Más franquicias peruanas

Mediante la franquicia, una empresa (franquiciante) concede sus derechos de propiedad intelectual y el uso de su marca a otra persona natural o jurídica (franquiciado). El proceso de conversión de un negocio cualquiera a franquicia, obliga a ordenar la casa (y formalizar todas las áreas). ¿Lo sabía?

Por ejemplo, a través de su empresa El Porongo, Amparo Barreto exporta artículos de decoración a Italia, Estados Unidos y Suiza. Cuando ya tenía tres tiendas en Lima y una en Cusco se dijo: "Ya tenemos demasiados locales y no podemos estar en todas". Para crecer apostó por la franquicia y hace año y medio la estableció en Larcomar. Es una tienda con el mismo diseño, el modo de exhibición en vitrinas y hasta la forma de empaque es la misma de sus otros locales. Pero ella no lo administra. Barreto busca ahora franquiciados para Plaza San Miguel y Megaplaza. Otros como Gabriel Abugattás, gerente de la heladería Sarletti de San Borja, continúan buscando. "Nos tardó cuatro meses tener todo listo para ser franquicia, tenemos un concepto organizado y simple de elaborar", dice. En Internet está colgada su oferta.

LA MESA MANDA
El 90% de las franquicias peruanas es de gastronomía. Puede contar algunas: Bembos, La Caravana, Pardo's Chicken, Segundo Muelle, La Mar. "Las franquicias son importantes en una primera etapa porque le permiten a una compañía pequeña con un gran producto y con pocos recursos, crecer con capitales de terceros que apuestan y creen en su propuesta", dice Gastón Acurio, uno de los empresarios que más ha promovido el potencial que tiene el Perú para desarrollar a través de su gastronomía conceptos de franquicia, tanto para crecimiento interno como para ser exportados. Prom-Perú y la Cámara Peruana de Franquicias (CPF) están tratando de ordenar y profesionalizar la oferta exportable de franquicias, agrupando -- y llevando a ferias-- a aquellas que tienen buenos escenarios financieros para que los inversores los consideren una propuesta seria.

"Yo miro hacia fuera", dice Alejandro Bermúdez, propietario de la cebichería El Pez On, negocio con el cual espera aterrizar en Ecuador, Colombia y México. Publicista de profesión, en el 2001 le dio a su idea del restaurante propio un concepto original, poniendo en la carta platos con nombres como tres al hilo o qué rica colita. Este año El Pez On abrió su primer local franquiciado. Este le servirá a Bermúdez como piloto para atraer a más socios. Cuenta que para franquiciar su restaurante se rodeó de consultores legales, pero le ha tomado más de un año tener lista la guía --manuales operativos-- para aquellos que quieran replicar un negocio como el suyo. "Es una chamba con harto detalle, porque hay que meterse en cada una de las áreas para desarrollarlo", señala.

Acurio dice que al traspasar la operación a un tercero, el franquiciante puede dedicarse a lo que mejor sabe hacer: comunicación de la marca y diseño de estrategias y de una organización corporativa que logren que sus productos sean más eficientes, más atractivos, más competitivos y por lo tanto sus franquicias cada día mas exitosas y rentables. Pero vender una franquicia no puede ser algo tomado a la ligera. "Hacer franquicias sin estar preparados, será el primer paso para un desprestigio de marca que podría llevarla finalmente a su desaparición", añade.

Carlos León-Velarde, gerente general de Alert del Perú, conocía de antemano esta lección. "No estamos interesados en ofrecer masivamente la franquicia de nuestra marca China Wok. Si estamos creciendo es porque hemos escogido bien a nuestros franquiciados". León Velarde dice que desde su inicio en 1999, en el patio de comidas del Jockey Plaza, no pensaba meterse en una aventura pequeña, sino en un negocio de dimensión internacional, y para eso el camino a tomar era la franquicia. Para ello la empresa siguió un plan de expansión que le ha permitido lograr una red de contactos a través de embajadas, oficinas comerciales y cámaras de franquicias, en las cuales buscaba personas o sociedades con experiencia en el manejo de restaurantes. De ese modo ha podido llevar su comida china fast food a Ecuador, Panamá, Costa Rica, Guatemala, El Salvador y a fin de año a Chile. Una marca atractiva en su propio país ayuda a medir el potencial que podría tener en otro lugar. Por eso, León Velarde añade que no solo consiste en ir a buscar a futuros franquiciados, sino que hay que estar preparados para cuando vengan a visitarte.

SALIR DE COMPRAS
Para quien no quiera inventar un negocio, invertir en traer una franquicia extranjera al Perú, es una opción porque minimiza el riesgo, aunque no lo elimina. "Lo importante aquí es hacer un estudio del mercado local, para ver si se adapta, pues una franquicia exitosa en otros países no necesariamente va servir para el tuyo", dice Luis Kiser, gerente de la CPF.

¿Qué se recomienda? Sobre todo: no comprar por puro impulso. Para comenzar, es válido iniciar una búsqueda por Internet (de acuerdo con rubros y países, encontrará una variada oferta de empresas que buscan franquiciados). Luego se debe evaluar qué tan seria es la propuesta y qué tanto se puede negociar el contrato. Para eso hay que saber si el franquiciante está asociado a un gremio de franquicias en su país, y solicitarle una lista de los franquiciados que ya tiene, pues ellos son su mejor referente. Además de informarse sobre la promesa financiera del negocio, y saber en qué consiste la capacitación y la asistencia técnica que se brindará al franquiciado.

Un concepto común en el tema franquicias es tropicalizar, es decir adaptar el producto o servicio al perfil del consumidor local. Sobran los nombres de empresas que se han ido del Perú porque no han podido tropicalizar. En un mercado dominado por las franquicias americanas (KFC fue la primera en 1979), algunas personas miran a países vecinos. Jimena García Calderón es una de las socias de la franquicia peruana de Crepes & Wafles, una empresa colombiana que contrata especialmente a mujeres que son cabeza de familia.

Lo primero para Jimena fue convencer a los dueños de la marca de que el Perú era un buen mercado. Hoy con los insumos nacionales han conseguido que sus platos sean, en muchos casos, superiores a la franquicia original. El contrato y los manuales de Crepes & Wafles le dan la posibilidad de innovar la carta. Jimena lo ha hecho incluyendo el crepes con ají de gallina.

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