El entusiasmo por los ferrocarriles parece estar renaciendo en el país. A lo que se viene haciendo, se están sumando otras propuestas de inversión, cada una más interesante que la anterior.
Entre lo que se está ejecutando actualmente destaca, sin duda, la ampliación de la línea férrea del legendario Tren Macho, que recorre la ruta Huancayo-Huancavelica. Dicha línea está siendo transformada, de una angosta a una de ancho standard, con lo cual un mismo tren podrá transitar desde Lima hasta Huancavelica, y ya no sólo hasta Huancayo. Paradójica y lamentablemente, cuando se inaugure su nueva línea, el famoso tren, el de la trocha angosta, dejará de operar, pues ya no habrá rieles a su medida.
En el ferrocarril central, la empresa concesionaria Ferrocarril Central Andino (FCCA) ha anunciado una importante inversión, de US$ 100 millones, para modernizar completamente la vía, mediante el reemplazo de los antiguos y desgastados rieles y durmientes por otros mucho más acordes con las necesidades de los trenes modernos. También se reforzará los puentes y se ampliará los túneles. Los trabajos, que tomarán cuatro años, y que no afectarán mayormente las operaciones de la empresa, permitirán cuadruplicar, desde 2.5 a 10 millones de toneladas, la capacidad anual de carga del ferrocarril.
En cuanto al material ferroviario, será modernizado completamente y adecuado a las necesidades actuales. En tal sentido, FCCA invertirá más de US$ 8 millones, para transformar el sistema de combustión de sus 20 locomotoras (15 antiguas y 5 recién compradas por US$ 5 millones), las cuales ya no consumirán petróleo, sino gas natural, tal como ya sucede con la de la foto. El proceso de conversión finalizará en el 2008.
Además, está en estudio un proyecto para emplear la vía del ferrocarril central, en su tramo Chosica-Callao, en una de las rutas del Tren Eléctrico. Con ello, se optimizaría el uso de la línea férrea, y se integraría económicamente al ferrocarril central con la ciudad. Desamparados cobraría nueva vida, convirtiéndose en una gran estación de nuestro metro.
En una segunda etapa, a ponerse en marcha aproximadamente en el año 2011, la empresa efectuará una inversión de US$ 250 millones, para construir un nuevo túnel trasandino, el cual permitirá transformar radicalmente las características del servicio.
Esto será así porque, al estar ubicado a sólo 3,500 metros de altitud, el extenso túnel evitará que el ferrocarril suba hasta los actuales 4,800 metros, con lo cual éste reducirá sustantivamente su costo de combustible, a la vez que incrementará significativamente su velocidad y su capacidad de carga, elevando notablemente la eficiencia de sus operaciones. La ruta de pasajeros hasta Huancayo, por ejemplo, se podrá recorrer en sólo 3.5 horas, en lugar de las actuales 13, lo que permitirá hacer atractivo el recorrido y establecer un servicio regular.
Adicionalmente a lo reseñado, y ya en la categoría de los proyectos semi utópicos (pero que en realidad no lo son tanto), se puede señalar en primer término el que prevé extender la línea del ferrocarril central desde Cerro de Pasco (donde finaliza actualmente) hasta Pucallpa. En julio del año pasado, este proyecto fue declarado de necesidad y utilidad pública por el Congreso, esperándose más definiciones técnicas y económico-financieras acerca de su factibilidad, así como muestras de interés de parte de los inversionistas, quienes serían los llamados a tomarlo en concesión.
Sin embargo, el proyecto más impresionante (o más utópico, según se vea) es el que plantea la construcción de una línea férrea que, partiendo desde Brasil, llegaría hasta nuestra costa norte. En nuestro territorio, esta vía tendría una longitud de 1,594 kilómetros. Ingresaría al Perú desde la ciudad brasileña de Matto Grosso, pasaría por Pucallpa y Tingo María, luego tomaría rumbo norte, atravesando el departamento de San Martín, junto a la carretera Marginal, y luego se dirigiría hacia el oeste, siguiendo el trazo actual de la carretera Olmos-Corral Quemado, atravesando el Paso de Porculla, y desembocando en el puerto piurano de Paita.
El proyecto, presentado por un consorcio de grandes empresas extranjeras (entre ellas la italiana Gie Impregilo y la norteamericana General Electric) y una peruana, permitiría transportar hacia Brasil una enorme multiplicidad de productos, tanto peruanos (entre ellos la roca fosfórica de Bayóvar), como los importados por ese país. A la vez, a nuestro vecino del este le permitiría transportar hacia el Pacífico su enorme producción de soya y otros bienes exportables.
De llevarse a cabo la obra, tendría un costo (en la parte peruana) de US$ 1,400 millones, financiado íntegramente por las empresas participantes, las cuales tendrían la concesión por un período de 60 años.
Ojalá que la mayoría de estos interesantes planes se concreten. El sector ferroviario estuvo demasiado tiempo semi abandonado, así que ya es hora de que vuelva a tener la importancia que merece.
