Para llegar a la conclusión de que la inflación del 2007 fue de 3,93%, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) midió la variación de los precios entre enero y diciembre, tomando como referencia una canasta de más de 500 bienes y servicios, divididos en ocho categorías. Esta canasta es conocida como el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Lima Metropolitana.
El IPC señala la importancia de cada producto o servicio, de acuerdo con el porcentaje del gasto familiar que demanda. Esta ponderación debe revisarse periódicamente ya que los hábitos de consumo cambian. El estándar internacional manda hacer una nueva canasta cada cinco o seis años, pero nunca más de diez. Un índice con más de diez años de antigüedad, se considera inservible.
Chile, por ejemplo, hizo un nuevo IPC el año pasado y descubrió que su inflación del 2006 había sido 0,5% mayor de lo que se había reportado. En el Perú, la encuesta necesaria para elaborar el IPC no se hace desde 1994. En cuántos puntos tendría que corregirse nuestro reporte de inflación es como preguntarse hasta cuándo tendremos glaciares en la Tierra.
En estos catorce años, muchas cosas han cambiado: en 1994 no se gastaba en cable ni en Internet, pocos peruanos tenían acceso a las tarjetas de crédito y por lo tanto el costo financiero no era uno de sus egresos. Solo en el último año las líneas de telefonía celular se duplicaron y unas 40.000 nuevas casas se financiaron con el fondo Mivivienda.
Todas estas son categorías que afectarían la medición de la inflación para la población de la clase media en el Perú. Por otro lado, hay bienes como la ropa y los zapatos que hace 14 años, antes de la fuerte importación desde Asia, demandaban un mayor gasto para las familias. Entonces, ¿qué tanto puede la inflación estar distorsionada por el IPC? ¿Se puede decir que sería más alta o más baja? Son preguntas que solo el INEI, con una nueva encuesta en la mano, puede contestar.
La buena noticia es que este año, en marzo, se inicia la Encuesta Nacional de Presupuesto Familiar (también conocida como encuesta de ingresos y gastos) que dará origen a un nuevo Índice de Precios al Consumidor. Según explica el jefe del INEI, Renán Quispe, la encuesta debe hacerse a lo largo de un año y el procesamiento de datos tomará otros seis meses. El nuevo IPC con base en el 2008 estaría listo para usarse en la medición de la inflación del 2010.
Mientras tanto, para tener una idea de las diferencias en las ponderaciones de la canasta, tomamos la encuesta de ingresos y gastos de Ipsos-Apoyo y comparamos sus porcentajes con los del IPC (ver infografía). Una de las diferencias más marcadas se da en el rubro de telefonía. Según el IPC del INEI, la telefonía representa el 1,3% del gasto de los hogares urbanos en el Perú. Según la encuesta de Apoyo sobre gasto familiar, la telefonía demanda 4,1% del gasto doméstico. Otra diferencia sustancial se da en la educación. Según el IPC, las familias destinan 6,08% de su presupuesto para educación y, de acuerdo con la encuesta de Apoyo, el gasto en este rubro sobrepasa el 9%. Por el contrario, la ponderación de los alimentos se reduce entre el IPC y la estructura de gastos de Apoyo.
UN ANÁLISIS
El ex jefe del INEI, Farid Matuk, señaló algunos hechos que podrían confirmar una tendencia detrás de las cifras: "Lo que va a ocurrir de todas maneras (cuando salga el nuevo IPC) es que el peso de los alimentos va a reducirse porque los ingresos de las familias han aumentado. En general, la ponderación de los bienes va a bajar, mientras que la de los servicios va a subir". Entre los servicios, Matuk mencionó educación y salud, para los cuales el mercado cuenta hoy con una mayor oferta privada.
Otros componentes del IPC, como el agua y la electricidad, deben analizarse con mayor información. Es más barato iluminar con electricidad que con velas y kerosene; y es más barato tener agua potable que comprarla a un camión cisterna. Sin embargo, cuando una casa se conecta a las redes de estos servicios, consume más.
A LA VUELTA
Pero, ¿por qué se ha dejado pasar tanto tiempo antes de hacer una nueva encuesta de presupuesto familiar? José García, responsable de la Dirección de Indicadores Económicos del INEI y funcionario de la institución desde hace seis años, dice resignado que cada año se les comunicaba que no había dinero. Y es que, vale precisarlo, la Encuesta de Presupuesto Familiar no es cualquier encuesta.
Este estudio demanda que el investigador del INEI vaya siete días seguidos al hogar elegido en la muestra y permanezca por una media hora cada día. De esa manera, no solo se cuenta con la información verbal de los encuestados, sino que, prácticamente, se puede observar cómo distribuyen sus ingresos.
