Los planes acerca de grandes inversiones están sonando fuerte en Tumbes. Ocurre que el más pequeño departamento del país está revelando un gran potencial energético, tanto de gas como de petróleo, y despertando, en virtud de ello, el interés de los inversionistas.
A fines de noviembre, la petrolera BPZ anunció la explotación comercial de nuevos pozos en la Plataforma Corvina, del Lote Z-1, ubicado en el zócalo continental. Esto permitirá a Tumbes cuadruplicar desde mediados de este año su producción de crudo, desde los actuales 2 mil barriles diarios hasta 8 mil (aproximadamente 8% del total nacional). La cuarta parte de esta producción será vendida a Petroperú, empresa que la utilizará en su refinería de Talara, ahorrando US$ 1.4 millones anuales en fletes, al dejar de importar petróleo ecuatoriano. Para Tumbes, esto significarán regalías de US$ 20 millones anuales. Nada mal.
Pero eso no es todo, pues falta considerar el gas. Hay que comenzar precisando que, a diferencia de Camisea, en Tumbes no se ha encontrado líquidos, sino únicamente gas natural.
Lo cierto es que también en este negocio hay importantes novedades. BPZ, por ejemplo, ha anunciado que invertirá US$ 100 millones para seguir explorando el Lote Z-1, donde ya encontró el hidrocarburo, que ya está siendo extraido y que alcanzará su máximo nivel de producción en dos o tres años.
Con parte de ese gas, la empresa tiene prevista la construcción, a un costo de US$ 100 millones, de una termoeléctrica de 160 MW, que estará ubicada en Zorritos. La planta, que también requerirá el tendido de un gasoducto, operará desde el año 2009.
Asimismo, y esto es lo más importante, el gas podría dar lugar a la construcción de una planta petroquímica, que produciría úrea. Sin embargo, para hacer realidad este trascendental proyecto se requiere como mínimo una producción gasífera de 500 billones de pies cúbicos (BCF), que BPZ espera alcanzar en dos o tres años, con el aporte conjunto de sus lotes Z-1, XIX y XXIII.
Dado que la producción del lote Z-1 se viene acercando a los 400 BCF, la empresa mantiene el optimismo acerca de la petroquímica. Y tiene más razones para ello, pues estima que en el lote XIX podrían existir reservas por 1.7 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas (además de 170 millones de barriles de petróleo). De confirmarse dichas cifras, el mencionado lote pasaría a formar parte de los principales del país, sólo por detrás de los ricos lotes 88 (Camisea) y 56 (Pagoreni).
Así, el futuro de Tumbes se ve promisorio. De marchar todo de acuerdo a las expectativas, dentro de unos pocos años este pequeño departamento podría estar gozando de unos suculentos ingresos por concepto de canon y regalías, tanto petroleros como gasíferos. Además, incrementaría notablemente su producción eléctrica, mejorando sus posibilidades de desarrollo. Y, por último, se convertiría en uno de los puntales de la industria nacional, al ser sede de una de las primeras plantas petroquímicas con las que contará el país.