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Entre lo que se está ejecutando actualmente destaca, sin duda, la ampliación de la línea férrea del legendario Tren Macho, que recorre la ruta Huancayo-Huancavelica. Dicha línea está siendo transformada, de una angosta a una de ancho standard, con lo cual un mismo tren podrá transitar desde Lima hasta Huancavelica, y ya no sólo hasta Huancayo. Paradójica y lamentablemente, cuando se inaugure su nueva línea, el famoso tren, el de la trocha angosta, dejará de operar, pues ya no habrá rieles a su medida.
En el ferrocarril central, la empresa concesionaria Ferrocarril Central Andino (FCCA) ha anunciado una importante inversión, de US$ 100 millones, para modernizar completamente la vía, mediante el reemplazo de los antiguos y desgastados rieles y durmientes por otros mucho más acordes con las necesidades de los trenes modernos. También se reforzará los puentes y se ampliará los túneles. Los trabajos, que tomarán cuatro años, y que no afectarán mayormente las operaciones de la empresa, permitirán cuadruplicar, desde 2.5 a 10 millones de toneladas, la capacidad anual de carga del ferrocarril.
En cuanto al material ferroviario, será modernizado completamente y adecuado a las necesidades actuales. En tal sentido, FCCA invertirá más de US$ 8 millones, para transformar el sistema de combustión de sus 20 locomotoras (15 antiguas y 5 recién compradas por US$ 5 millones), las cuales ya no consumirán petróleo, sino gas natural, tal como ya sucede con la de la foto. El proceso de conversión finalizará en el 2008.
Locomotora a gas (Foto: Andina)
Además, está en estudio un proyecto para emplear la vía del ferrocarril central, en su tramo Chosica-Callao, en una de las rutas del Tren Eléctrico. Con ello, se optimizaría el uso de la línea férrea, y se integraría económicamente al ferrocarril central con la ciudad. Desamparados cobraría nueva vida, convirtiéndose en una gran estación de nuestro metro.
Desamparados: ¿futura gran estación del Tren Eléctrico?
En una segunda etapa, a ponerse en marcha aproximadamente en el año 2011, la empresa efectuará una inversión de US$ 250 millones, para construir un nuevo túnel trasandino, el cual permitirá transformar radicalmente las características del servicio.
Esto será así porque, al estar ubicado a sólo 3,500 metros de altitud, el extenso túnel evitará que el ferrocarril suba hasta los actuales 4,800 metros, con lo cual éste reducirá sustantivamente su costo de combustible, a la vez que incrementará significativamente su velocidad y su capacidad de carga, elevando notablemente la eficiencia de sus operaciones. La ruta de pasajeros hasta Huancayo, por ejemplo, se podrá recorrer en sólo 3.5 horas, en lugar de las actuales 13, lo que permitirá hacer atractivo el recorrido y establecer un servicio regular.
El túnel trasandino evitaría que el FC Central trepe enormes alturas
Adicionalmente a lo reseñado, y ya en la categoría de los proyectos semi utópicos (pero que en realidad no lo son tanto), se puede señalar en primer término el que prevé extender la línea del ferrocarril central desde Cerro de Pasco (donde finaliza actualmente) hasta Pucallpa. En julio del año pasado, este proyecto fue declarado de necesidad y utilidad pública por el Congreso, esperándose más definiciones técnicas y económico-financieras acerca de su factibilidad, así como muestras de interés de parte de los inversionistas, quienes serían los llamados a tomarlo en concesión.
Sin embargo, el proyecto más impresionante (o más utópico, según se vea) es el que plantea la construcción de una línea férrea que, partiendo desde Brasil, llegaría hasta nuestra costa norte. En nuestro territorio, esta vía tendría una longitud de 1,594 kilómetros. Ingresaría al Perú desde la ciudad brasileña de Matto Grosso, pasaría por Pucallpa y Tingo María, luego tomaría rumbo norte, atravesando el departamento de San Martín, junto a la carretera Marginal, y luego se dirigiría hacia el oeste, siguiendo el trazo actual de la carretera Olmos-Corral Quemado, atravesando el Paso de Porculla, y desembocando en el puerto piurano de Paita.
El proyecto, presentado por un consorcio de grandes empresas extranjeras (entre ellas la italiana Gie Impregilo y la norteamericana General Electric) y una peruana, permitiría transportar hacia Brasil una enorme multiplicidad de productos, tanto peruanos (entre ellos la roca fosfórica de Bayóvar), como los importados por ese país. A la vez, a nuestro vecino del este le permitiría transportar hacia el Pacífico su enorme producción de soya y otros bienes exportables.
De llevarse a cabo la obra, tendría un costo (en la parte peruana) de US$ 1,400 millones, financiado íntegramente por las empresas participantes, las cuales tendrían la concesión por un período de 60 años.
Ojalá que la mayoría de estos interesantes planes se concreten. El sector ferroviario estuvo demasiado tiempo semi abandonado, así que ya es hora de que vuelva a tener la importancia que merece.
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