Asimismo, la base de esta encuesta está formada por más de 40.000 hogares, el doble de las que demanda la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) que deben ser encuestados a lo largo de todo un año, de manera que las variaciones estacionales de los precios no influyan en el resultado. Quispe informó que la encuesta que se inicia en abril costará S/.7'900.000 y cubrirá 43.000 hogares.
Es decir, cada encuesta costará unos US$63, diferencia sustancial con los US$100 por encuesta solicitados en el 2005 por Matuk. Tal diferencia --explicó el ex jefe del INEI-- podría radicar en la cobertura. "Yo propuse encuestar 40.000 hogares pero tanto en zonas urbanas como rurales, porque el IPC que tenemos ahora se hizo con encuestas en las 25 cabeceras de departamento, más Chimbote y Tarapoto". En palabras de Matuk, este índice sirve (o servía) para medir la inflación solo en la mitad más favorecida del país, que es la que habita en las zonas urbanas.
FUERA DE LIMA
Pese a estas observaciones, el centralismo estadístico va a mantenerse por un tiempo. Días atrás, al publicarse la comparación de la inflación peruana en el 2007 con las tasas de inflación de otros países latinoamericanos (comparación en la que el Perú muestra una tasa entre las más bajas), Día 1 preguntó a Renán Quispe si todos los países tomaban como nacional la inflación de la capital.
"En América Latina cinco países tomamos el IPC de la capital como indicador de la inflación oficial. El resto de países tiene un denominado IPC nacional que cubre el área urbana y algunas principales ciudades", precisó el jefe del INEI.
Aun así, es interesante saber que según las cifras del INEI, solo 2 de entre 27 ciudades del interior registraron (hasta noviembre del 2007) una inflación menor a 3,93%. Para las otras 25, los precios crecieron entre 4,64% y 8,51%.
ESTADÍSTICA
El PBI ES OTRO PENDIENTE
En paralelo a la encuesta de ingresos y gastos, en marzo se iniciará también el nuevo censo económico. Este, según el jefe del Inei, Renán Quispe, no solo tomará en cuenta a los establecimientos que tienen un claro fin económico (tiendas, fábricas, establecimientos de servicios) sino que se incluirá a los hogares. Lo que permitirá --según el funcionario-- considerar la actividad productiva que se da en las casas y, en buena cuenta, de manera informal. Así, la medición de la producción será más precisa. Lo que está por verse es si este nuevo PBI llenará los vacíos estadísticos desde 1980 a 1990.
El IPC señala la importancia de cada producto o servicio, de acuerdo con el porcentaje del gasto familiar que demanda. Esta ponderación debe revisarse periódicamente ya que los hábitos de consumo cambian. El estándar internacional manda hacer una nueva canasta cada cinco o seis años, pero nunca más de diez. Un índice con más de diez años de antigüedad, se considera inservible.
Chile, por ejemplo, hizo un nuevo IPC el año pasado y descubrió que su inflación del 2006 había sido 0,5% mayor de lo que se había reportado. En el Perú, la encuesta necesaria para elaborar el IPC no se hace desde 1994. En cuántos puntos tendría que corregirse nuestro reporte de inflación es como preguntarse hasta cuándo tendremos glaciares en la Tierra.
En estos catorce años, muchas cosas han cambiado: en 1994 no se gastaba en cable ni en Internet, pocos peruanos tenían acceso a las tarjetas de crédito y por lo tanto el costo financiero no era uno de sus egresos. Solo en el último año las líneas de telefonía celular se duplicaron y unas 40.000 nuevas casas se financiaron con el fondo Mivivienda.
Todas estas son categorías que afectarían la medición de la inflación para la población de la clase media en el Perú. Por otro lado, hay bienes como la ropa y los zapatos que hace 14 años, antes de la fuerte importación desde Asia, demandaban un mayor gasto para las familias. Entonces, ¿qué tanto puede la inflación estar distorsionada por el IPC? ¿Se puede decir que sería más alta o más baja? Son preguntas que solo el INEI, con una nueva encuesta en la mano, puede contestar.
La buena noticia es que este año, en marzo, se inicia la Encuesta Nacional de Presupuesto Familiar (también conocida como encuesta de ingresos y gastos) que dará origen a un nuevo Índice de Precios al Consumidor. Según explica el jefe del INEI, Renán Quispe, la encuesta debe hacerse a lo largo de un año y el procesamiento de datos tomará otros seis meses. El nuevo IPC con base en el 2008 estaría listo para usarse en la medición de la inflación del 2010.
