El domingo pasado, el presidente Alan García hizo una sorpresiva aparición periodística en el diario El Comercio, de Lima, escribiendo un artículo que ha provocado debate.
El texto en mención se denomina El Síndrome del Perro del Hortelano, y trata acerca del enorme potencial para las inversiones y la generación de riqueza que poseen las tierras, mares y selvas de nuestro país, y de la actitud contraria a ellas que asumen ciertos grupos ideologizados, tanto partidarizados como vinculados a organizaciones nacionales o internacionales.
Según el presidente, bajo el pretexto de la defensa del medio ambiente o de las reivindicaciones patrimoniales, sociales y culturales de los campesinos y demás poblaciones involucradas, los grupos mencionados se oponen a la ejecución de inversiones, y por ende al desarrollo de esas zonas, las más pobres del país.
Con tal intransigencia, señala, impiden que la inversión privada explote los recursos allí yacentes (petróleo, gas, minerales, madera) y contribuya a elevar radicalmente el nivel de bienestar de esa gente, prolongándose en cambio una injusta situación de miseria. Se reproduce así la infame situación, magistralmente tratada por el genial Lope de Vega, en la que ni se come ni se deja comer.
En fin, el tema es importante y el debate está abierto. Se puede hallar el texto íntegro en el link:
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2007-10-28/el_sindrome_del_perro_del_hort.html
El texto en mención se denomina El Síndrome del Perro del Hortelano, y trata acerca del enorme potencial para las inversiones y la generación de riqueza que poseen las tierras, mares y selvas de nuestro país, y de la actitud contraria a ellas que asumen ciertos grupos ideologizados, tanto partidarizados como vinculados a organizaciones nacionales o internacionales.
Según el presidente, bajo el pretexto de la defensa del medio ambiente o de las reivindicaciones patrimoniales, sociales y culturales de los campesinos y demás poblaciones involucradas, los grupos mencionados se oponen a la ejecución de inversiones, y por ende al desarrollo de esas zonas, las más pobres del país.
Con tal intransigencia, señala, impiden que la inversión privada explote los recursos allí yacentes (petróleo, gas, minerales, madera) y contribuya a elevar radicalmente el nivel de bienestar de esa gente, prolongándose en cambio una injusta situación de miseria. Se reproduce así la infame situación, magistralmente tratada por el genial Lope de Vega, en la que ni se come ni se deja comer.
En fin, el tema es importante y el debate está abierto. Se puede hallar el texto íntegro en el link:
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2007-10-28/el_sindrome_del_perro_del_hort.html