Solo faltaban cuatro horas mas para llegar a Yurag Marca, uno de centros poblados mas alejados que existe en el distrito de Panao. El camino de herradura era duro e imposible caminar sin botas.
HabÃamos salido de Panao a las 12.30, con una camioneta que tenia como destino Tayagasha. Durante el trayecto, pasamos por pequeños poblados como Coñaica, Puliaj, Huascapampa y luego llegamos a un lugar que se llama Plaza Punta. Allà el conductor hizo una breve parada y dejó algunos pasajeros.
Luego continuamos el viaje y llegamos a Tayagasha a las 3.30 p.m. Tayagasha es un pequeño centro poblado que tiene cerca de 100 viviendas muy dispersas, aquà la carretera termina y se tiene que seguir por un camino de herradura para poder llegar a Yurag Marca nuestro destino final.
Mientras caminamos mi amigo Alan yo nos encontramos con unos niños campesinos que caminaban hacia Tayagasha, y llevaban entre sus manos algunos adornos de navidad que habÃan hecho en su escuela.
Los niños nos informaron que solo faltaban unas cuatro horas de camino y que ya estábamos muy cerca Yurag Marca.
SeguÃamos caminando y encontramos más niños que venÃan corriendo y todos ellos en dirección de Tayagasha, se les veÃa muy entusiasmados, pero no sabÃamos porque corrÃan tan alegres hacia Tayagasha. Y es entonces que preguntamos a uno de ellos ¿por qué van tantos niños al Tayagasha?, y uno de ellos contesto muy emocionado: -- “a tomar chocolate y para que nos den nuestro regalo de navidad”.
Al escuchar la respuesta entendimos el porque, y continuamos nuestro camino cada vez mas extenuante hacia Yurag Marca. Alan ya no podÃa caminar mas y decidimos descansar un rato.
HabÃa momentos que una densa neblina nos cubrÃa totalmente y tenia la sensación de estar flotando entre las nubes. Y cuando ocurrÃa esto esperábamos unos 20 o 30 minutos hasta que se disipe la capa de neblina.
A medida que caminábamos la neblina se hacia cada vez mas intensa. Ya habÃamos caminado seis horas. Cuando de pronto pude ver una pequeña choza entre la neblina, y luego otra casa mas hacia el fondo y otra mas, a medida que se disipaba la neblina.
HabÃamos llegado a Yurag Maka, que en idioma quechua significa “pueblo blanco”. Solo cuando uno llega a este lugar, puede comprender porque se llama “pueblo blanco. Es que este lugar durante el invierno, siempre para cubierta de una densa neblina blanca.
Al dÃa siguiente con mucha tristeza nos enteramos que los niños que fueron a Tayagasha no recibieron ningún regalo. Caminaron muchas horas para llegar a Tatagasha, con la esperanza de recibir algún regalo, pero todo fue en vano. Muchos de ellos regresaron cojeando y muy cansados y sobre todo muy desilusionados.
Al preguntar sobre los responsables de semejante maltrato a los niños, nos enteramos que un regidor de la Provincia de Pachitea habÃa llamado para anunciar la entrega de juguetes. El cual nunca se cumplió y menos dieron la cara para explicar que paso.
¿Porqué defraudar de esa manera a mas de 150 niños en vÃsperas de la navidad? ¿Porque jugarse con la ilusión de tantos niños humildes que caminaron 12 horas para nada?. Aún no tengo respuestas a estas preguntas, pero estos hechos jamás deben volver a suceder.
HabÃamos salido de Panao a las 12.30, con una camioneta que tenia como destino Tayagasha. Durante el trayecto, pasamos por pequeños poblados como Coñaica, Puliaj, Huascapampa y luego llegamos a un lugar que se llama Plaza Punta. Allà el conductor hizo una breve parada y dejó algunos pasajeros.
Luego continuamos el viaje y llegamos a Tayagasha a las 3.30 p.m. Tayagasha es un pequeño centro poblado que tiene cerca de 100 viviendas muy dispersas, aquà la carretera termina y se tiene que seguir por un camino de herradura para poder llegar a Yurag Marca nuestro destino final.
Mientras caminamos mi amigo Alan yo nos encontramos con unos niños campesinos que caminaban hacia Tayagasha, y llevaban entre sus manos algunos adornos de navidad que habÃan hecho en su escuela.
Los niños nos informaron que solo faltaban unas cuatro horas de camino y que ya estábamos muy cerca Yurag Marca.
SeguÃamos caminando y encontramos más niños que venÃan corriendo y todos ellos en dirección de Tayagasha, se les veÃa muy entusiasmados, pero no sabÃamos porque corrÃan tan alegres hacia Tayagasha. Y es entonces que preguntamos a uno de ellos ¿por qué van tantos niños al Tayagasha?, y uno de ellos contesto muy emocionado: -- “a tomar chocolate y para que nos den nuestro regalo de navidad”.
Al escuchar la respuesta entendimos el porque, y continuamos nuestro camino cada vez mas extenuante hacia Yurag Marca. Alan ya no podÃa caminar mas y decidimos descansar un rato.
HabÃa momentos que una densa neblina nos cubrÃa totalmente y tenia la sensación de estar flotando entre las nubes. Y cuando ocurrÃa esto esperábamos unos 20 o 30 minutos hasta que se disipe la capa de neblina.
A medida que caminábamos la neblina se hacia cada vez mas intensa. Ya habÃamos caminado seis horas. Cuando de pronto pude ver una pequeña choza entre la neblina, y luego otra casa mas hacia el fondo y otra mas, a medida que se disipaba la neblina.
HabÃamos llegado a Yurag Maka, que en idioma quechua significa “pueblo blanco”. Solo cuando uno llega a este lugar, puede comprender porque se llama “pueblo blanco. Es que este lugar durante el invierno, siempre para cubierta de una densa neblina blanca.
Al dÃa siguiente con mucha tristeza nos enteramos que los niños que fueron a Tayagasha no recibieron ningún regalo. Caminaron muchas horas para llegar a Tatagasha, con la esperanza de recibir algún regalo, pero todo fue en vano. Muchos de ellos regresaron cojeando y muy cansados y sobre todo muy desilusionados.
Al preguntar sobre los responsables de semejante maltrato a los niños, nos enteramos que un regidor de la Provincia de Pachitea habÃa llamado para anunciar la entrega de juguetes. El cual nunca se cumplió y menos dieron la cara para explicar que paso.
¿Porqué defraudar de esa manera a mas de 150 niños en vÃsperas de la navidad? ¿Porque jugarse con la ilusión de tantos niños humildes que caminaron 12 horas para nada?. Aún no tengo respuestas a estas preguntas, pero estos hechos jamás deben volver a suceder.
Niños reunidos en la Escuelita de Yurag Marca
Bequer (Chinito) ayudando en la cocina.