Mientras tanto, para tener una idea de las diferencias en las ponderaciones de la canasta, tomamos la encuesta de ingresos y gastos de Ipsos-Apoyo y comparamos sus porcentajes con los del IPC (ver infografía). Una de las diferencias más marcadas se da en el rubro de telefonía. Según el IPC del INEI, la telefonía representa el 1,3% del gasto de los hogares urbanos en el Perú. Según la encuesta de Apoyo sobre gasto familiar, la telefonía demanda 4,1% del gasto doméstico. Otra diferencia sustancial se da en la educación. Según el IPC, las familias destinan 6,08% de su presupuesto para educación y, de acuerdo con la encuesta de Apoyo, el gasto en este rubro sobrepasa el 9%. Por el contrario, la ponderación de los alimentos se reduce entre el IPC y la estructura de gastos de Apoyo.
UN ANÁLISIS
El ex jefe del INEI, Farid Matuk, señaló algunos hechos que podrían confirmar una tendencia detrás de las cifras: "Lo que va a ocurrir de todas maneras (cuando salga el nuevo IPC) es que el peso de los alimentos va a reducirse porque los ingresos de las familias han aumentado. En general, la ponderación de los bienes va a bajar, mientras que la de los servicios va a subir". Entre los servicios, Matuk mencionó educación y salud, para los cuales el mercado cuenta hoy con una mayor oferta privada.
Otros componentes del IPC, como el agua y la electricidad, deben analizarse con mayor información. Es más barato iluminar con electricidad que con velas y kerosene; y es más barato tener agua potable que comprarla a un camión cisterna. Sin embargo, cuando una casa se conecta a las redes de estos servicios, consume más.
A LA VUELTA
Pero, ¿por qué se ha dejado pasar tanto tiempo antes de hacer una nueva encuesta de presupuesto familiar? José García, responsable de la Dirección de Indicadores Económicos del INEI y funcionario de la institución desde hace seis años, dice resignado que cada año se les comunicaba que no había dinero. Y es que, vale precisarlo, la Encuesta de Presupuesto Familiar no es cualquier encuesta.
Este estudio demanda que el investigador del INEI vaya siete días seguidos al hogar elegido en la muestra y permanezca por una media hora cada día. De esa manera, no solo se cuenta con la información verbal de los encuestados, sino que, prácticamente, se puede observar cómo distribuyen sus ingresos.
Asimismo, la base de esta encuesta está formada por más de 40.000 hogares, el doble de las que demanda la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) que deben ser encuestados a lo largo de todo un año, de manera que las variaciones estacionales de los precios no influyan en el resultado. Quispe informó que la encuesta que se inicia en abril costará S/.7'900.000 y cubrirá 43.000 hogares.
Es decir, cada encuesta costará unos US$63, diferencia sustancial con los US$100 por encuesta solicitados en el 2005 por Matuk. Tal diferencia --explicó el ex jefe del INEI-- podría radicar en la cobertura. "Yo propuse encuestar 40.000 hogares pero tanto en zonas urbanas como rurales, porque el IPC que tenemos ahora se hizo con encuestas en las 25 cabeceras de departamento, más Chimbote y Tarapoto". En palabras de Matuk, este índice sirve (o servía) para medir la inflación solo en la mitad más favorecida del país, que es la que habita en las zonas urbanas.
FUERA DE LIMA
Pese a estas observaciones, el centralismo estadístico va a mantenerse por un tiempo. Días atrás, al publicarse la comparación de la inflación peruana en el 2007 con las tasas de inflación de otros países latinoamericanos (comparación en la que el Perú muestra una tasa entre las más bajas), Día 1 preguntó a Renán Quispe si todos los países tomaban como nacional la inflación de la capital.
"En América Latina cinco países tomamos el IPC de la capital como indicador de la inflación oficial. El resto de países tiene un denominado IPC nacional que cubre el área urbana y algunas principales ciudades", precisó el jefe del INEI.
Aun así, es interesante saber que según las cifras del INEI, solo 2 de entre 27 ciudades del interior registraron (hasta noviembre del 2007) una inflación menor a 3,93%. Para las otras 25, los precios crecieron entre 4,64% y 8,51%.
ESTADÍSTICA
El PBI ES OTRO PENDIENTE
En paralelo a la encuesta de ingresos y gastos, en marzo se iniciará también el nuevo censo económico. Este, según el jefe del Inei, Renán Quispe, no solo tomará en cuenta a los establecimientos que tienen un claro fin económico (tiendas, fábricas, establecimientos de servicios) sino que se incluirá a los hogares. Lo que permitirá --según el funcionario-- considerar la actividad productiva que se da en las casas y, en buena cuenta, de manera informal. Así, la medición de la producción será más precisa. Lo que está por verse es si este nuevo PBI llenará los vacíos estadísticos desde 1980 a 1990.
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