A propósito de la situación cambiaria existente en el país, caracterizada por el desplome del dólar, y por las compras record que viene haciendo el Banco Central de Reserva, intentando evitarlo, el periodista Aldo Mariátegui publicó hoy un excelente artículo en el diario Correo (ver link al final), con el cual coincidimos en gran medida. De nuestra parte, queremos decir lo siguiente:
La prioridad absoluta tiene que ser el control de la inflación. No importa que el dólar caiga, si así lo determina el mercado (con la abundancia de dólares que hay por exportaciones, inversiones y remesas, eso es inevitable).
Una cosa es la flotación sucia y otra una intervención que parece querer impedir a como dé lugar el ajuste automático del tipo de cambio, con compras astronómicas de casi US$ 500 millones al día. Con esto último, en lugar de calmar las aguas, y efectuar una advertencia a los especuladores, sólo se genera expectativas de un desembalse mayor, algo que atrae sobremanera a estos últimos.
Si se deja que el dólar se ajuste naturalmente a su nivel (sea cual fuere), las expectativas se diluirán, y los especuladores se aburrirán y se irán. Si el dólar tiene que caer a S/. 2.80, que lo haga. Los exportadores tendrán que adecuarse, como hacemos todos en una economía de libre mercado. Ésas son las reglas de juego.
El gobierno ya ha hecho cosas importantes (como bajar los aranceles y autorizar un mayor porcentaje de inversiones de las AFP en el exterior) con miras a permitir que salgan dólares del país, y así enfrentar el problema cambiario. Si el asunto no se soluciona con esas medidas sanas y que tienden a hacer más abierta la economía, pues que el BCR replantee su estrategia, y se abstenga de seguir comprando dólares, a costa de llenar de soles la economía.
Por muchos mecanismos de esterilización que se emplee, tarde o temprano el exceso de liquidez se hace sentir. En esta época de elevada inflación externa, lo peor que puede hacer el BCR es propiciar una cierta inflación interna. Que el dólar caiga, si ése es su destino.
http://www.correoperu.com.pe/paginas_columna.php?columna_autor=Aldo%20Mariátegui&seccion_nota=8
La prioridad absoluta tiene que ser el control de la inflación. No importa que el dólar caiga, si así lo determina el mercado (con la abundancia de dólares que hay por exportaciones, inversiones y remesas, eso es inevitable).
Una cosa es la flotación sucia y otra una intervención que parece querer impedir a como dé lugar el ajuste automático del tipo de cambio, con compras astronómicas de casi US$ 500 millones al día. Con esto último, en lugar de calmar las aguas, y efectuar una advertencia a los especuladores, sólo se genera expectativas de un desembalse mayor, algo que atrae sobremanera a estos últimos.
Si se deja que el dólar se ajuste naturalmente a su nivel (sea cual fuere), las expectativas se diluirán, y los especuladores se aburrirán y se irán. Si el dólar tiene que caer a S/. 2.80, que lo haga. Los exportadores tendrán que adecuarse, como hacemos todos en una economía de libre mercado. Ésas son las reglas de juego.
El gobierno ya ha hecho cosas importantes (como bajar los aranceles y autorizar un mayor porcentaje de inversiones de las AFP en el exterior) con miras a permitir que salgan dólares del país, y así enfrentar el problema cambiario. Si el asunto no se soluciona con esas medidas sanas y que tienden a hacer más abierta la economía, pues que el BCR replantee su estrategia, y se abstenga de seguir comprando dólares, a costa de llenar de soles la economía.
Por muchos mecanismos de esterilización que se emplee, tarde o temprano el exceso de liquidez se hace sentir. En esta época de elevada inflación externa, lo peor que puede hacer el BCR es propiciar una cierta inflación interna. Que el dólar caiga, si ése es su destino.
http://www.correoperu.com.pe/paginas_columna.php?columna_autor=Aldo%20Mariátegui&seccion_nota=8