienza en esos establecimientos, donde cada día unos camiones recogen sus residuos y la comida caducada que no se ha vendido para trasladarla a la planta de reciclaje.Una vez allí, los trabajadores de Agri Gaia comienzan un proceso de separación manual tanto de los alimentos y los envases que los contienen como de los alimentos entre sí. Yakou garantizó que en esta planta innovadora se logra el "cien por cien del reciclaje" y explicó que la minuciosa separación que realizan sus trabajadores es "la clave del éxito del proceso".
La planta, cuya construcción costó cerca de 3.200 millones de yenes (casi 31 millones de dólares), procesa cerca de 40 toneladas diarias de residuos, aunque, según sus promotores, tiene capacidad para 200. Una vez finalizada la clasificación, se utilizan las proteínas de algunos de los alimentos residuales para la fabricación de pienso para animales, especialmente de cerdos y gallinas, y con lo que sobra, se fabrica fertilizante para campos de cultivo.
Tomado de RPP