Como una muestra de que, tarde o temprano, el crecimiento acelerado se difunde, los créditos a las provincias peruanas por parte de la banca múltiple vienen logrando, por fin, tasas de expansión superiores a las de Lima.
En efecto, según un informe de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), en los últimos cinco años, estas operaciones en el interior del país crecieron casi 120%, frente a sólo 40% por parte de las limeñas. Esto significa que, en el período en mención, aumentó la participación provinciana como destino de los créditos.
Con excepción de Áncash, Arequipa y Moquegua, todas las regiones registraron tasas de crecimiento superiores a las de Lima.
Tal situación es, sin duda, consecuencia del fuerte dinamismo económico que se viene produciendo en un gran número de ciudades del interior, lo que lleva a una mejora de los ingresos de sus poblaciones y a un mayor interés de las entidades bancarias en atender a estos nuevos potenciales clientes.
Sin embargo, la capital continúa manteniendo una enorme supremacía, pues se destina a ella nada menos que el 78.8% de los créditos, frente a sólo 21.2% por parte de las provincias. El lado positivo de la noticia es que los porcentajes de hace cinco años eran 85.3% y 14.7%, respectivamente, lo que revela el significativo avance provinciano.
En términos de montos, las provincias reciben hoy S/. 12,193 millones (poco más de US$ 4 mil millones), frente a los 5,570 millones de hace cinco años. En términos de clientes, esto implica haber pasado de un número aproximado de 200 mil a casi un millón.
En algunas regiones, como Huancavelica y Madre de Dios, las tasas de crecimiento crediticio han sido espectaculares, aunque cabe recalcar que se deben básicamente a que anteriormente prácticamente no existía el crédito comercial en ellas, situación que, felizmente, está comenzando a cambiar, con la reciente llegada de diversas entidades financieras. En la dinámica Cajamarca, donde el oro impulsa el florecimiento económico, los créditos crecieron a la impresionante tasa de 461%.
Buenas noticias, sin duda, que hacen ver que, en materia financiera, las provincias han comenzado a recorrer el largo camino que las conducirá al lugar que les corresponde.
En efecto, según un informe de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), en los últimos cinco años, estas operaciones en el interior del país crecieron casi 120%, frente a sólo 40% por parte de las limeñas. Esto significa que, en el período en mención, aumentó la participación provinciana como destino de los créditos.
Con excepción de Áncash, Arequipa y Moquegua, todas las regiones registraron tasas de crecimiento superiores a las de Lima.
Tal situación es, sin duda, consecuencia del fuerte dinamismo económico que se viene produciendo en un gran número de ciudades del interior, lo que lleva a una mejora de los ingresos de sus poblaciones y a un mayor interés de las entidades bancarias en atender a estos nuevos potenciales clientes.
Sin embargo, la capital continúa manteniendo una enorme supremacía, pues se destina a ella nada menos que el 78.8% de los créditos, frente a sólo 21.2% por parte de las provincias. El lado positivo de la noticia es que los porcentajes de hace cinco años eran 85.3% y 14.7%, respectivamente, lo que revela el significativo avance provinciano.
En términos de montos, las provincias reciben hoy S/. 12,193 millones (poco más de US$ 4 mil millones), frente a los 5,570 millones de hace cinco años. En términos de clientes, esto implica haber pasado de un número aproximado de 200 mil a casi un millón.
En algunas regiones, como Huancavelica y Madre de Dios, las tasas de crecimiento crediticio han sido espectaculares, aunque cabe recalcar que se deben básicamente a que anteriormente prácticamente no existía el crédito comercial en ellas, situación que, felizmente, está comenzando a cambiar, con la reciente llegada de diversas entidades financieras. En la dinámica Cajamarca, donde el oro impulsa el florecimiento económico, los créditos crecieron a la impresionante tasa de 461%.
Buenas noticias, sin duda, que hacen ver que, en materia financiera, las provincias han comenzado a recorrer el largo camino que las conducirá al lugar que les corresponde.